Ríos Tacuarembó - Oct/2022 (Paso de los Novillos - Paso de la Laguna)



Bitácora:


Curso: Ríos Tacuarembó (Chico y Grande)
Recorrido: Paso de los Novillos - Paso de la Laguna
Distancia: 72 km
Estado del Cauce: Bajo
Clima: Cálido - Soleado - Lluvioso - Fresco
Días: 4
Lugares / acampar: Buenos (abundan)
Año: 2022
Fecha: 29/10/2022 al 1/11/2022
Departamento: Tacuarembó
Recorrido en Google Earth rtpdlnpdll22.kmz
Fotos: www.photos.app.goo.gl


Ríos Tacuarembó (Chico y Grande)


Foto de portada del relato

Paso de los Novillos - Paso de la Laguna

Recorrido: Paso de los Novillos - Paso de la Laguna
Distancia: 77 km
Días: 4
Fecha: 29/10/2022 al 1/11/2022

Mi primera vez
Esta es la primera vez que realizo una travesía en canoa y acampo.

Dicen que los principiantes tienen suerte. Creo que esta experiencia tuvo algo de eso, dada mi falta de experiencia y lo inconsciente que fui para algunas acciones, como por ejemplo, que fue "vozpopuli", sacar el celular en plena corredera y Daniel diciéndome: "CREO QUE ESTE NO ES EL MOMENTO PARA SACAR EL CELULAR" muy educado de su parte, a lo que lo obedecí, y algo que no debía hacer era soltar el remo... Y como dice el dicho "Dios ayuda a los inconscientes".

Me entregan 2 tarrinas de plástico en la cual tenía que entrar "todo" lo que llevaba. Obviamente, que "todo" lo que llevaba, nada entraba. De los 3 vinos Santa Teresa Tannat que compre para llevar entre otras cosas, no imprescindibles, tuve que dejar. Luego me di cuenta que lo prescindible, era imprescindible, que gracias al compañerismo, el vino era imprescindible. Dentro de las cosas que me dijeron fue, no compres nada, porque si no te gusta realizar travesías, es gastar al cuete. Tenían razón, pero alguna cosa tuve que comprar, como el colchón para dormir, que, si bien no comente, el primer día se me pincho. De poco sirvió. O sea que dormía directamente sobre nuestro suelo uruguayo, adentro del sobre.

Este relato comienza, como ven, con las cosas, que tuve suerte. Otra fue, que en 3 oportunidades, por no saber entran a la canoa, ponía un pie en la canoa y el otro cuando lo quería mover, estaba enterrado en la arena mojada, se me iba desplazando la canoa, me desestabilizaba, y pum, caía de cola. No tuvieron la suerte de bautizarme, me bautice sola. Este pequeño relato es para darle un preámbulo jocoso. Por lo menos así lo tomé yo. Lo realmente importante fue que tuve una experiencia maravillosa con un compañerismo espectacular.


Comienza la travesía:
Gracias a la gentileza de Sergio, y la de otros compañeros que no podían salir el viernes a las 14 hrs, fuimos en auto hasta Clara, durmiendo el viernes 29 en el campamento de Paso de los Toros, junto al Río Negro. Bellísimo atardecer. Estábamos Dora, Sergio, Fernando y quien les relata. Dora, una genia, me enseña a armar la carpa la cual compartimos dado que la que iba a dormir yo venía con el camión, prestada por Daniel.

Al día siguiente, nos levantamos a las 5 am, expectantes de que cuando pasara el camión con los 14 compañeros y las 8 canoas, salíamos hacia Clara donde dejaríamos el auto en la comisaria y nos uniríamos al camión hasta llegar a Badén Paso de los Novillos, a unos 30 km de Clara. Llegamos al Paso de los Novillos, donde entre todos descargamos tarrinas, sillas, y canoas. Ahí nos estaban esperando Paul y Esteban, que son de Tacuarembó con su canoa. Por lo que entonces sumábamos 18 tripulantes con 9 canoas.


Primer Tramo:
Mi compañero Daniel, muy atento me hizo algunas recomendaciones. A partir de ahí comenzamos a navegar. Hermoso día. Cada hora hacíamos 4 km aprox. por lo que en 5 horas haríamos 20 km, donde se encontraba nuestra primer acampada. La consigna era que cada hora se paraba, a descansar y reunirnos todos. Cada vez que parábamos nos bañábamos en el Río Tacuarembó Chico. Mucha correntada pero el agua estaba hermosa y el calor ayudaba para poder tirarnos. Algo que no mencione pero en un momento sentí un poco de susto porque la correntada me tiraba y en un momento, me costó mucho nadar contra corriente. Gracias a las ramas me pude agarrar de ellas y salir del río.

En la segunda parada, almorzamos lo que llevábamos cada uno. Mucho compañerismo, se compartían las diferentes exquisiteces. Luego de descansar salimos y en 3 horas más llegamos a nuestro primer destino. Lo primero que hicimos fue descargar todas las tarrinas, sillas, etc y algunos ya colocaban la lona donde luego se haría la carne a las brasas, que estuvo al mando Horacio, pero todos ayudaban a recoger ramas, traer agua del río, etc.. También buscamos distintos lugares donde cada uno se armaba su carpa. Esa noche, muy cansada me fui a dormir temprano, mientras otros quedaron charlando. Un dato curioso, que dijeron fue que Fernando Pita, roncaba fuerte, que me alejara de la carpa de ellos, la cual hice "caso omiso", y si, realmente se escuchaban, pero el cansancio ganó a los ronquidos.


Segundo tramo:
Nos levantaron temprano, sobretodo Selva, expresando que se venía tormenta y que era mejor dejar todo pronto. Me costó mucho ordenar, por lo que el desayuno fue al final, aunque no me preocupaba mucho si no desayunaba. Todo el resto pudieron desayunar con tiempo. Recogimos todo y salimos con las canoas. Hasta el mediodía estuvo lindo pero luego comenzó a llover. Les puedo asegurar que no me importaba, cuanto más obstáculos, más remaba. Me propuse no parar de remar, era un continuado que no me cansaba. Diferentes paisajes se observaban con sus diferentes coloridos. Luego de llover, los colores de los árboles y de la naturaleza toda, se intensificaban. El verde era más verde, el marrón más marrón hasta en algunos lugares parecían negros. Me hubiera gustado sacar mis pinceles y mis oleos para pintar algo tan lindo, por suerte nada de eso lleve ni me parecía apropiado, más allá de las ganas. También observamos diferentes pájaros, pocos vistos en la ciudad, esas aves planeaban maravillosamente, estaba extasiada.

De la misma manera que el día anterior, realizamos los 20 km con sus paradas correspondientes. Al llegar para acampar, bajamos todo, y de igual manera se preparó todo. Esta vez le toco cocinar a Fernando Pita un guiso exquisito, aunque a mi me dio diarrea, no solo por el guiso sino porque estaba empapada y con frio. Me cambie, pero no podía calentar el cuerpo. Los compañeros me decían que me moviera, hasta que gentilmente me dieron vino, pusieron música, y como un resorte salte a bailar. Ya me había repuesto. Dormimos con lluvia pero poco sentí. Otra vez dormí como un lirón.


Tercer tramo:
De igual manera, desayunamos. Quiero aclarar que el que cortaba siempre el queso y el dulce era Sergio, muy atento. Luego cargamos todo en las canoas y salimos. Esta vez con mi traje de neopreno. Qué bien me vino. No sentí frio, dado que era un día de bajas temperaturas. Se decía que estábamos cerca de la meta dado que habíamos realizado más de 40 km en los 2 primeros tramos, casi 50 km y nos quedaban unos 27 km, si mal no recuerdo, entre el tercer y cuarto tramo, que dividiendo tendríamos unos 14 km ese día aproximadamente.

Llegamos temprano a acampar. Fue un poco confuso y tuvimos que bajar a almorzar mientras Selva y Fernando fueron a buscar donde estaba el campamento. Entonces una vez detectado recogimos lo del almuerzo, que cabe acotar, generalmente se comía lo de la noche anterior, y salimos hacia el campamento que estábamos buscando. Antes de llegar Selva quería encontrar la laguna que iba con su familia de chica y por suerte la encontramos. Ella muy feliz y nosotros también, con sus anécdotas tan vividas. Ese compartir era para grabarlo en nuestras mentes. Al igual que cuando llegamos al campamento nos invita a conocer los "arenales". Tan cansada estaba que dije no voy.

Pero una voz, la de Horacio me dijo, creo que si no vas hoy, no vas a ir nunca más dado que solo se llega por río. Que agradecida de esas palabras, dado que me causo mucha sorpresa ver esas dunas parecidas a Valizas pero distintas dado que no se veía el agua hasta llegar a un lugar que sí vimos el río. Ahí ya estábamos en el río Tacuarembó grande donde se encuentra con el Arroyo Yaguarí.

Luego del médano existe un monte de árboles al que Selva dijo, no entren en ese bosque, porque se dice que el que entra no sale, se pierde. Obvio que nadie intento pero muchos queríamos ver el arroyo Yaguarí. Otra cosa interesante fue haber encontrado por Selva y que nos mostrara, las "fulguritas". Como niños, observábamos a Selva como con su dedo alrededor de la fulgurita iba dándole vueltas y la fulgurita estaba enterrada varios centímetros. Algo que no conocía y quedará en mi retina por siempre. Quiero aclarar que es una fulgurita (del latín fulgur, 'relámpago') es una roca metamórfica en forma de tubo compuesta por lechatelierita (sílice vitrificada) que se puede encontrar en arenas o areniscas. Su formación se debe a la caída de rayos atmosféricos.

Esa noche, comíamos pizzas realizadas por Daniel. Muy ricas. A su vez, Miguel hizo arepas, dado que Astrid no comía harina común. Las brasas la acomodaban entre todos, pero ahí estuvo al firme Gaby entre otros. Dora traía agua del río y Selva siempre tratando de pescar algo hasta que esa noche se le hizo realidad su sueño, comimos pescado. Esa noche teníamos que terminar el vino. No se necesitaba más vino para esta travesía. Era la última noche. Se hicieron brasas para los arrollados de pollo para el almuerzo del día siguiente. Nos quedamos en el mismo campamento almorzando a las 12 hrs para salir ya comidos y llegar a la meta.


Cuarto tramo y el último:
Luego de almorzar se recogió todo, cargamos las canoas y salimos. Con un poco de nostalgia dado se acababan las ultimas remadas. Llegamos cerca de las 15 hrs donde nos esperaba el camión. Subimos todo al camión, nos despedimos de Paul y Esteban y salimos para Clara a buscar el vehículo de Sergio. En el auto estuvimos todo el viaje charlando y entendiendo de mi parte, como debería haber ayudado más en todos los momentos. Estaba tan abstraída de que no llegara tarde y que cuando me sentaba a comer ya ni siquiera me paraba. Realmente me di cuenta y pido disculpas a todos por no haber puesto mi granito de arena en ayudar, y prometí que no solo iba a esperar al camión al ACAL, más allá que llegaran más tarde que nosotros, sino que para la próxima travesía me comprometía a dar una o todas las manos que fueran necesarias.


"No es la meta, es el camino", así, como la vida misma. Con total gratitud me despido de este relato agradeciendo a cada uno de todo los que fueron y los que no, que me dieron una mano en explicaciones como es el caso de Rafael y de Gerardo, de lo bien que me hicieron sentir.

Relato: Carolina Morixe
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL