Río Santa Lucía - Set/2022 (San Ramón - Paso Cuello)



Bitácora:


Curso: Río Santa Lucía
Recorrido: San Ramón (R6) - Paso Cuello
Distancia: 37 km
Estado del Cauce: Muy bajo
Clima: Frío y nublado
Días: 2
Lugares / acampar: Excelente
Año: 2022
Fecha: 17/09/2022 al 18/09/2022
Departamento: Canelones - Florida
Recorrido en Google Earth rslsrpc22.kmz
Fotos: https://photos.app.goo.gl/


Como si fuera la primera vez…


Foto de portada del relato

Una Nueva Travesía, como si fuese la primera vez. Con las ansias y el entusiasmo de siempre.
Nuestro calendario Acal Travesía, marca 17 y 18 de setiembre del 2022 travesía Río Sta. Lucia, (Tapes-Isla Collazo).

Debido al poco interés prestado por ese recorrido, se optó por, San Ramón a Paso Cuello. (Este último, donde otrora se desarrollara la batalla entre portugueses y el ejército comandado por el Gral. Artigas.) A su vez siendo este río, el límite entre los Departamento de Canelones y Florida.
Luego de un par de reuniones (Reuniones sagradas de martes en el Acal), decidimos estar en el club el sábado a las 6.00 horas para cargar las canoas y salir en el entorno de las 6.30h.

Canoas y sus tripulantes:
Ma del Carmen y Filipini en la Torcacita
Daniel y Miguel en la Quiriara.
Fiorella y Horacio en Otra Oportunidad.
Patricia y Carlos en la Gris.
Alexandra y Homero en la Verde.
Eduardo y Leo en la Emilia.
Gabriela y Malaquías en la Maga.

Nos reunimos en el acal, esperando al invalorable Mauricio y su camión.
Era un día frio y el sol no tenía muchas ganas de asomarse; pero con la alegría de siempre el sol no era un obstáculo. Subimos nuestras tarrinas, bolsas y sillas; enganchamos el tráiler y partimos. Lo cual fue simple, dado que el día anterior, un generoso grupo de compañeros fue la mañana previa y subir las canoas al tráiler.

Siendo ya sábado y sin ser necesario llegar tan temprano fuimos llegando al club poco a poco, entre 6,15 y 6,30 un poco más distendidos. Con acepción de una compañera (la Princesa) que le costó desprenderse de los brazos de Morfeo y apenas pudo llegar con suerte en el entorno de las 7 h.
Al final llego; subimos lo que quedaba al camión y partimos a San Ramón en el entorno de las 7.15 hrs.

Fue un viaje no excesivamente largo, entre risas, diálogos, mates, galletitas y ese vientito frio que se cuela por las rendijas de la caja del camión. A mí me gusta ir contra la puerta del camión, así evito marearme. Dos por tres miro por los espacios que queda entre lona y camión, tratando de ver ese sol que me juega a las escondidas entre las nubes. Durante todo el viaje nos jugó a las escondidas hasta que se aburrió y se fue.

Llegamos a San Ramón creo que en el entorno de 9 y algo. Al bajar comenzamos a ver el entorno y por donde era mejor acceder al río. Los más avezados miraron las posibles bajadas y una fue la elegida. Nos pusimos en movimiento, los más altos, los duchos o fuertes se encargaron de bajar las canoas, el resto ayudábamos bajando el equipo. Así fuimos bajando las canoas hasta la orilla, cosa de cargar los bultos y partir.


Partida.
Cada una de las parejas comenzó a navegar. A unos pocos metros de la partida quizás 80 mt se sintió una voz con un tono más fuerte. Eran Patricia y Carlos, que habían volcado, algo no muy común en él. Pero bueno, todo Napoleón tiene su Waterloo.

Cuando ocurre algún vuelco surge la solidaridad. Se para la travesía y los que están cerca ayudan de una u otra manera. Así rápidamente se recompusieron y seguimos navegando.
Poco a poco fuimos sorteando obstáculo, tales como el propio sinuoso río, así como ramas y arena. No había mucha agua y eso nos hacía sortear bancos de arena algo sumergidos.
Fuimos dejando atrás la zona con vestigios humanos, adornando desagradablemente todo el entorno, una gran pena.

Desde hace unos años hemos tomado la costumbre de parar cada un rato, cada 1 o 1 1/2 hs. para que los veteranos podamos descansar, recuperarnos un poco y reagruparnos.
En una de estas paradas hicimos un enroque - Tenemos una pareja de canoeros que son un ejemplo a seguir, por su tesón, tenacidad y buena onda; Maria delCarmen y el Filipi. Ambos llevan muchos años en sus remos.
El motivo del enroque fue que charlaban entre ellos, más de lo que remaban y al haber poca agua no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar.

Como dice un compañero, escribimos con las canoas sobre el lecho arenoso historias de Travesías.
Así transcurrimos parte de la mañana. Después de 2hs y media y de recorrer 14,7 Kms. Paramos un rato. Recuperamos fuerzas, Hicimos un almuerzo ligero, alguna naranja, donde no falto los clásico, huevos duros y torta de jamón y queso. Algo a lo cual Horacio nos tiene más que mal acostumbrado; y seguimos nuestro río.

Poco a poco fuimos partiendo, la idea era llegar a un lugar para acampar. Un lugar casi ideal.
Tenía hasta una mesita probablemente hecha por el dueño del campo. Trascurrieron 2 horas y algo, donde navegamos12kms aprox. En ese trayecto el duo de los Santos Filipini en un tramo optaron por tomar por otro camino alternativo. No les fue tan bien, parece que volcaron o se tiraron para no dar vuelta la canoa. Solo ellos lo saben. Los ríos dejan en su curso atrapadas historias y mentiras jocosas.

Continuamos con alegría entre chanzas y chistes.
Luego de buscar el camping de la mesita en un par de lugares, los que ya lo conocían dieron con él. Pese a una subida un poco inclinada nos hicimos de la zona de camping. Algunos eligieron lugar, otros juntaron leña y comenzaron con el fuego.

Poco a poco se fue haciendo un acopio de ramas y trocos que nos augurarían suficiente fuego para asar nuestra carne, el agua para los mates y algunas bolsa más. Más allá de armar las carpas poco a poco, todos fuimos sufriendo el magnetismo del fuego y terminamos reunidos frente al fogón.
Se hicieron charlas entre unos y otros, todas muy interesante y con ganas de estar en todas a la vez.
Pasaron los mates, los café, los té y las galletas con queso y dulce. Cortados meticulosamente por Filipini.

Así llegamos a la cena. Carne y chorizo asados por los cultores de las comidas, Horacio, Leo y Edu. Con la ayuda de algunos incendiarios fogoneros, Miguel y Carlos.
La noche se hizo corta, entre charlas, comida y vinos. Al final como broche del excelente día, llegaron los sorteos del abuelo donde los más afortunados ganaron por sorteo, un presente.
Poco a poco nos fuimos retirando a recibir nuestro merecido descanso.

Al otro día con tranquilidad nos fuimos despertando lentamente. Sabiendo que nos faltaban por completar la travesía solo 11 o 12 kms. Partimos para hacer el último tramo, fue suave, nos encallamos en algunos bancos pero sin problemas, y paramos un par de veces, en una de ella; comimos.

Al final seguimos con esa doble sensación de querer llegar y que no se termine.
Allá a lo lejos divisamos a Mauricio. Nuestra travesía finalizaba, una vez más.

Relato: Malaquias Souza
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL