Arroyo Valizas - Ene/2023



Bitácora:


Curso: Arroyo Valizas
Recorrido: Puente Ruta 10 - Laguna - Desembocadura
Distancia: 27 km
Estado del Cauce: Con el sentido de la corriente hacia la laguna
Clima: Soleado y caluroso
Días: 2
Lugares / acampar: Muy bueno dentro del monte de Ombúes
Año: 2023
Fecha: 14/01/2023 al 15/01/2023
Departamento: Rocha
Recorrido en Google Earth avr10lcd23.kmz
Fotos: www.photos.app.goo.gl


¡EL VALIZAS!


Foto de portada del relato

Remar arroya arriba con corriente a favor…
Remar en un arroyo de aguas saladas…

Tal como estaba previsto en el calendario del grupo, el 14 y 15 de enero del 2023, salió travesía al Arroyo Valizas y Laguna de Castillos en Rocha.

El grupo de valientes (al salir en pleno verano) estaba compuesto por Filipini y Dora, Pablo y Astrid, Eduardo y Ana Luz, Laura y Abe, Chino y Maria y Gerardo con sus hijos Felipe y Federico.

Se salió de madrugada, para aprovechar el fresco nocturno, llegando a Valizas en buen tiempo.
Allá nos esperaba el arroyo, bastante bajo y muy salado.


Sábado
Luego de la descarga habitual de canoas, por suerte se salió con poca carga, y el camión con el resto de los bártulos, nos iba a esperar en el punto de llegada.

El Valizas hacia la laguna es muy lindo, y rápidamente nos aleja del ruido de la ruta y de la civilización y nos sumergió en el campo y en el mundo acuático. Un hermoso paseo de pocos kmts hasta la zona del bosque de Ombúes cerca de la naciente en la laguna de Castillos. Se hizo una parada para refrescarnos y prepararnos para lo que se venía.

Así en medio de alegría y risas, y mirando los cisnes a lo lejos, entramos en la laguna, baja, enorme, salada y ventosa! La cosa estuvo brava, el viento corría con ganas desde la aleta, levantando una olita molesta e impidiendo aflojar en la remada para descansar un poco, si lo hacías, el viento te llevaba unos cuantos metros hacia atrás!

Hubo que calzarse el sombrero, agarrar fuerte el remo y darle, no quedaba otra.

Luego de un buen rato, llegamos al punto indicado, donde estaba el camión y el tráiler con el resto de los petates.

Buscamos un lugar de acampada, y por suerte se decidió por uno, en pleno monte de ombúes, con excelente sombra, vista y cercanía a la laguna.

Comimos algo y armamos la ranchada, disfrutando de la sombra que nos cobijó de un sol abrazador. Se imponía una siesta.... y así lo hicimos.

Por suerte el viento de tarde fue calmando, dado que hubiera sido imposible hacer un asado con el ventarrón que hubo más temprano. Explorando el lugar había una interesante combinación de ombúes con los arboles más típicos de un monte de galería, coronillas, espinillos lo que nos aseguró un buen suministro de leña. El paisaje bien de Rocha y lacustre.... la laguna, enorme, y un pastizal en su costa, y alguna elevación en el fondo; no mucho más pero que colores, todo coronado por un cielo azul impecable y un sol que con su movimiento nos iba cantando las horas, cambiando el panorama con sus juegos de luces y sombras.

La laguna de Castillos totalmente salada, y bajo el influjo del océano, subió cerca de medio metro, lo que nos pronosticó que nos iba a dar pelea al día siguiente.

Hermosa noche para una buena charla, a la vera del fuego, con unos vinitos, un buen asado y sin mosquitos. No se podía pedir más!


Domingo
Al otro día fuimos desarmando el campamento, y el día nos esperaba con todo..... el sol había cargado las pilas y estaba a full. El viento iba rotando hacia el este, Así que la cosa prometía.
El primer tramo estuvo sin dificultad, salvo algunos que rumbearon para donde quisieron, y nos hicieron esperarlos un largo rato.

El grupo se movía con agilidad, y llegamos al puente en la ruta, sin mayor esfuerzo. Ya avanzaba la mañana, y el día estaba con todo, el sol, dueño y señor del lugar en un cielo desprovisto de nubes, 30 y pico de grados, el arroyo corriendo en contra y el viento del este, con ganas de darnos batalla.

El Valizas es un hermoso arroyo que comunica la laguna de Castillos con el océano. Dada la seca existente, solo hay agua salada y reconcentrada por la evaporación en la laguna, y la corriente iba a estar dada por la incidencia del océano y de los vientos. Allá cargamos, con entusiasmo, y alegría... El Valizas nos dio pelea! Primero sus innumerables curvas... cuando pensabas que te acercabas a la meta, en la curva siguiente nos hacía remar un km para el otro lado, luego con una casi ausencia de playas razonables, habiendo en cambio limo y cangrejales, por todos lados, no adecuado para los muy susceptibles.

Si bien la idea era almorzar al llegar en la playa, la idea se fue diluyendo con el pasar del tiempo, u al incrementarse las ganas de comer. Por suerte teníamos suficiente provisión de carne de la noche anterior y donde pudimos hicimos una picada revitalizadora, ante la vista de terneros y ovejas quienes se horrorizaron de nuestro ritual caníbal, y huyeron!

Con Laura optamos por parar cada media hora, a aflojar los músculos e hidratarnos un poco y funcionó muy bien. Por allí pasaron el incasable Filipini y Dora, Acua rezongando con sus hijos, Ana y Eduardo que remaban y remaban, y el resto de la flota.

Y Luego de la curva numero 1.000 creo, apareció la archi famosa duna de Valizas, Bien!!

El paseo se iba terminando; la verdad es que la desembocadura del arroyo en el mar es tan cambiante que ha destrozado la zona, pero solo había que alejarse unos 50 o 100 metros para ver cómo la gente disfrutaba la playa en ese día glorioso. Nosotros nos recuperábamos de la paliza que nos había dado el arroyo, el agua salada, la corriente en contra el viento y el sol!

Fuimos subiendo todo, nos sacudimos la arena, subimos las canoas al tráiler como se pudo, y una vez más, emprendimos el regreso, cansados pero felices de lo vivido.

Relato: Abelardo Gianola
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL