COSTRUYA su canoa
1949 Revista Hobby Nro. 150
VOLUMEN XIII - Enero 1949
SumarioNáutica: Construya su canoa …… Pag. 339
Con sus costados bajos y su fondo plano, que se eleva hacia popa y proa, esta canoa canadiense, de 4,875 ms., se adapta bien a las necesidades del tipo corriente de constructor; es muy estable en el agua, se la maniobra a pala con facilidad, y dada su ancha manga, que es de 83,8 cm. en medio de la embarcación; una vez terminada, su peso será de 35 a 40 kilos.
La construcción se inicia con un esqueleto provisorio formado por un juego de plantillas o gálibos y una pieza principal, un espinazo, al que se unen las plantillas. Se sacan los patrones de los diagramas cuadriculados en las figs. 1 y 2, y se hace el dibujo de las plantillas sobre el material de las mismas.
Cada una de ellas está formada por dos mitades, unidas provisoriamente con abrazaderas. Como las dos puntas de la canoa son idénticas, se necesitan dos plantillas de cada tamaño, con excepción de la central, que es única. El que llamamos espinazo es un madero de 19 mm de espesor por 133 mm de ancho y 4418 mm de largo en el borde superior, y 4380 mm en la parte inferior. Ver las Figs. 3 y 7.
La sobrequilla es una pieza de roble o fresno limpia, de veta recta cortada a las dimensiones indicadas y de puntas ahusadas, como indica la Fig. 7.
La operación de encorvar las piezas de la proa de la canoa es un asunto vidrioso, aun cuando se disponga de equipo especial, de modo que es preferible usar rodas — o mejor dicho, piezas terminales, pues en este caso popa y proa son iguales — construidas en madera maciza, como se indica en la Fig. 6.
YEl grano debe correr aproximadamente en ángulo recto, como indica la Fig. 7, y para las juntas se usan tarugos y cola de caseína.
El armado se inicia colocando y clavando las plantillas en posición a lo largo del espinazo, como indican las Figs. 3 y 7.
Se invierte luego la posición del esqueleto resultante, y se atornilla provisoriamente la sobrequilla a cada una de las plantillas, tras lo cual las piezas terminales se atornillan entre dos piezas de madera, dos abrazaderas, colocadas en los extremos del espinazo, a ambos lados, como en la Fig. 7.
Se encorvan las puntas de la sobrequilla, para que entren en contacto con las piezas terminales, a las que se aseguran en forma permanente con tornillos de bronce y bulones, como se indica. Las bordas, que corren de punta a punta, se hacen con fresno de grano recto; se las envuelve en trapos y se las empapa en agua caliente para ablandarlas; sus extremos se achaflanan y clavan permanentemente sobre las piezas terminales.
La instalación de las pequeñas cubiertas, Figs. 5 y 6, refuerza mucho la armazón y contribuye a dar forma a las bordas; se aseguran con tornillos de bronce, como en la Fig. 4.
Ahora hay que atornillar sobre las plantillas cuatro listones longitudinales, distribuidos de popa a proa, equidistantes entre sí y a cada lado de la sobrequilla (ocho en total), Figs. 8 y 9.
Aun cuando las costillas de cedro blanco tienen un espesor de 5 mm en vez del habitual de 6 o de 8 mm, esta variante no debilita la construcción, pues se la compensa separándolas 25 milímetros.
El tratamiento a vapor es necesario para darles la flexibilidad indispensable para que tomen las curvas (Fig. 13).
Cada costilla tendrá el largo necesario para llegar de borda a borda, pasando por afuera de los listones longitudinales.
Se comienza por el centro de cada costilla, que se instala como indica la figura 14, poniéndola en posición con grapas en C y clavándolas a la sobrequilla y las bordas después; la primera que se instala es la central de la canoa, y luego se va avanzando hacia las dos puntas. Las costillas que van frente a la primera plantilla tienen una curva tan pronunciada que es prácticamente imposible evitar que se quiebren; cuando se da el caso de que una costilla caiga en el lugar ocupado por una plantilla, se la omite temporalmente, Fig. 15, hasta que se hayan retirado aquéllas.
Colocadas todas las costillas, los listones longitudinales son retirados y la construcción queda en condiciones de recibir la tablazón, que es de cedro de 3 mm.
Si el aficionado tiene sierra sinfin con dispositivos para corte longitudinal, podrá ahorrar dinero en el costo de las costillas y la tablazón, aserrándolas por sí mismo. Como indica la Fig. 10.
Los tablones se tienen en remojo durante varias horas, y luego se coloca el primero, poniendo su borde paralelamente a la línea central de la sobrequilla, figu-ra 11, usando grapas o prensas para mantenerlo en posición.
La tablazón se asegura a las costillas con clavos de cobre, los que se remachan por el lado de adentro, doblándolos de modo que crucen la dirección de la veta de la madera, como indica la Fig. 12.
En la Fig. 11 se indica la disposición de los tablones; nótese que los primeros cinco que forman el pantoque, corren a cada lado de la sobrequilla de popa a proa, mientras que las de la obra muerta se detienen en puntos situados antes de popa y proa, como se indica.
Para sacar el espinazo hay que comenzar por retirar las abrazaderas y aserrarlo por el centro; se sacan todas las plantillas menos la N 3.
Las bancadas dé arce indicadas en lás Figs. 5 y 16 se aseguran con bulones, calzándolas debajo de las bordas para evitar que, dada la elasticidad de la construcción, se pierda la forma del casco.
Este es también el momento de poner los bastidores de los asientos, Figs. 5 y 16, cuyas medidas exactas quedarán determinadas por las del casco.
Las piezas posteriores de estos asientos se abulonan directamente sobre las bordas, pero las anteriores ser bajan 76 mm por medio de espaciadores de madera dura, como indica la Fig. 18.
Pata la cubierta se necesitan dos pedazos de lona pesada, de largo suficiente para llegar de popa a proa, con un exceso aproximado a los 300 centímetros, y cuyo ancho llegará de las bordas al lugar de la quilla, con margen para recubrimientos. Se extiende la lona sobre una de las mitades de la canoa, asegurándola provisoriamente con tachuelas cerca del centro de la borda; se la pone muy tirante alrededor del pantoque, clavándola con unas pocas tachuelas provisorias cerca del centro del lugar de la quilla. Se moja la lona y se la tira longitudinalmente, clavándola sobre las partes terminales. Así que se va secando, el tejido va ajustándose y tomando la forma del casco.
Cuando se haya secado, se sacan las tachuelas de una punta y se acomoda la lona sobre el madero terminal de la misma, desde la punta de la quilla hasta la borda, dejando un cruce de 25 mm sobre el madero. Se fija con tachuelas de cobre de 19 mm, con 25 mm de separación. Se retiran todas las otras tachuelas provisorias, y se saca la lona de la canoa, enrollándola.
Comenzando por la parte que ya está lavada, se da una mano de cemento impermeable para lona, cubriendo únicamente una sección de la tablazón, cerca de la quilla, y no muy grande, pues este adherente se seca con rapidez. Se lo aplica con un pincel duro. Ver Fig 17.
Se va desenrollando la lona sobre la parte encolada, poniéndola bien tirante en sentido longitudinal y asegurando provisoriamente las partes sueltas, mientras que las cementadas se fijan definitivamente con tachuelas muy aproximadas entre sí, sobre la borda y el lugar de la quilla.
A medida que se va asegurando la cubierta definitivamente, hay que ir comprobando que toda su superficie queda plana, sin formar arrugas, frotando con la palma de la mano para asegurarse que todos sus puntos estén en contacto con la madera encolada. La siguiente sección del casco se cubre del mismo modo, trabajando por etapas sucesivas, hasta que se termina por la punta opuesta. La segunda mitad se trata del mismo modo, extendiendo la tela y dando margen para el cruce bajo la quilla. Hecho esto, la lona se corta sobre las bordas; se termina de fijar sobre las piezas terminales, siempre con tachuelas de cobre, que se colocan a distancias de 13 mm.
Se deja unos pocos días para que se seque y luego se le da una mano del mismo cemento sobre la superficie entera; cuando esté seca, se lija y se le aplica otra mano de pintura para puentes y aun otra de un color liso, después de la cual se vuelve a lijar y se barniza. Se pone la moldura de la cubierta, como en la Fig. 19, con clavos de bronce de cabeza redonda, y se termina por dentro y por fuera con dos manos de barniz de espato.
Al barnizar el interior hay que evitar que el barniz se acumule en los ángulos formados por las costillas y la tablazón. Dos manos livianas de este material son más durables y menos propensas a que se presente ese inconveniente. Por fin, la quilla se barniza por separado y se atornilla en posición, como en la figura 20, y se termina con unas planchas de cobre semicirculares, de 6 milímetros.