Arroyo del Aiguá - Oct/2022

Bitácora:

La “travesía” comenzó mucho antes de la fecha prevista para el canotaje, en reuniones previas los martes por la noche en el ACAL. Allí discutimos cómo se armaban los equipos de las canoas, que canoas había disponibles, el menú (¡inclusivo, por cierto!), el transporte, si a alguien le faltaba algo, horario de salida, todo con espíritu de compartir y cuidando a cada una de las personas que íbamos.

Sábado
El “día D” nos juntamos a las 3:30 AM para cargar todo en el camión y salir a las 4:00 AM rumbo a Aiguá. Al llegar descargamos todo, cada equipo armó su canoa, coordinamos frecuencia de las paradas y códigos de rescate (tres pitidos de silbato y se activaría el rescate!)… y por fin salimos!

Estaba precioso el lugar. Sabíamos que, por la poca lluvia, no habría mucha agua en el arroyo. Varias veces nos tocó bajar de la canoa y arrastrarla. Para amateurs como yo, estuvo perfecto que no hubiera mucha agua, ¡sino en las curvas cerradas y con las ramas y troncos hubiera hecho tumbar la canoa infinitas veces!!! El primer despliegue del equipo “canotero” del ACAL fue cuando nos topamos con una represa que se había formado por troncos, sin dudarlo varios sacaron sierras y abrieron paso para poder pasar las canoas. ¡Nadie detiene al ACAL! En la tardecita empezó a llover, y con el viento vari@s empezamos a enfriarnos… Nos costó encontrar un lugar para acampar, pero finalmente, después de remar 23 Km y muertos de frío, Horacio y Fiorella divisaron un lugar espectacular (la entrada un “poquito” embarrada, pero sin duda valió la pena).

Lo primero, armar el fuego y sacarse la ropa mojada para entrar en calor. Se armó bruto asado con carne, chorizos, verduras y no recuerdo qué más, un despliegue interesante!. Por suerte se despejo el cielo y nos acompañó una luna casi llena hermosa. También nos acompañó el frío a la hora de dormir, ¡aprendí que es fundamental tener un buen sobre de dormir para las noches frías! Que frío, no pegue ojo en toda la noche.

Domingo
Al día siguiente salió el sol, un cielo limpio súper celeste y ya se retiró el frío. Remamos casi 20 Km, pasando por pequeñas correderas, curvas, ramas, troncos, y demás. Aquí también hubo despliegue del equipo ACAL al pasar las canoas por correderas, que no permitían el paso, usando cabos atados en proa y popa. Con más agua, debe de ser impresionante ese arroyo. Esta vez conseguimos lugar para acampar rápido, tras haber designado a Horacio como “buscador oficial”.

Muy lindo lugar, donde armamos un buen fogón y salió una cocinada en equipo, para una súper cena con arepas, verduras al wok y carne. ¡Hay muy buenos cocineros en el equipo!

Lunes
Tercer día, llegamos al Cebollatí, era un río más ancho y calmado. Ya era el tramo final del recorrido y nadie había tumbado, ¡un éxito! Finalmente, llegamos al punto que nos esperaba el camión, habíamos remado un total de 58 Km.

Cargamos todo, nos cambiamos y emprendimos la vuelta. Esta vez con un lindo cansancio en el cuerpo, que, hacía todo más relajado, fuimos conversando y durmiendo algunos, hasta llegar al ACAL. Descargamos y ya arrancaron las ganas de una nueva travesía!

Relato: Astrid Agorio
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL