Ríos Tacuarembó y Negro - Abr/2023 (Paso de la Laguna - Picada de Oribe)



Bitácora:


Curso: Ríos Tacuarembó y Negro
Recorrido: Paso de la Laguna - Picada de Oribe (Camino a la Balsa)
Distancia: 91 km
Estado del Cauce: Bajo
Clima: Caluroso y lluvioso
Días: 4
Lugares / acampar: Buenos
Año: 2023
Fecha: 1/04/2023 al 4/04/2023
Departamento: Tacuarembó - Durazno
Recorrido en Google Earth RiosTacYNegro.kmz
Fotos: www.photos.app.goo.gl


Travesía de los ríos Tacuarembó Negro


Foto de portada del relato

De Paso de la Laguna a Picada de Oribe (Camino a la Balsa)
Del sábado 1 al martes 4 de abril de 2023.

Esta travesía comenzó su trayecto con 7 canoas, siendo una cantidad de 14 personas, las cuales serían:

  • Fiorella con Abe
  • Manuela con Juan
  • Horacio con Andrés
  • Paul con Homero
  • Pucho con Filipini
  • Rosiete con Diego
  • Manuel con Federico

A pesar de que se empezaba a remar el sábado a las 10 am, mi travesía comenzó un poco antes, ya que me agarró totalmente de sorpresa en la noche del jueves, cuando de repente tengo un par de llamadas perdidas de mi madre y recibo una nueva. Al atenderla me dice que por temas de trabajo, mi padre (Javier) no iba a poder concurrir a la travesía, por ende, tenía que ir yo en su lugar, ya que ella no podía remar sola. Y así fue el principio de una nueva experiencia para mí.


Sábado
Una vez ya llegamos todos al punto de salida de las canoas y las equipamos con todo lo necesario, empezamos a remar un trayecto que era más largo que corto, y más lento que rápido, ya que en esta ocasión el río era un lagunón (río ancho con mucha agua, poco viento y poca corriente) en el cual teníamos que remar 90 kilómetros aproximadamente. Lo que podríamos decir que era un río muy tranquilo, un río para mirar los paisajes, estar con la naturaleza y relajarse mientras remabas, pero no fue así para todos los integrantes, ya que a la hora y media de arrancar nuestro trayecto, la canoa que estaba siendo dirigida por Horacio en la popa y Andrés en la proa chocaron contra un tronco sumergido y casi invisible para los ojos, causándole a la canoa un agujero y haciendo que tanto Horacio como Andrés y todas las pertenencias de la canoa se cayeran al agua. Este acontecimiento parecía más grave en mis ojos de lo que realmente fue, ya que rápidamente pudimos encontrar y recoger todo lo que se les había caído al agua. También se reparó la canoa en un instante y al no estar frío, ya que era un día muy soleado, se secaron bastante rápido y así no llegaron a pasar frío.

Luego de remar un par de horas más, llegó la hora del almuerzo, y luego de comer unos sándwiches riquísimos que hizo mi madre, una torta de jamón y queso espectacular que convidó Horacio y un huevo cocido que ofreció Filipini, ya estaba con el estómago repleto y listo para seguir remando.

Continuamos remando y remando hasta que se hizo las 5 de la tarde aproximadamente, en el cual el objetivo empezó a ser buscar un lugar para acampar. Lo cual lo encontramos con bastante rapidez y allí empezamos a descargar las canoas y armar el dicho campamento. Armamos las carpas, pusimos un gran toldo, recolectamos leña y armamos un gran fuego (y ahí fue cuando nos dimos cuenta que a Fede le encanta el fuego ya que parecía un piro maníaco poniendo una leña tras otra sin parar, casi realizando una deforestación alrededor del campamento).

Ya una vez las carpas armadas, nos sentamos alrededor del fuego mientras que Filipini cortaba queso, membrillo y galletas de campaña (las cuales a través de chistes fueron duramente criticadas por ser compradas en el Macro). Todo esto siendo acompañado por mates, café o té, lo que se había traído cada uno para tomar. Siguió pasando el rato y se hizo de noche, en la cual íbamos a cenar una tremenda parrillada, acompañada de unos vinos y un Gold Label que había traído Filipini, para celebrar su cumpleaños que era ese mismo día. Mientras tomábamos y comíamos, algunos nos pusimos a jugar un truco, que no se pudo finalizar ya que sobre el final uno de los integrantes se retiró pensando que el equipo rival había hecho trampa, tratando de confundir a una jugadora de su equipo para que tire una carta que no tenía que tirar. Pero bueno, la noche siguió mientras seguíamos charlando alrededor del poco fuego que quedaba y una vez se apagó nos fuimos a dormir para finalizar el primer día.


Domingo
Empezó el segundo día con un buen desayuno de queso, membrillo, galletas de campaña tostadas y café, y alrededor de las 10 am empezamos a remar de vuelta. Siendo así el día en el cual más remamos (ya que remamos alrededor de unos 30 kilómetros), esto se debió también a que había probabilidad de lluvia (para el día siguiente) y se rema menos cuando está lloviendo. Manuel y Fede trataron de pescar algún pez, ya que habían llevado sus cañas de pescar, pero con un rotundo fracaso, no pudieron sacar nada. En el almuerzo comimos carne de la que había sobrado la noche anterior. Cuando se estaba poniendo el sol, de vuelta empezamos a buscar un lugar para acampar y al encontrarlo, nos pusimos manos a la obra, armando las carpas, el toldo y todo lo que conlleva el campamento. Esa noche, Horacio, nuestro chef 5 estrellas Michelin, nos cocinó un increíble guiso el cual fue devorado por los que aún seguían despiertos, ya que al ser un día largo de remo, algunos soldados cayeron atrozmente en la cama sin aviso previo. En el lugar que encontramos para acampar este día fue muy lindo, ya que había unas vistas muy hermosas y se veía el cielo estrellado a la perfección. Una muy linda noche, excepto para Paul, que lamentablemente pasó toda la noche sufriendo de fiebre.


Lunes
Al despertarme el tercer día, un poco más tarde ya que mi cuerpo estaba sintiendo el cansancio acumulado de los días anteriores, tuve un desayuno corto y rápido. Y luego de levantar campamento, empezamos de vuelta a remar. Esta vez no llegamos a remar mucho, mucho ya que poco después empezó lo que se había pronosticado el día anterior. Agua caía del cielo solamente para indicarnos que el señor del clima no se equivocaba, porque fue una lluvia muy leve que lo único que hizo fue atrasarnos un poco mientras almorzábamos, mojarnos un poco y enfriarnos un poco más. Pero bueno, eso no nos impidió para colocar el toldo, prender un fuego (para calentar el delicioso guiso) y comer refugiados de la lluvia. Al terminar de comer, esperamos un poco bajo el toldo contando anécdotas y chistes esperando a que pare la lluvia. Al final, paró la lluvia tras un par de horas, le dimos una bolsa de arroz a un hombre que vivía por la zona y luego de eso, seguimos viaje. Luego de varias horas de remo y de jugar con una pelota que había llevado Rosiete, llegamos a nuestro último destino de camping. En esta ocasión también estábamos en un lugar muy bonito, refugiado y también había un pequeño monte en el cual algunos integrantes escalaron a ver un mejor paisaje; otros simplemente prefirieron permanecer sentados comiendo. Ya al llegar sobre la noche, nuestro chef Horacio hizo una deliciosa pasta con salsa de queso, la cual devoramos sin contemplaciones. Luego de eso, con Fiorella, Pucho, Manuela, Manuel, Rosiete y yo, jugamos a unos juegos de mesa que había traído Fiorella y luego de unas risas nos fuimos a dormir.


Martes
Empezamos nuestro último día, el cual estaba soleado y caluroso y como ya iba siendo rutina, desayunamos queso, membrillo, galletas de campaña y café, luego de eso guardamos todo en las tarrinas, cargamos las canoas y empezamos lo que vendría siendo nuestro último viaje. Por suerte, ya en este día, Paul ya se sentía bastante mejor de la fiebre que tenía. Al remar un par de horas, paramos a almorzar. Comimos unos riquísimos pollos rellenos de jamón, queso y aceitunas. Ya luego de terminar de comer, estaba por ser nuestro último trayecto hacia la meta final. Fiorella dijo para sacarnos una foto todos juntos, ya que nuestras canoas estaban bastante cerca, pero de repente no hubo tal foto, y nos empezaron a ensopar traicioneramente con los achicadores tanto a mí como a Federico y a Manuel, ya que era nuestra primera travesía y era nuestro “bautismo” acalense. No demoró mucho para que se desvirtuara el bautismo y empezara la guerra de agua en la cual ni un solo miembro quedó seco, excepto Homero y Paul que ya se habían percatado de que era el bautismo y prácticamente ya estaban a un kilómetro de distancia.

Luego seguimos remando toda la tarde y para que sea un poco más entretenido, algunos integrantes decidieron pasar entre troncos de árboles que sobresalían del agua, para darle un poco más de entusiasmo, lo que lograron sin mayores percances. Y a las horas ya sobre la tarde/noche llegamos a nuestro destino donde nos estaban esperando Mauricio y Gabriela, con el camión y el trailer, y luego de cargar todo y vestirnos, nos subimos a los vehículos y nos volvimos, así terminando mi primera hermosa travesía.

Relato: Diego Barrios.
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL