Río Tacuarembó - Feb/2021 (Ansina - Paso de la Laguna)



Bitácora:


Curso: Río Tacuarembó
Recorrido: Ansina (R26) - Paso de la Laguna
Distancia: 82 km
Estado del Cauce: Crecido
Clima: Caluroso y lluvioso
Días: 4
Lugares / acampar: Buenos
Año: 2021
Fecha: 13/02/2021 al 16/02/2021
Departamento: Tacuarembó
Recorrido en Google Earth RTAPL.KMZ
Fotos: https://photos.app.goo.gl


Relato de la travesía por el Río Tacuarembó


Foto de portada del relato

Febrero 2021.

Capítulo 1 EL PUENTE.

Allí me encontraba preguntándome en qué momento acepté hacer una travesía que implica remar 4 días, pero ya no había tiempo para contestar esas preguntas.

Junto con los demás comencé a cargar los bidones, chalecos, víveres y canoas al tráiler que llevaría las cosas a Ansina donde comenzaba la travesía.

Una vez ya dispuesta y trincada la carga en el tráiler se lo engancho al camión y siendo las 0100 partimos hacia nuestra nueva aventura.

Al subirme tome lugar en mi silla de playa plegable, el camino iba a ser largo... a mi lado se encontraba Seba mi querido compañero de canoa, también se encontraba Selva, Fer, Rafa, Any, Filipi y Gustavo.

Al transcurrir una hora de estar sentada en mi bella silla de playa mi cuerpo comenzó a preguntarse cuánto tiempo más estaría en esa posición, ya no era tan cómoda como antes, y fue entonces cuando Fernando cerró su silla y comenzó a hacer usufructo del colchón somier que se encontraba debajo de nuestros pies! Inmediatamente todos los que nos encontramos en esa área expresamos una risa de júbilo para acto seguido emular a Fernando a excepción de Filipìni y su querido amigo Gustavo y Rafa que seguían sentados en sus sillas al lado de la tapa de cierre.

A las 0400 llegamos a durazno, ya desesperado por ir al baño fuimos en busca de uno para llevarnos la triste desilusión que estaban cerrados, el lado positivo es que a nuestro viaje vino una persona más… Carlos, pero no un ser cualquiera, pero eso lo dejare para más adelante.

Dimos la vuelta en busca del baño que sabíamos que el de la estación anterior estaba abierto y era necesario para continuar el viaje y mejorar nuestra calidad de vida.

Cerca de las 0730 me desperté, entre la lona del camión y la chapa de la tapa de la caja pude entrever la luz del día, el cielo celeste, algunas nubes y ramas de los árboles.

Estábamos llegando!

Media hora más tarde, se detiene el camión y oigo el ruido del pedregullo de la calle siendo marcado por unos pasos que se acercaban, era Horacio que con una voz cargada de alegría anunció la llegada a nuestro primer destino, Ansina.

Inmediatamente todos nos reincorporamos y comenzamos a estirar nuestras articulaciones avisándole a nuestro cuerpo que se preparara para entrar en acción! Comenzamos a bajar las sillas, bolsos y canoas.

El lugar era un camping, con extensiones de pasto y caminos de tierra a orillas del Río Tacuarembó con un puente por encima que unía ambas orillas. Casi no había viento, el río se veía tranquilo y el sol estaba allí aumentando la temperatura, iba a ser un día caluroso. Allí ya se encontraban Carmen, Gabriela, Daniel, Kolender y un ser perteneciente a la realeza el Príncipe Humberto. También se encontraban Pato y Paul los conocedores del camino.

El camión partió su viaje de regreso a Montevideo y nosotros comenzamos a armar las canoas. Cada canoa iba cargada con el equipaje personal de cada uno guardado en las tarrinas estancas para que no se mojen, también se repartieron las tarrinas comunitarias, estas estaban rellenas de alimento y herramientas que eran de uso compartido y para todos.

Que emoción! Ya iba a comenzar mi primera experiencia!

A los pocos minutos ya había un equipo en el agua, practicando maniobras, uno de ellos era el Príncipe y el otro era Kolender…

-Cae a babor! cae a babor! le indicaba el principe a toda voz -clava el remo dale que nos vamos!

Una vez ya todo pronto acercamos las canoas a la orilla del río, la adentramos un poco de manera que un poco más de mitad estuviese en al agua para así ya subirnos a ella y dar el último empujón con el remo para despedirnos de la arena y estar flotando completamente con la canoa en el agua.

Así partimos, dando las primeras remadas de la travesía, debo admitir que en una primera instancia no me entendí muy bien con el remo, pero gracias a unas clases que nos dio Rafa todo comenzó a fluir mejor.

Este río tiene un cuerpo serpenteante, lleno de curvas, donde hay partes que acumulan arena y más sedimentos y otras donde se producen mini acantilados por lo que el río mismo le quitó.

Su forma es como el movimiento que reproducen las culebras al caminar, con la excepción que tiene ramificaciones como si ésta se encontrara en el camino con colegas más pequeñas que van en sentidos transversales.

Hay partes que tienen mucha arena, como mini playas y luego más alejado del río van apareciendo arbustos hasta estar tupido u otros que ya comienzan tupidos desde un principio y el suelo es más barroso. Pero ya les contaré en cada caso cuál fue el lugar elegido para acampar.

Ya íbamos 40 min remando, acababa de romper el record de mi vida remando! estaba orgullosa de mi misma, así también les cuento que ya estaba sintiendo ese esfuerzo en los hombros y recién había empezado el día! En ese momento no me atreví a decir nada, si era por causa mía que Seba se encontrara allí... remando... siendo que no tenía muchas intenciones de venir a la travesía. Pero pasaron 10 min y yo ya estaba allí dejando que las quejas salieran de mi boca.

-Hay seba ¿quién nos mandó a venir acá?, ¿en qué momento se me ocurrió aceptar esto?! Ya siento los hombros y recién empezó el día! ¿Cómo vamos a hacer para llegar al final?

Seba se reía y me decía -jaja fuiste vos la que quiso venir, por eso estoy acá, pero te vas a acostumbrar!

Que excelente compañero, realmente un Genio.

Íbamos casi últimos, comenzamos a ver al resto del grupo, habían hecho una parada para reagruparnos y también ya de paso tomar un descanso y un baño refrescante.

Luego continuamos remando y cerca de las 13 horas, cuando el sol ya está comenzando a bajar por el zenit, hicimos una parada. Era una explanada de arena, con algunos pastos presentes en la orilla distanciados entre sí, unos pasos hacia adentro había algunos árboles que brindaban un poco de sombra, un buen lugar para poner las sillas en ronda y comenzar el almuerzo mixto donde cada uno sacaba de sus cajitas mágicas porciones de comida hechas en sus hogares o próximos a ellas, porciones que venían cada una con aires de otro lugar, con un poco de amor de las personas que las hicieron, allí estaban esas porciones sabrosas, era como una pasarela, donde había grupos de modelos con las mismas prendas que iban ingresando a diferentes puertas para ser evaluados. Esos modelos eran la torta de fiambre, la tarta de atún, huevos duros, pascualinas, etc.

Después de esa linda experiencia continuamos con nuestra remada, ya con la panza llena, me sentía con más energías, así transcurrió el resto de la tarde, hasta que llegó la hora de asentar nuestras viviendas nómadas.

Necesitábamos un lugar donde entraran todas las carpas, en lo posible con distancia para que cada uno tenga intimidad, y fundamental un lugar donde colocar un toldo más grande, debajo de él es donde se arman las comidas y se comparten momentos de comunidad.

El sol ya estaba más cerca de su descanso y nuestros brazos también querían descansar, para nuestra suerte llegamos a unas pequeñas dunas, y decidieron hacer una parada.

Descendimos y exploramos el lugar, se podría acampar allí, pero había que escuchar que opinaban los líderes.

-Acá es un buen lugar, hay arena, arbustos de protección. Acampemos acá! dijo Selva

La gente continuaba explorando, el tiempo paso y seguían en veremos.

Y el Príncipe dijo:

-Acá faltan lideres! Acá falta el Acua, si el Acua estaba acá esto no pasaba! Esto no es una democracia!! Yo estudie Geología y acá no se puede acampar porque si llueve vamos a terminas con las canoas perdidas y las carpas en el Agua.

Kolenderr!! grito Kolennderrrr!!!

A lo lejos se oyó a Kolender responder -acá estoy…

-Donde?? donde estas Kolender!! veni para acá!

-Voy! Se escuchó a lo lejos, el gorro de Kolender se podía ver acercándose hacia donde nos encontrábamos.

A toda esta discusión ya Paul y Pato armaron sus carpas y estaban acomodando ramas y palos para encender un fuego, ellos no andaban con rodeos.

Los Pita Ortiz todos contentos empezamos a armar campamento.

El toldo se colocó rápidamente, gracias a las habilidades de Daniel técnico en colocar toldos de todas las dimensiones.

Ya estábamos próximos a la hora de la merienda y Filipi ya se había armado el puesto para cortar queso y dulce de membrillo, también estaban las deliciosas galletas de campaña.

Ese hombre nos alegraba cada merienda y cada desayuno, se lo veía cortar cada trozo con amor y dedicación para luego anunciar que la comida estaba lista!


Capítulo 2 LA CUEVA DE ÁRBOLES.

A primera impresión era un lugar tupido, con una entrada dificultosa porque había que pasar una cuesta empinada llena de barro y no solo subir nosotros, sino también nuestras tarrinas, (más que poder subir creo que íbamos a bajar con las tarrinas haciendo patín artístico sobre barro, pero bueno pudimos, nomás hubo algunas resbaladitas que no pasaron a mayores) una vez pasado ese obstáculo era un lugar hermoso, era como si estuviera en una cueva pero de árboles, y luego de salir de esa cueva había zonas de pradera con pequeñas agrupaciones de árboles y arbustos! Un lugar muy pintoresco.

Al caminar por la cueva hallamos rastros de campamentos anteriores, leña y leña de la buena! Con Selva muy contentas cagamos nuestros brazos todo lo que pudimos con tal de hacer menos viajes y amontonamos la leña a la entrada para subirlas a las canoas y llevarlas al campamento donde vayamos, pero al fin y al cabo fue en vano, ya que decidieron que sería allí donde pasaríamos la noche.

Descargamos las cosas de las canoas y todos nos pusimos en marcha, a armar toldos, carpas y el resto de las cacharpas.

Llego la noche con ella el momento de cenar y compartir nuestro ser con los demás seres.

Nos encontrábamos escondidos de las estrellas dentro de la cueva de árboles, el aroma a monte inundaba el lugar y se mezclaba con la fragancia de las verduras que estaban siendo cortadas por Fernando, Pato y Paul, Horacio ya se encontraba hirviendo el agua en la olla para transformar esas verduras en conjuntos con las legumbre y la carne en un manjar, en nuestro querido y tradicional Guiso.

Colocamos todas las sillas formando un círculo, cada uno con su taza en el suelo, el plato en la falda y los cubiertos en la mano, la cena ya se estaba sirviendo.

Luego de la cena se jugaron paridos de Ajedrez, hubieron charlas y degustación de vinos.

***Al día siguiente***

Estaba en mis más profundos sueños cuando escuche a lo lejos una voz que grito hacia mi carpa, levántense que hay donas!

Al escuchar eso abandone todos sueños que estaba teniendo y me incorpore de un salto

-Seba sebaa despertate!! hay donas! Le dije

Allá nos levantamos todos contentos, no higienizamos en el río y nos fuimos por esas donas, pero no estaban, sentí como toda esa emoción se me escurría por el cuerpo para finalmente escaparse por los dedos de mis pies.

Resulto ser que las donas estaban en proceso de fabricación, Cosentino las estaba amasando, a esta tarea se sumaron Seba y Any, las donas iban emprendiendo su caminata a la olla, se zambullían en el aceite y así salían todas bronceadas listas para decorarse en la bañera de azúcar!

Ahora sí! Ya estaban prontas las donas! Eran tan deliciosas! Las donas más ricas que he probado, ahora las recuerdo y no puedo evitar que me invada el sentimiento desesperado de comer donas nuevamente.


Capítulo 3 LA TORMENTA.

Era el cuarto día, ya no solo me dolían los hombros, también me dolían las muñecas y el trasero. Ya de estar sentada en la banca de la canoa sin ni una fina tela que me separara de la rigidez de aquella banca, ya tenía grabada en mi piel cada detalle de esa tabla, llevaba plasmada en las nalgas una obra de arte.

Seba también estaba sintiendo la remada pero más que en sus músculos lo sentía en el órgano más grande de su cuerpo: su piel! Esos brazos ya estaban ardidos, estaban emanando más calor que el sol, el protector solar no bastaba para protegerlos, necesitaba una camiseta de manga larga.

Ambos nos habíamos puesto quejosos diciendo que era lo que nos tenía incómodos, allá íbamos medio últimos pero más cerca del medio que del final, cuando de repente el cielo que estaba cubierto, cargado de agua al máximo ya había decidido que era el momento de que empezara la fiesta… y así comenzó… las grandes gotas caían bailando ansiosas y alegres de fusionarse con los elementos que se encontraban en la tierra, unas iban a los árboles cayendo en sus hojas como si fueran trampolines para luego saltar a otras hojas o para ir directo a la tierra, otras preferían disfrutar un poco más el camino dejándose deslizar por las ramas y grietas del tronco, dejando parte de ellas en todo el recorrido y otras iban directo del cielo al agua del río! Esas ya estaban locas por volver a las aventuras con sus demás amigas del agua.

Ah sí y como olvidar las que cayeron encima de nosotros empapándonos totalmente!

La temperatura de nuestros cuerpos empezó a sentir todas esas gotas que querían regocijarse en nosotros para tener calor, fue entonces cuando sentí una infusión de adrenalina. Esta lluvia no iba a poder con este equipo, sumado a esto Selva nos alentó diciéndonos -esto en un regalo de la naturaleza!

¡Esa maravillosa mujer! Tan bella y poderosa como la Selva misma!

Comencé a remar con todas mis ganas, las remadas primero me eran pesadas y avanzaba lento, pero pronto comenzó a deslizarse la canoa sobre el agua cada vez más.

Ya no éramos los últimos, si no que éramos los primeros, el paisaje parecía no tener fin, la vista estaba en sus 360 grados ocupada por naturaleza.

Habíamos pasado a Gaby que parece que rema desde que nació. Nos habíamos fusionado, éramos uno con el río, podíamos ver cómo íbamos acompasados con las espumas y hojas que llevaba el río, era maravilloso! Todo lo anterior había valido la pena!

Veíamos a nuestro alrededor y los sauces quedaban atrás sin poder observarlos en detalle, me sentía como que iba deslizando por un tobogán salvaje, así es, además de remar de manera más eficiente habíamos tomado la corriente y esta nos llevaba muy a gusto haciendo lo que le encanta hacer, llevarse todo lo que está en su paso a dar un paseo.

Ella los lleva a todos, a los pesados y a lo livianos, hasta los organiza, los más livianos van más por encima y los más pesados van más abajo, los va dejando a todos en diferentes lugares, a algunos de sus viajeros los pierde en las curvas, otros los pierde cuando ya se cansó y baja la velocidad. Pero ella siempre está renovando la vida de sus viajeros.

Todo era más que perfecto, cuando oímos una voz que nos indica que nos detengamos, eran nuestros compañeros de Tacuarembó. Como podían pedirnos eso a la velocidad que íbamos, ya ahora la corriente no nos era de ayuda, tenemos que oponernos a ella, giramos la proa de la canoa a contra rumbo y comenzamos a remar con todas nuestras fuerza, y no avanzábamos, parecía que estábamos perdidos en un espiral de espacio tiempo donde todo trascurría a nuestro alrededor menos nosotros, desistimos, no podíamos avanzar, la canoa comenzó a ponerse de costado y finalmente volví a la posición inicial.

Más adelante nos encontramos con un acantilado enorme, era de color rojizo y tenía en la cima una alfombra de pasto. Hicimos una pequeña parada y continuamos remando hasta que al fin llegamos a los médanos! Son unos médanos inmensos! Tan inmensos parece no tener fin, todos nos bajamos de las canoas y lo empezamos a recorrer.

Lo bordeamos y nos encontramos con el monte nativo Yibuti, se podía escuchar la vida salvaje que se desarrollaba ahí desde donde estábamos. Continuamos caminando en dirección al Río, pero por una pendiente pronunciada del médano, estábamos casi legando y se comenzó a oír un ruido similar a las caída de una cascada impaciente trote para poder avistarla y ya de paso nos escapábamos con Carmen del ojo de la tormenta (teníamos miedo terminar siendo fulgurita) y al llegar a la cima pude percibir como ese sonido en realidad era la lluvia que avanzaba sobre todo el paisaje que se encontraba frente a nosotros! Me sentía para Tarzan en la Jungla, solo me faltaba la liana para colgarme y pegar un alarido.

Finalmente bajamos y luego de comer un plato caliente de garbanzos nos encaminamos a la búsqueda del último lugar de campamento.

Ya estábamos todos aprontando las carpas en ese lugar que tenía una explanada de playa! Estaba tremendo, pero había alguien que no estaba muy conforme.

En la realeza no existe la conformidad, si el príncipe necesitaba su privacidad, un espacio digno para montar su reinado!

Entonces comenzamos a caminar y todo se veían puros arbustos tupidos, era como si hubiere una muralla hecha por la naturaleza, hasta un punto que el príncipe encontró su lugar!

Esa muralla tenia puntos débiles y si los descubrías podías pasar al otro lado y encontrarte con praderas.

Paso la tarde y con ello las meriendas, la pesca, las bañadas en el río y las charlas.


Capítulo 4 EL COFRE DE LOS TESOROS.

Habíamos llegado! Y estas palabras las menciono con mucho ímpetu Habíamos llegado! Habíamos superado los obstáculos! Habíamos podido! Estaba muy feliz, eso que se veía lejano y no sabía cómo llegaría, llegamos bien! La satisfacción de haber completado la travesía fue un sentimiento pleno!

Allí cargamos todo, nos despedimos de nuestros queridos amigos de Tacuarembó y partimos a nuestros hogares, llevando en nuestros cofres personales varios tesoros (tantos momentos compartidos, las ensaladas de Carmen, las contadas de Paul, los sorteos de Felipini, los trabajos en comunidad, las risas, las remadas envueltas de paisajes, idas al baño interrumpidas por manadas de jabalís) que nos harán más ricos en nuestras vidas. Todos nos volvíamos contentos.

Emprendimos el viaje, esta vez pude sentir mucho más la conexión con la naturaleza del camino que recorríamos, podía sentir como las partículas de tierra interactuaban con la superficie de mi piel, depositándose de manera más pronunciada en la parte superior de las cejas. Me sentía maquillada, maquillada de tierra, y porque no? darle también a un toque rústico a la ropa que llevaba puesta.

Parecía que se había puesto de moda, en el camión todos estábamos así, marcando tendencia!

Relato: Victoria Rouco
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL







Río Tacuarembó - Canotaje Travesía - Feb 2021

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