Casi un mes después de haber viajado me encuentro escribiendo esta crónica. Mudanza de domicilio, mudanza del establecimiento comercial, etc. hicieron que en casi un mes no pueda sentarme a escribir estas líneas pero que mejor momento que luego de una intervención médica pierna en alto por un par de días para que este pronta para otras caminatas que dedicarme a pagar esta deuda.
El viaje al norte y sus quebradas como yo defino cada paseo hacia el norte de Tacuarembó era algo muy esperado para mí, cuando me entero gracias a Pablo Haro de que el Acal organizaba una ida a Artigas, Rivera y Tacuarembó no dude en anotarme, ansioso por que confirmaran no pasaban los días. Por suerte días previos de comunica conmigo “El Aqua” y confirma que tengo lugar, súper feliz, quienes me conocen siempre tengo todo pronto para viajar acampar, ir al monte, trekkear o ir un mes a la montaña, por lo cual no había que aprontar nada, solo lo de siempre saber dónde vamos e imprimir los mapas topográficos de la zona. Muy contento me puso la noticia de que iríamos a los Pilares de Klinger, lugar cerca del que pase buena parte de mi infancia que no conocía y por supuesto quería conocer.
Al pasar los días veo me preocupaba no conocer a nadie del grupo, solo a Pablo ya que otros amigos socios del club como Daniel o Gerónimo no iban. A los días se baja Pablo, pero gran sorpresa para mi iba Gaby a quien tuve la oportunidad de conocer días antes en una remada y acampada a orillas del Río de la Plata en las cercanías de Anchorena, persona que me cayó muy bien.
Bueno, llega el día de la salida, temprano en la noche al club, yo estaba a unas cuadras por lo que sería sencillo, me llevaban hasta la puerta, bueno mi chofer se sintió mal, cambio de planes sobre la hora, voy en Uber, lio mediante llegan 2 Uber discuten conmigo, discuten entre ellos, se pelean, hasta golpes, en el medio llamo a un taxi pase de llegar súper temprano a ya estar llegando medio justo, llega el taxi a contramano, luego en el trayecto me doy cuenta, ¡Borracho!!! Legué, temprano, pero fui el último, cosa que no me gusta que ocurra, pero llegue. Allí me saluda Bernadi y su esposa Patricia quienes si bien no son socios se prenden en estas aventuras en el acal, mis vecinos de veraneo ambos tenemos casa rodante y quedan enfrentadas todo el verano en las cercanías de la playa.
Sábado
Transcurre el viaje y empiezo a conocer a algunas personas, un papal de ley dentro compañeros de viaje que grande Rafa. En el viaje noto que hay algunos percances, problemas de logística pero como estoy acostumbrado, “Si no aporta, no moleste”, preferí mantenerme al margen y dejar solucionar a quienes intentaban hacerlo, la verdad ni se notó que se rompió un auto en el medio que era el encargado de llevar muchas cosas, dentro de ellas la comida, los organizadores se anotan un poroto, se ve un equipo aceitado que sabe solucionar problemas que en otros casos hacen fracasar la excursión.
Llegamos a Tacuarembó y espera allí por la galleta, luego de ahí a mi querida ruta 31 que supe hacer infinidad de veces cuando era solo de tosca y hasta de pasto, si señores ruta nacional de pasto, “atención próximos 5 kms caminos naturales”, 3 carteles de esos había, hoy ya toda de bitumen. La ruta nos lleva al campo militar y allí a los pilares, el guía quien no recuerdo su nombre (nota al final) un militar retirado que consigue permiso para pasar por allí. No esperaba un guía de turismo egresado de la UTU, pero los locales a veces le dan esa diferencia a ver las cosas. Explicaciones varias de los peligros y de lo que veríamos, formaciones rocosas habituales en los suelos de basalto, o sea el noroeste de nuestro país, pero estas se caracterizan en la forma de pilares extendidos por un entorno de 3 kms, lo curioso en un valle.
Piedras que crecen en forma de pilares hacia arriba que van desde los 2 metros a los 6 u 8, algunas más anchas otros no tanto, pero algunas bien extensas en el terreno. Al llegar vemos las distintas formaciones rocosas, lo feo invadidas por especies invasoras, básicamente pinos, aunque se divisó ligustros también, eso hace que el microclima y ecosistema generado por helechos se este perdiendo y los pinos con sus raíces dañen la estructura de los pilares. El guía nos introdujo hasta en temas de OVNIS y allí fue cuando lo perdimos, evidentemente un tema que lo apasiona mucho. Foto grupal en la formación llamada camello por su similitud a dicho dromedario y de ahí a la gruta de los cuervos en ómnibus.
¡GRUTA DE LOS CUERVOS!
En la gruta en la base comimos un almuerzo compartido con lo que llevo cada uno y luego a meterse en el monte mismo. Desde arriba una vista espectacular, grandes valles y extensiones rocosas, algunas similares a los pilares y los montes de quebrada bien característicos, como uno es feliz en esos entornos. En el monte el grupo demostró ser muy hábil y acostumbrado a estos paseos, era un grupo numeroso integrado hasta por niños y personas mayores y ninguno se quejó o hizo un problema, es más se le pidió al guía que no usara machete para abrí el monte que las personas se darían las mañas para transitar por los senderos cuando hay y si no hay se dan mañas también.
Hermosa caminata por dentro del monte donde vimos ejemplares de Francisco Álvarez, Pindó, Espinillos, Ceibos, Sauces, Higuerones asesinos, Coronillas, Guabiyú, etc. En cuanto a fauna vimos infinidad de aves que a mí en lo particular me atraen, nidos de Picaflor, nidos de Boyero de ala manchada, Bandurrias, Horneros, Palomas de monte, Calandrias, Mixtos, Dorados, Seriamas, etc. Un paseo muy lindo.
Luego de allí nuevamente al ómnibus y al destino de acampada donde nos atendieron como reyes, pero eso ya le tocará a otro compañero relatarlo. Antes de eso decir que conocí un grupo de personas hermosas y súper compañeras.
¡¡¡¡Salú y por más viajes como ese!!!!
Relato: Luis Gomez
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL
Guía: Carlos Alvarez +598 91 595 235
Segundo día Puntas del Lunarejo - Mina Ágatas - Rincón de Pacheco 
