Río Queguay - Set/1998 (Cantera ANCAP - Parador Bárbara)



Bitácora:


Curso: Río Queguay y Río Uruguay
Recorrido: Cantera ANCAP - Parador Bárbara Ciudad de Paysandú
Distancia: 64 km
Estado del Cauce: Crecido y Correntoso
Clima: -
Días: 2
Lugares / acampar: -
Año: 1998
Fecha: 13/09/1998 al 14/09/1998
Departamento: Paysandú
Recorrido en Google Earth rq1trai98.kmz
Fotos:  


1ra. Travesía Turística Recreativa del Río Queguay Amandayé Ipeguá.


Foto de portada del relato

Llega la invitación al ACAL y se decide asistir.
67 acalences participan...


A continuación boletín:

HISTORIA
Amandayé Ypeguá (Gente reunida junto al río)

Llovía mucho, algunos no querían salir. Lucía me dijo: -Vámonos, sino no salimos más. Fueron tres largas horas de agua. No había nada seco, ni ropa, ni participantes ni orillas. Y después fueron dos días hermosos. Cuando volví a mis pagos comencé a contar lo que habíamos vivido. Al año siguiente fueron dos canoas, el otro seis. Después vino una bajada por el Uruguay desde la Meseta junto a la tradicional regata; ya fueron seis canoas y cinco kayaks. Y el Queguay nuevamente desde Andrés Pérez, y ya somos veintinueve al Palmar. Un día dijimos: "Vamos a hacerlo nosotros que podemos". Hoy fué posible.


RIO QUEGUAY

Son 300 kilómetros de agua que nace, corre y desemboca en el Uruguay, siempre dentro de nuestro Departamento. Uno de los ríos más grandes y considerables del país y netamente sanducero. Tiene sus fuentes en el rincón noreste del Departamento, en las confluencias de las cuchillas de Arbolito y Haedo. Su cauce es, en todo su curso, pedregoso, y forma muchos meandros, rápidos, saltos y pequeñas cascadas. Por eso su camino es alegre, siempre corre saltando y cantando.
En su margen izquierda recibe afluentes que reproducen los nombres de todos los árboles ribereños: así hay entre ellos cinco arroyos "Sauce", tres "Talas", dos "Molles", además de Laureles, Sarandí, Mataojo y Guayabo. Por eso se puede decir que corre entre la bella espesura de sus montes y les afluentes llegan a él también como árboles rumorosos.
Su mayor afluente es el Queguay Chico, con él forma el Rincón de Pérez, famoso por la espesura y belleza de sus montes, y más abajo, entre los dos Queguay y el Buricayupí, el Rincón de Escayola. Hay lugares y paisajes que son legendarios por su bellez: simplemente de ellos, señalaremos "La calzada", el "Puente del Ferrocarril", "Hornos de Cal", del "Paseo del Bote". Y por sobre todos ellos: la "Cascada del Queguay", una joya turística y pictórica, donde el río se quiebra y su rumor entona un himno al Creador de tanta belleza.
Queguay quiere decir "Peine de agua", porque la cascada, vista desde lejos parece un verdadero peine donde el río se peina transcurriendo entre las piedras.
También dice la leyenda que el indio joven, antes de separarse de su amada para ir a la guerra, le regaló un peinetón tejido de palmas y plumas. Pasado el tiempo, el indio no volvió y ella se adornó con el bello peine y entró por el río hasta perderse en sus aguas. Aquel día el río se quebró de dolor y nació la cascada.

Miguel Angel Pías.


CARTA ENVIADA POR EL JEFE INDIO SEATTLE AL PRESIDENTE NORTEAMERICANO FRANKLIN PIERCE (Presidencia 1853 - 1857) (Fragmento)

El Gran Cacique en Washington envía noticias que desea comprar nuevas tierras. El Gran Cacique también nos envía palabras de amistad y de buena voluntad. Es ello amable, pues sabemos que no necesita de nuestra amistad. Pero, consideraremos su ofrecimiento porque sabemos que si no vendemos, quizá venga el hombre blanco con armas y se apodera de nuestra tierra.
¿Es posible comprar o vender el cielo, así como el calor de la Tierra? Tal representación no nos es concebible. Si no poseemos la frescura del aire y el brillar del agua, ¿cómo podéis comprarlos de nosotros? No sé pero nuestro modo de ser no es el vuestro.
Agua que brilla, que fluye en arroyos y ríos, no es sólo agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos tierra debéis saber que es sagrada y debéis enseñar a vuestros hijos que es sagrada y que el más fugaz reflejo en agua de lagos y ríos, es relato de acontecimientos y recuerdos de mi pueblo. El murmurar del agua es la voz de mis ancestros. Los ríos son nuestros hermanos; ellos sacian nuestra sed. Los ríos sobrellevan nuestras canoas y alimentan nuestros hijos. Si vendemos nuestra tierra, debéis acordaros de ellos y enseñar a vuestros hijos. Los ríos son nuestros hermanos, y también los vuestros y partir de hoy debéis dar a los ríos vuestra bondad, así como a cualquier otro hermano.
Sabemos que el hombre blanco no concibe nuestro modo de ser. Una parte del país le es igual a cualquier otra, pues es un extraño; viene de noche y extrae de la tierra lo que precisa en el momento. La tierra no es su hermano, sino su enemigo, y cuando la ha conquistado sigue su rumbo. Sin preocuparse abandona las tumbas de sus padres y del derecho de nacimiento de sus hijos. Sin preocuparse roba la tierra de sus hijos. Todas las cosas entre sí están enlazadas. Lo que acontece a la Tierra también acontece a los hijos de la Tierra.
Debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de nuestros abuelos. Para que aprendan a respetar la Tierra, contadles que ella está llena de las almas de nuestros antepasados. Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros enseñamos a los nuestros. La Tierra es nuestra madre. Si el hombre escupe la Tierra se escupe a sí mismo. Porque eso sabemos: la Tierra no pertenece a los hombres el hombre se debe a la Tierra. Todo está entrelazado como la sangre que une una familia. Lo que se hace a la Tierra, eso también recae sobre sus hijos. El hombre no creó la trama de la vida, él es sólo una hilacha de ella. Lo que le hacéis a la trama, eso también lo hacéis a vosotros. Vamos a considerar el pensar del hombre blanco de comprar nuestras tierras. Pero pregunta mi pueblo: ¿qué es lo que quiere comprar el hombre blanco? ¿Cómo es posible comprar el cielo, o el calor de la Tierra, o la velocidad del antílope? ¿Cómo es posible venderos estas cosas y vosotros comprarlas? ¿Acaso podréis hacer con la tierra lo que queráis, sólo porque el hombre rojo firme un papel y se lo dé al hombre blanco? Si nosotros no poseemos la frescura del aire y el brillar de las aguas. ¿Cómo podéis comprarla de nosotros? ¿Podéis volver a comprar el búfalo estando sacrificando el último? Continuad infectando vuestras tierras y día llegará en que os asfixiaréis en vuestra descomposición y será brillante vuestro ocaso exaltados por vuestro Dios que os trajo a esta tierra y determinó que la dominaréis, como también al hombre rojo. Enigma es para nosotros esa determinación. Cuando todos los búfalos estén sacrificados, amansados todos los caballos salvajes, irrespirables todos los refugios de los bosques por emanaciones humanas y mancilladas las fértiles colinas por tanto alambre que habla ¿dónde estará la espesura? No estará ¿Dónde el águila? No estrá ¿Y qué significa dar el adiós al pony veloz y a la caza? El fin de la vida y el comienzo del sobrevivir. Quizás somos, sin embargo, hermanos. Veremos.






Club Nautico ACAL - Río Queguay - Set 1998

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