Río Yí - Oct/2020 (Paso de la Cruz - Polanco del Yí)



Bitácora:


Curso: Río Yí
Recorrido: Paso de la Cruz - Polanco del Yí (R42)
Distancia: 55 km
Estado del Cauce: Apenas bajo (muy disfrutable)
Clima: Soleado y muy caluroso
Días: 3
Lugares / acampar: Buenos (no abundan)
Año: 2020
Fecha: 31/10/2020 al 2/11/2020
Departamento: Florida y Durazno
Recorrido en Google Earth rypdlcpy20.kmz
Fotos:  


¡El tan anhelado Río Yí, extremo y hermoso!


Foto de portada del relato

Estaba en el Calendario Travesía del Yí mes de noviembre, este año si lo hacemos!! Y así fue.
Eran 73 km, el Aqua mandó un relato de la primer travesía de Diego Coiro, el relato asustaba un poco, principalmente por los primeros 20 km, que recomendaba no hacerlos, salir de más abajo.

Reunión por Zomm: mayoría no hacemos esos primeros km que hay que ir desmontando y son los más difíciles. Le hacemos caso a Coiro! Mi entusiasmo por hacerla hizo que no me fijara en el grado de dificultad hasta que volví y la busqué, si decía 5 en 5!!

Mi hermano me contaba de lo lindo que era el Yí, muy parecido al Tacuarembó muchos arenales, cuando pasaba por el puente de la Ruta 5 siempre miraba el nivel del río y sus arenales, también es famoso por las crecientes y las bajantes, en la última travesía del ACAL habían tenido que salir antes porque lo estaban caminando, era la parte baja del Yí, ahora hacíamos la alta desde Paso de la Cruz hasta Polanco del Yí, para el año que viene ya está programada la de Polanco del Yí hasta Durazno, no me la pierdo!!

Para muchos es el mejor río por lo lindo y lo extremo, ahora me doy cuenta!! Salimos del ACAL a las 5 am en dos grupos; en el camión íbamos los canoeros el Aqua, Horacio, Homero, Alejandro, Víctor, Fernando el Gallego, Fernando Pita (hay 3 Fernandos) y yo, en la camioneta de Daniel los turistas Malaca, Javier, Carlos Agorio, Carlos Humberto él Príncipe, Dora, Gabriela y Fernando el tercero González. Todo por la pandemia que nos azota en este 2020 no piensen mal de los turistas, el tapaboca resultó no ser tan molesto en el camión como en todos los otros ámbitos, para frenar el frío y el polvo de muy pocas partes en el camino.

Llegamos a las 8.30 con las 8 canoas y ya nos estaban esperando Carlos Cosentino y Joaquín Bartaburu padre e hijo oriundos de Durazno, nada menos que de la “La Catalana” panadería a la que siempre entrabamos rumbo a Tacuarembó para deleitarnos con sus delicias, tartas agridulces, bizcochos etc.
Hacía calor, un río lindo con una hermosa playa para zarpar, con lugar para armar todas las canoas, pensé “voy a dejar el traje de neopreno en la camioneta de Daniel, ocupa lugar y con esta temperatura voy a pasar mucho calor”. ¡¡Grave error!! Allá salimos, a los pocos minutos se nos presentó un río angosto, monte alrededor, muchos sarandíes a limpiar ramas los que iban adelanta y los demás frenar las canoas, la corriente era fuerte y eran curvas y contra curvas que nos íbamos dando contra todo, según Fernando Pita hacíamos 6 años que no salíamos de travesía canotaje, si en las caminatas, estábamos muy descoordinados, lo que hizo que en ese primer día llenáramos la canoa de agua como cuatro veces, caernos, desagotarla, “¿cómo estás?”, “Mira a dónde me trajiste, no preguntes?” Por suerte la Mungubal con Javier y Fernando el Gallego estaban cerca para ayudarnos a desagotar la canoa. Las últimas veces ya el frío se estaba sintiendo y mucho, gracias que Ale nos salvó con una remera seca, que después fue desgarrada en la batalla contra los Sarandíes en forma heroica, ese día no me animaba a decir después de ninguna curva del río, mira que hermoso, solo lo pensaba.

Y por ahí fue terminando la remada del primer día, en la búsqueda del campamento que resultó tener un reducido embarcadero pero una gran amplitud para acampar, con una terraza natural al río muy hermosa, cambiarnos de ropa, armar las carpas y arrimarnos al fogón en donde Horacio ya estaba colocando las parrillas para las colitas de cuadril, los chorizos y los arrollados de pollos y calentar de aperitivo su ya clásica torta de jamón y queso!!

Había cansancio, pero el fogón siempre lo recupera todo, y empezaron las grandes revelaciones de esta travesía, una nueva pareja de canoeros el Príncipe y Daniel después de una tesis de doctorado que nos había enviado por WhatsApp sobre la importante función del proel, la estaba poniendo en práctica, el Príncipe acarreando leña, en total actividad, obvio que su carpa la más alejada, que ni se sabe dónde encontrarlo. Otra revelación al final de la noche, cuando ya había poco movimiento fue ver a dos famosos kayaquistas cargando sus bolsitas de agua caliente y rumbear para sus carpas clandestinamente!! Está documentado!
Saliendo del monte al descampado para encontrar señal de celu y reportara las familias preocupadas, aún con la luz del día pudimos ver la luna haciéndose llena, salir hermosa sobre un no menos lindo monte del río Yí, no podíamos imaginar que su próxima salida iba a ser sobre el río más esplendorosa y mágica aún.

Amanecimos en segundo día, con el fogón ya encendido por Horacio, a cortar queso y dulce porque el suplente de Filipini estaba dormido, suponemos soñando con su función de proel. A desarmar y salir de nuevo al Yí, ya no tan cerrado y empezando a demostrar sus encantos con más intensidad, lagunones y correderas largas, en los lagunones muchos campamentos, otros canoeros a ambos lados del río, se ve que esas zonas donde el río se hace más ancho se concentran los campamentos, que en las otras zonas no hay acceso posible para estos. También aparecían con más frecuencia las arenas y las curvas donde empezamos a decir ¡que hermoso! de boca abierta, admirando el espectáculo que se nos presentaba a los ojos!!

Ese día no se nos llenó la canoa de agua, no nos caímos, ni nos dimos vuelta, lo que no podemos decir del resto de los compañeros, las correderas estaban intensas y hubo muchos vuelcos, en reiteración real el Príncipe y Daniel la pareja estaba padeciendo sus primeras crisis y la canoa haciendo agua, lo que también nos comenzó a pasar a nosotros, no sólo habíamos roto el remo de Fernández, sino también la canoa!!. Sobre el medio día ya había habido reparaciones de canoas pero en la tardecita otra más y algunas por segunda vez les iba a tocar, la correderas estaban bravas.
Después que en una corredera le dimos con la canoa directo a la pierna de Fernando el Gallego que estaban con la Mungubal viendo como pasar eso, comenzamos a tomar distancia para no atentar contra nadie más, eso hizo que al final del día viniéramos últimos, cuando divisamos una curva donde había dos pasajes, Dora y Fernando el tercero se daban vuelta y quedaban colgados de una piedra, agarrados de los Sarandíes estudiábamos como ir a ayudarlos, con la corriente muy intensa, ante la urgencia decidimos tirarnos por el otro lado y pudimos ir a la costa rápidamente ahí me largue nadando contracorriente hasta que me pudieron soltar la canoa, y luego las tarrinas para poder ellos tirarse y llegar a la costa.

Dos parejas de lugareños que nos habían visto pasar un ratito antes vinieron a ver qué pasaba, estuvimos charlando y nos dijeron que estaban cerca por cualquier cosa, pobres no entendían que esa era la gracia para nosotros!! Desagotamos la canoa, estaba muy maltrecha la Melchora, ahí sacamos los chifles, no podíamos seguir mucho más, con las dos canoas haciendo mucha agua, nos largamos juntos río abajo, y a poquitas curvas estaba el campamento tan deseado, con muchas canoas para reparación.

Otro hermoso campamento con mucha costa, hermoso fogón, arboles, campo y esa noche se tenía que dar la pesca, además teníamos de menú pizzas, los Cosentino nos iban a deleitar!!, no entendíamos mucho que pasaba con el Príncipe después de todas las naufragadas, estaba alegre, activo, hasta creía que hacía las pizzas, una revelación para la barra!!
Las pizzas una delicia, hasta salieron figazzas, también salió un bagre que fue directo a la parrilla y una luna llena sobre el río absolutamente maravillosa, el Yí estaba cumpliendo con todas las expectativas, además regalo para todos. Cocinar el guisito para el próximo medio día. Así se fue el segundo día a descansar con la panza llena, cansados y felices con tanta aventura, compañerismo y belleza.

Amaneció el tercer día, toda la energía de la mañana y el saborcito no tan lindo que ya era el último, el Yí seguía deparando curvas, correderas, arenales y saltos de más de un metro, grandes lagunones donde agradecíamos llevar los remos dobles para disfrutarlos al máximo, era lo que esperábamos después de cada curva, así como los remos simples fueron imprescindibles para los otros tramos. Sobre el final de la mañana, se había hecho angosto de nuevo el río corriendo mucho, curva, contra curva, tronco en el medio, chau nos dimos vuelta mal, quedé debajo de la canoa con la corriente, por suerte Horacio estaba cerca, después de lo ocurrido en día anterior estábamos más juntos en el cierre, no perdimos nada, pero tratábamos de vaciar la canoa por un lado y seguía entrando agua por el otro, al final logramos sacarle el agua, con mucha corriente, salimos y al poco rato teníamos el salto, éramos casi los últimos y estaban todos, compas dando las instrucciones yo quería pasarla caminando, no quería darme vuelta de nuevo, confíen no pasa nada y nos tiramos espectacular, la caída sin problemas, adrenalina pura para Fer que es alérgico a ella. Los registros que vimos después de Gabriela espectaculares, el mejor estilo Homero!!

Hermosa playa, hermosa vista, la cascada, los baños el volver a la cascada corriente en contra para filmar por parte de Homero pero llevaba la cámara apagada!!, por suerte dejamos registro de lejos, fuego calentar el guiso que estaba espectacular, ver como otros canoeros llegaban a la cascada, no pusimos en platea para verlos, el Aqua nadó para darles las instrucciones, estábamos bien de tiempo para disfrutar y llegar tranquis a Polanco del Yí en donde estaba el camión esperándonos y los chicos habían también traído la camioneta. Cargar todo, sacarse la ropa mojada y emprender el regreso.

Extremo y hermoso, por suerte no vi que la dificultad era 5 en 5, porque conocimos y navegamos el anhelado Río Yí, el año que viene esperemos que sin pandemia haremos otro tramo, además del Tacuarembó en carnaval que para mí sigue siendo el más lindo, tal vez porque es el de mi infancia, el de mi vida!!

Relato: María Selva Ortiz Bosc
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL








Río Yí - Canotaje Travesía - Oct 2020

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