Río Tacuarí - May/2022 (Rodi Coronel - Placido Rosas)



Bitácora:


Curso: Río Tacuarí
Recorrido: Lo de Rodi Coronel - Placido Rosas
Distancia: 49 km
Estado del Cauce: Normal a bajo
Clima: Templado y Soleado
Días: 3
Lugares / acampar: Buenos
Año: 2022
Fecha: 14/05/2022 al 16/05/2022
Departamento: Cerro Largo y Treinta y Tres
Recorrido en Google Earth rtrcpr21.kmz
Fotos:  


Tacuarí (Rincón del Coronel)


Foto de portada del relato

El 14 de mayo, a la hora 0, nos encontramos en el club para salir en camión rumbo al departamento de 33.
Somos 6 en la caja, más el tráiler con 8 canoas y el resto de la carga.
Bien abrigados, y a la ruta.
Ya en 33, en una estación de servicio, nos encontramos con el resto de los canoeros para recorrer los últimos kilómetros hasta Rincón Del Coronel, allí con el permiso de un vecino llegamos a orillas del Tacuarí, cargamos las canoas, y empezamos la travesía.

Sábado
Una corriente muy dinámica con algunas dificultades, no muchas, que con la colaboración de todos resulta muy entretenido.
Varias curvas, pocos lagunones, algunas correderas, algunas ´´volquetas´´,pero todo muy ameno.
El paisaje, espectacular, vimos una nutria, y varios carpinchos, pájaros de toda clase, color y tamaño.

Hicimos mediodía en una orilla con unas enormes rocas planas, y con un sol espectacular donde compartimos el almuerzo.
Después de un breve descanso, de nuevo al río hasta el primer campamento donde nos acomodamos sin dificultad, y, a juntar leña para el fogón, donde quienes se encargaron del asado se lucieron.
Una cena fantástica llena de camaradería y anécdotas que realmente me hicieron sentir un participante de mucho tiempo en el grupo, más tarde, a dormir.

Domingo
La mañana del segundo día, desayuno, alguna reparación de canoas, y, otra vez al rio, hasta mediodía donde hicimos el almuerzo en un arenal. Carne fría, galletas y tomates.
De postre charla amena y alguna broma, nuevamente en el rio hasta el próximo campamento donde el cocinero se lució con comida de olla y otros compañeros con unas riquísimas tortas fritas.
El resultado fue de una noche mágica, risas, bromas, anécdotas, no falto nada, hasta la noche se lucio regalándonos un eclipse de luna.

Lunes
En la mañana, desayuno dulce de membrillo, queso y galletas.
Ya en el tercer y último día, nos encontramos con unas correderas impresionantes, totalmente navegables y muy divertidas.
Sobre mediodía llegamos a Placido Rosas, cargamos todo para volver a Montevideo.
Una travesía fantástica, un grupo maravilloso, y espero haber cubierto las expectativas.

Relato: Ernesto Hernandez
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL



Rincón del Coronel - Río Tacuarí


Bueno, luego e varis idas y venidas, salió Travesia por el Río Tacuarí. Este río pasa por el límite entre Cerro Largo y Treinta y Tres, por una zona llena de bosque nativo y artificial, por zonas de arroceras, y campos para terminar desaguando en la lagua Merín, en cuya desembocadura esta la idea de hacer un puerto fluvial.
Éramos un lindo grupete, las tripulaciones estaban formadas por Javier y Rossiette, Daniel (Primo) y Gerardo, Leonardo y Malaquias, Fiorella y Horacio, Chino y Ramón, Daniel y Ernesto y Gabriela y Yo.

No tenía ni idea del río, y eso me generó un poco de ansiedad. Vichando el Google Earth resulto un río con muchas vueltas, pocos lagunones, muchas correderas y grandes arenales, al llegar a la parte final de la salida.
Para sacarle jugo a la salida, arrancamos el viernes ya en la Quebrada de los Cuervos, con Javier, Rossi y Gabriela. Nos tocó un día aceptable, el paseo estuvo muy bueno; lo mejor de la jornada el té completo que tomamos en el parador El Quebracho., en la zona de la Quebrada, recomendable. Nos encontramos con el camión a las 5 de la mañana, y nos unimos a la salida. 1º, ruta, luego camino vecinal,, luego una senda, y llegamos al lugar de salida. Para mi gusto, estaba frescote, y así se dio el clima los 3 días. El río parecía extrañamente calmo, pero eso es bien el engaño de los lagunones.

Primer día.
Salimos con algo de niebla y fresquito. Impresionaba ver las canoas desaparecer entre la niebla y la maraña vegetal que cubría las riberas.
Enseguida vinieron las primeras correderas, y si no te querías mojar, marchaste. Nos trajeron a la realidad, y a dejar de lado la filosofía y a prestar atención!
La remada siguió así, zonas tranquilas, y pequeñas correderas, sarandisales, y un río con no mucha agua, que corría y le ponía un poco de condimento a la cosa.

Poca piedra, mucha arena, muchos palos, y riberas bajas que prometían campamentos interesantes.
En una de esa correderas, nuestra canoa se va de proa hacia un hueco formado por un gran tronco y los sarandíes, para evitarlo tuve la mala idea de querer hacerlo con mi pierna… gran error, esta terminó atrapada y apretada entre el tronco y el borde la canoa, empujada por el agua… por suerte me quede tranquilo y no hice fuerza, porque si no la rompía como un palito seco… en segundos me imagine con la pata rota, allí, lo que hubiera sido un desastre. Por suerte la canoa aflojó la presión y la pude sacar a tiempo; de allí me lleve 3 cosas, dos moretones en la pierna y la lección de no sacar la pata de la canoa, ni hacer cosas del lado hacia donde la canoa es empujada por el agua.
Luego paramos a almorzar en un lindo arenal, donde pese a que había un solcito, el aire frío se sentía.

Al rato comenzó el debate de siempre, sobre donde ubicar el lugar de camping, que acá, que allá, entre los apurados con frío y los epicúreos de la acampada… después de varios intentos, y de reparar alguna canoa, se encontró un buen camping, en una ribera alta con monte nativo. Luego del desembarco de los petates, del armado de carpas, pude descansar un poco, sacar unas fotos, y admirar el atardecer en esta maraña verde, roja y ocre que son los montes del Tacuarí. Se armó un buen fuego, y previa merienda de rigor, Salió un asado con tutti.
Ese día hicimos unos 20 kmts, y el río bajo unos 37 mts.

Segundo día
Al otro día, arrancamos con brío, y con un lindo fresquete, con un viento de popa que ayudaba. Respecto al tema temperatura, (10 o 12 grados), el grupo se puede dividir claramente en 3 vertientes:
a) los primos de Rambo, de remera de manga corta short y ojotas, parece que el frío no les interesa, ni les molesta, es más deben pensar que no hace frío.
b) los que se abrigaban un poco, ma non troppo.
c) los batichicos, llenos de neopreno, gorros, máscaras, bolsas de agua caliente, etc.

Así iba, alegremente por la mañanas la caravana multicolor.
El río fue cambiando lentamente, cada vez menos piedras, más arena y más troncos ramas y palos en el agua, con una corriente suave pero interesante.
Pasamos por un par de curvones de 180 grados, con una excelente vista de las riberas y del paisaje.

Luego de parar a almorzar en un lindo arenal, a la vuelta de la esquina, digamos, apareció una gran toma de agua de una arrocera, con un pequeño dique, con un desnivel, que fue aprovechado por todos para divertirse!
Luego seguimos por un curso artificial, con muchas curvas, ramas y árboles, alguno de los cuales tuvo a mal traer a la canoa del Chino y Ramón, porque sin darse cuenta subieron la canoa a una rama, que no los largaba, y los hizo girar como la aguja de una brújula!
Por suerte no hubo tábanos ni mosquitos!

En un momento se fue armando un camalote de canoas, empujado por la corriente… terminamos las 7 embarcaciones juntas. Fue una hermosa sensación.
Es un río que discurre por una zona deshabitada, no vimos a nadie durante casi toda la remada. Habíamos metido 8,57 kmts.
Se vino el segundo camping. Para cambiar un poco, decidí no acampar en el mismo lugar que el resto, (que lo hizo en un bosque ribereño). Tenía ganas de hacer algo distinto, y puse la carpa en un hermoso banco de arena, a unos 50 mts. del área de fogón, pero a escasa distancia y altura del río... La verdad, iba contra todo lo que indican los consejos de acampada, tanto por la posibilidad de crecida, como de humedad, o menor temperatura al lado del cauce del río. En realidad estaba seguro que este no iba a crecer, ni que hubiera mareas, tampoco había llovido en días, además tenía un catre, que me iba a separar de la posibilidad de humedad en la arena. En realidad estaba encantado con la vista, con la luz del atardecer, con la sensación de tener al agua al lado. Por aquello de la ley de Murphy, guarde todo en la tarrina, o en bolsas estancas, y marque el nivel del río con palitos!

De vuelta, que hermosos colores nos da el otoño! Llene mis retinas con ellos.
Luego salieron tortas fritas, con gran colaboración de todos, bajo la batuta de Leo.
Se había armado un fuego de aquellos como para bailar a su alrededor, y tocar el tambor! Pero, bueno somos uruguayos y no íbamos a hacerlo, además, estábamos cansados, así que tomamos mate, y vino. El afloje fue tal que al amigo Malaquias le vino una lipotimia, cayó redondito…. Gran nerviosismo en el cuadro! Por suerte estaba Daniel y Ernesto, ambos enfermeros, y el amigo se recuperó sin más inconvenientes.

Luego Leonardo se mandó terrible guiso! Como cocina este muchacho! Riquísimo.
Estaba cansado, y me fui a la carpa, que afortunadamente no se la había llevado el río, ni había cocodrilos cerca… el tema fue que en pleno sueño, los vecinos de acampada, al influjo de los efluvios de Baco, y potenciados por las energías positivas del eclipse de luna, me fueron a visitar y sacudir la carpa un rato, que tribu más simpática! Al menos no me desarmaron la carpa….

Tercer día.
De mañana el viento fresco que nos había acompañado los días anteriores, tomo coraje y se hizo presente con renovados bríos, por suerte seguía de popa.
Arrancamos y note que las piedras casi habían desaparecido, reinando en el curso, troncos, ramas y palos y una linda corriente. Estaba excelente para remar, teniendo cuidado de no terminar empujados debajo de algún tronco, como le paso, nuevamente al Chino y a Don Ramón, lo que dio lugar a un buen chapuzón en las frías y rápidas aguas del ya amigo, río Tacuarí.

Y dale que te rema, que te rema, el río se fue abriendo, y llegando signos de civilización, un puente ferroviario primero y luego uno carretero. Estábamos llegando a nuestro destino, la localidad de Placido Rosas, pueblito de unas 400 personas. El nombre viejo de la zona era Paso del Dragón. Y Los cuentos indican en dicho paso en plenos años revolucionarios, una carreta con cañones se dio vuelta allí, y nunca fue recuperada, dando lugar al banco de arena actualmente existe. La verdad había unos baños públicos excelentes, con duchas que aprovechamos a discreción.

Terminamos el trayecto de los 48 kmts.
Luego de tener todo acomodado en el camión, terminamos el guiso de Leo, y arrancamos rumbo a Treinta y Tres y a Montevideo, contentos y satisfechos de otro hermoso paseo!

Relato: Abelardo Gianola
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL






Río Tacuarí - Día 1 - Canotaje Travesía - May 2022

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Río Tacuarí - Día 2 y 3 - Canotaje Travesía - May 2022

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