Río Queguay - Feb/2024 (Paso del Sauce – Paso Molles)
Bitácora:
Cursos: Rio Queguay | |
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Recorrido: | Paso del Sauce – Paso Molles |
Distancia: | 32 km |
Estado del Cauce: | De muy bajo a muy crecido |
Clima: | Caluroso y soleado y muy lluvioso |
Días: | 3 |
Lugares / acampar: | Buenos |
Año: | 2024 |
Fecha: | 10/02/2024 al 13/02/2024 |
Departamento: | Paysandú |
Recorrido en Google Earth | R1rq24.kmz |
Fotos: | https://photos.app.goo.gl |
¡Nos dividimos! - Por uno de los 5.

TRAVESÍA DEL QUEGUAY / 10-11-12 DE FEBRERO
PASO DEL SAUCE - CALZADA ANDRES PEREZ
¡El calendario decía Queguay! De Paso del Sauce a la calzada Andrés Pérez...
Un espectáculo... de lo mejor que se pueda pedir... aventura y correderas garantizadas...
Travesía catalogada como nivel 5.
En lo personal sería la tercera vez que recorrería ese hermosísimo tramo…
El pronóstico del tiempo era muy pesimista y daba agua los 4 días de la travesía.
Pero decidimos ir igual... Primer error, error que me comprometo a no repetir.
En principio 18 intrépidos nos aventurábamos hacia el río más puro y virgen del país.
Al Paso del Sauce llegamos en 2 grupos, la avanzada en propios vehículos la integrábamos Javier y Roxy, Mauricio Z y Natalia C , Gaby M y yo , Daniel D.
Llegamos, hicimos un rico asado, acampamos llevamos los vehículos a Guichón, nos trajo el taxi de Henry y a dormir.
La siguiente mañana llegaban los restantes 12 compañeros en el camión de Mauri.
Se vino...
Y a las 4 am se cayó el mundo... llovió, llovió, llovió y llovió.
A eso de las 7 am nos despertamos, la lluvia nos dio un respiro, desarmamos el campamento y nos fuimos a esperar a los compañeros desayunando abajo del puente, seguía lloviendo.
Miramos el nivel del agua preocupados, pero solo había aumentado algo insignificante.
¿Che a qué hora llegarán? ¡Para mí a las 9!
¡Bueno a las 10, 11 y pico llego el camión! Solo 11 horitas de viaje...
Pero la lluvia se terminó.
Primeros abandonos.
Se empiezan a bajar personas y canoas.
Pero una duda empieza a carcomer a Carlitos A, el clima y decide bajarse, pero no nos puede ni quiere dejarnos impares.
Así que Alexandra E se sacrifica. 12:30 arrancamos sin lluvia y día despejado las 8 tripulaciones.
RaYeR -Daniel y Gaby
Mungubal -Javier y Roxy
Otra Oportunidad -Horacio y Susana
Angiru -Ernesto y Fiorella
Villana -Juan y Manu
Bilu -Malaquías y Pablo
Sioux -Mauri Z y Naty C
Catalana -Carlos y Joaco
Primer día...
Arrancamos la travesía primer lagunón de uno 3 k como para calentar los brazos, hace calor, el agua calentita, divinoooo…
Se cierra el Queguay empieza la aventura bajo unos hermosos, paradisíacos tramos bajo el monte galería, algunos obstáculos, por abajo, por arriba, a cortar algunas ramas protagonistas, el río corre. Pero poca profundidad, así que navegamos sin vuelcos ni mayores inconvenientes, un lagunón más... nuevamente nos metemos en la galería, paramos a almorzar, un descansito y a seguir, y cuando entramos en un nuevo lagunón enfrente a una isla la Sioux de Mauri y Naty encuentran un hermoso y amplio lugar para acampar...
Kilómetros navegados: 11
Esa noche la protagonista fue la señora Naty Campos con un asado digno de un arquitecto. Jamás vimos en ACAL una parrilla tan ordenada. Asistente el señor Mauricio Zunino.
Luego a dormir que es tarde y todos estamos cansados...
Segundo día: Llego el agua.
¡Como todas las mañanas el sr Horacio desde temprano avivando el fuego, todos arriba que a las 10 se navega!
Lo primero que notamos fue que llegó el agua, de la lluvia de la noche anterior, en el lagunón el agua había subido considerablemente al punto de casi desaparecer la isla que estaba en frente, en la costa el agua había avanzado cerca de 2 metros... pero apenas se veía correr el agua.
De los 16 participantes (algunos con mucha, pero mucha experiencia) nadie planteo ni se percató del peligro que se avecinaba, ni se tocó la posibilidad de no seguir la travesía. Segundo error. subestimamos la cantidad de agua.
Se venia lo mejor: ¡Los saltos y las correderas!
El anticipo...
Llenos de alegría arrancamos a navegar...
RaYeR en punta. Mongubal en la retaguardia. 1km de lagunón y se cierra, se escucha el ruido del agua, algo hay, zig zag derecha a izquierda no de corredera, olas de verdad, luego de eso otra a la derecha y línea recta, hasta un pequeño lagunón.
Con Gaby la enfrentamos bien y saltando entre las olas la RaYeR (una canoa Dasur fabricada en 1986) paso bien el obstáculo. ¡Al llegar al lagunón le digo a Gaby vamos a dar vuelta y esperar a ver como pasan, dale! Nos agarramos de unas ramas al borneo y empezó el desfile de tarrinas y demás bártulos flotando corriente abajo.
De las 8 canoas tumbaron 4.
Catalana, Bilu, Villana y Otra Oportunidad al agua.
El resto a ayudar a los compañeros a recuperarse y no era sencillo, el agua era mucha y corría demasiado, además en ese tramo no hay orilla al alcance es todo ramerio, lo que hace que al no dar pie no podemos dar vuelta las canoas para sacar el agua, hay que hacerlo con los achicadores, ahí tuvimos una muestra de lo que se venía a la vuelta de la esquina.
Pero entre todos con esfuerzo y sin grandes pérdidas todos a bordo y hasta el momento era solo una anécdota más de travesía.
Fiorella de dice a Ernesto, no volcamos somos unos ¡cra! Ernesto le contesta, para que falta.
La debacle.
Continúa la " navegación" el río corre furioso y nos golpea con todo, ramas a la altura de los navegantes cortan el paso y venimos a la velocidad del agua que es impresionante el Queguay es una corredera constante, son tumbos y más tumbos uno atrás del otro. En ese próximo kilometro tumban 6 canoas solo se mantienen navegando RaYer y Mongubal.
Cada vez cuesta más recuperarnos y es más peligroso al no dar pie y el río encajonado empuja y empuja, en ese tramo el río vira a la izquierda y hay un mini lagunón, es nuestra única oportunidad de agruparnos de nuevo, pero es muy difícil. Las cosas, la gente, las canoas no doblan y siguen río abajo por otro brazo y se meten en un mundo de ramas, pero bueno, con mucho esfuerzo intentando poner orden y calmando a la gente que ya empezaba a flaquear el ánimo logramos lo que por última vez seria recuperarnos todos arriba de las canoas con algunas perdidas menores (calzados, sillas, algún remo, gorros, agua, etc.)
Lo logramos, a plena solidaridad, todos ayudando, todos arriba, pero el ánimo ya flaquea, ya se ven manos temblorosas y alguna voz quebrada.
En un último intento de no volcar más hablamos de seguir solo dejándonos llevar agarrados todo el tiempo de las ramas, pero es en vano, tampoco funciona.
Con Javier B ya comentamos que la travesía era inviable terminarla y decidimos salir último y penúltimo para ir ayudando en probables problemas.
Lo bueno hace calor y el agua no está fría, lo malo los tábanos y jejenes nos devoran.
El apocalipsis.
Ya el enfrentar lo que sería el último tramo de la travesía, se escuchaba adelante que habían tumbado nuevamente.
Sale la RaYeR quedando atrás la Mongubal y ya se ve canoas atravesadas y volcadas a ambos márgenes, la única flotando era la Sioux agarrados de unas ramas.
Sobre la izquierda del río sale una rama que parece firme para apoyar nuestra canoa y le digo a Gaby vamos a apoyarnos ahí, pero el agua corría demasiado y nos inclinó, entro agua y tumbamos. Cuando saco la cabeza del agua me agarro de la canoa que boca abajo iba como un misil río abajo. Gaby se agarra de unas ramas y lo último que logro decirle a mi compañera es: ¡venite flotando con la canoa! Hasta la próxima mañana no la volvería a ver.
Quiero frenar la canoa con algo, una rama, dar pie, nadar, pero es imposible el Queguay me lleva río abajo a toda velocidad y a medida que voy río abajo voy viendo hacia los dos lados a los compañeros y canoas y tarrinas todo por todos lados.
Mi canoa se pone boca arriba y se salen las tarrinas que hasta el momento estaban encastradas adentro, seguimos río abajo, recuerdo a Pablo O que agarra parado en unas ramas mis tarrinas y yo le digo, deja que siga todo para abajo conmigo, Y él las suelta.
En un momento un tirón y la canoa queda detenida y yo y las cosas seguimos, la cuerda de popa que venía suelta se engancho en una rama.
Logro retroceder trepando corriente arriba por las ramas veo a Joaco de la Catalana que estaba también por allí y le digo que corte la cuerda, pero no tiene cuchillo, así que subo un poco más para después tirarme y agarrar la canoa, que pivotea y gira sobre sí misma, llego a la punta saco la navaja y corto la cuerda, ahí sigue el misil río abajo.
En un momento en algo así como un remanso a la derecha logró detenerme sobre unas ramas y llevar la canoa de arrastro, meto la punta en una horqueta firme y parado en una rama la empiezo a intentar poner de costado para vaciar el agua y lo logro, por fin me subo, estamos la canoa, yo y la tapa de la heladera como remo, me arrodillo en el medio y empiezo a dejarme ir río abajo agarrado de las ramas, quería ver a alguien encontrar algún compañero y en eso.
Susana.
¡¡Cuando voy despacito río abajo sobre la orilla derecha me gritan, Daniel!! Era Susana, me arrimo y se sube a la canoa.
Me cuenta que tumbaron con Horacio y que él había seguido río abajo con la corriente suponía con la canoa.
Así que nos dejamos ir río abajo con la esperanza de encontrarlo y vamos recogiendo tarrinas y todo lo que podemos.
Fiorella y Ernesto.
Unos metros más adelante intentando recuperarse encontramos la Angiru con Fio y Ernesto.
Ya somos 4.
Logramos tener las canoas a flote y recuperar una cantidad aceptable de remos y tarrinas.
Pero la cosa es, que hacemos.
Entre los 4 decidimos esperar 1 hora 30 min a ver si pasa algún compañero río abajo, nos subimos a un árbol tocamos silbato, gritamos intentamos señal de celular, nada.
A la hora decidimos seguir río abajo hasta ver a la persona que sabíamos estaba río abajo y solo. Horacio y de paso ir rescatando tarrinas que se veían entre las ramas. Otro error...
Al intentar rescatar la primera tarrina nos complicamos y al agua nuevamente y a la Angiru le pasa lo mismo, así que canoas personas y cosas todo corriente abajo.
Horacio.
¡Y cuando voy por el río agarrado a dos tarrinas de un lado y tres del otro me gritan Daniel! Y si era Horacio logro frenar con unas ramas 50 metros más adelante y reunirnos con Horacio, que nos dice que perdió su canoa, que se dejó flotar con tarrinas y las tiene sobre la costa más adelante margen derecha después de un barranco, así que decidimos ir hasta allí, parar sacar las cosas y tomar acciones ya en tierra firme.
Y bueno unos flotando y otros sobre las canoas llegamos a donde sería el punto donde quedamos los 5 que quedamos separados adelante.
Sacamos tarrinas a tierra firme muchas no sabemos ni de quien son atamos las canoas, la preocupación por el resto se hace insostenible, queremos saber algo, que están bien. Fio sale desesperada campo afuera (por suerte la salida es sencilla y bastante cerca) con el celular en busca de noticias y a contarle y pedir auxilio a los acalenses que estaban pendientes de la travesía.
Siempre que llovió, paro.
Y llegan las noticias y son buenas.

Los 11 restantes están juntos sanos y salvos tienen comida, agua y cosas para pasar la noche.

Están sobre la margen de enfrente unos 3 kilómetros río arriba. Naty Campos salió campo afuera igual que Fio y logramos no solo la comunicación tranquilizadora sino además la ubicación de ambos grupos.

Quedamos en que a la mañana siguiente ya descansados íbamos a cruzar y caminar hasta el campamento de los 11 para resolver que hacer.
Como el ave Fénix.
Bueno estamos los 5 tenemos comida muy poca agua, en mi caso la tarrina llena de agua, pero tenemos fuego, vino, hace calor.
Así que nos arreglamos, Horacio asa un pollo relleno que floto con nosotros todo el camino que comeríamos al próximo mediodía, picamos la carne de asado anterior, comemos un exquisito budín y muffins de arándanos de una de las mejores panaderías no de durazno, del Uruguay La Catalana, tomamos un vinito secamos las cosas y hasta mañana.
Total, navegado o recorrido de alguna manera 14 kilómetros.
Tercer día: El reencuentro.
A la mañana siguiente siendo 5 y teniendo 13 tarrinas y dos canoas decidimos que Fio se uniera al grupo de los 11 y fuera rescatada por tierra.

Así que cruzamos el río, caminamos por el campo Ernesto, Fiorella y Yo y llegamos gracias a las señales que habían dejado al campamento de los 11 abrazos y una alegría indescriptible nos invaden.
Gran tarea organizativa de una destacada Naty que nos dice que Mauri Z y Javier habían salido por el campo a una estancia que los iban a arrimar a Guichón y volverían junto al camión y realizar la extracción por tierra desde donde ellos estaban.




El río había bajado ya bastante y desde nuestro margen era imposible el rescate por tierra y el monte muy espeso de la margen derecha así que decidimos seguir navegando hasta el puente Andrés Pérez donde nos recogería en algún momento el camión, siendo ese punto accesible y la mitad de la travesía.
Así que nos pertrechamos de remos y agua y volvimos con Ernesto al campamento de los 5.
Orientándonos con el celular logramos encontrar la canoa sin dificultad y cruzar el río hasta el campamento.
Al fin el Queguay que queremos...
Nos quedaban unos 15 kilómetros que se hicieron 18, con el temor de unos primeros 2 de monte cerrado, así que, con precaución, la RaYeR con 8 tarrinas con Ernesto y Daniel y la Angiru con 5 tarrinas más Horacio y Susana iniciamos la navegación, y navegamos.
La primera parte algo complicada hicimos un tramo caminando al lado de la canoa, pero hacíamos pie. Así que, sin mayores dificultades, pasamos ese tramo y a navegar.
Y navegamos y disfrutamos de saltos correderas, olas y todo tipo de cosas a disfrutar. El Queguay que queríamos aparece en su esplendor, la Angiru sin problemas la RaYeR con muy poco margen de flotación entre los 200 kilos de seres humanos más 8 tarrinas tuvo que achicar en varias oportunidades, pero sin tumbos.
Se almuerza el pollo flotante (riquísimo).
Y en el último tramo como para decir, no todo lo que brilla es oro, nos azota una lluvia torrencial. Pero bueno... solo es mojarse...
Y en tiempo y forma llegamos al puente.
Sacamos las cosas con una hermosa cuerda de Fiorella por la margen derecha y armamos un toldo y a esperar el camión.
La unión.
Luego de un par de horas de espera llega la camioneta de Javier con Roxy y Malaquías a bordo y una hora más tarde el camión con el resto del contingente extraído por tierra con una historia que ya ellos relataran.
Empieza el retorno al club un día antes de lo previsto pero sanos y salvos.
Las pérdidas materiales.
Una canoa, varios remos dobles, remos simples, una parrilla, las ollas, un par de tarrinas, sillas, gorros, lentes, calzados varios, cámara tipo gopro, serruchos, aguas, en fin.
Las que no fueron.
Estamos todos sanos y salvos por varios factores, el uso del chaleco salva vidas y su correcta colocación, la unión y solidaridad de todos y porque el destino así lo quiso.
Las malas decisiones
-Fuimos sabiendo que el pronóstico era espantoso.
-Cuando creció el río no le dimos la trascendencia que merecía.
-No todas las tripulaciones están aptas para todos los ríos, por aptitudes físicas y psicológicas.
Los aprendizajes.
-El chaleco nos salvó la vida.
-Las tarrinas jamás atadas a las canoas.
-El clima y las fuerzas de la naturaleza deben ser respetadas.
Nuestras fortalezas.
Nosotros. La gente, el club, nuestra solidaridad, los que estaban y los que ayudaron desde afuera.
Cada uno a su manera y dándolo todo, los más ayudando a los menos, eso es un grupo del que soy parte y estoy orgulloso.
Quiero agradecer para terminar este largo relato en especial a varias personas.
A Mauricio nuestro camionero estrella.
A la gente de la estancia "Los Ruanos"
A Mauricio Zunino por todo lo que hizo, el, su Nissan Frontier, y por estar.
A Natalia Campos que en su primera travesía de verdad demostró ser algo para lo que no todos estamos preparados...líder.
A Javier Barrios por su ayuda y decisiones cerebrales.
A Gerardo "Acua" Ruske por su ayuda desde afuera.
Mis más sinceras disculpas a todos los que no pude ayudar, a los que quizás defraudé.
Yo en lo personal pienso que hice de verdad lo mejor que pude hacer y di lo mejor de mí.
Y esta historia continuará...
Relato: Daniel de los Santos
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL