Arroyo Campanero - Nov/2023



Bitácora:


Cursos: Arroyo Campanero y Río Santa Lucía
Recorrido: Paso Garrote - Paso Roldan (R108)
Distancia: 127 km
Estado del Cauce: En su cauce
Clima: Caluroso y soleado
Días: 2
Lugares / acampar: Bueno, pocos para elegir
Año: 2023
Fecha: 4/11/2023 al 5/11/2023
Departamento: Lavalleja
Recorrido en Google Earth acpgrslpr23.kmz
Fotos: https://photos.app.goo.gl


¡CAMPANERO!


Foto de portada del relato

Paso Garrote (Arroyo Campanero) - Paso Roldan (Río Santa Lucía)

Desde hace ya muchos años estoy participando de las traviesas de nuestro querido Club Acal, te diría que soy uno de los veteranos del grupo de Canotaje Traviesa, pero mi edad lo contradice.
Hace unos años que estoy saliendo muy poco con el grupo, pero siempre participo de las reuniones y comidas que hacemos martes por medio.

En este caso, me entero de que hay una salida de las que a mí me gusta: un arroyo inexplorado por Acal que pintaba que era algo de mucha vegetación; habría que abrirse paso y ver con qué nos encontrábamos. Otro de los puntos a favor era que iban a ser pocas canoas, lo cual es algo que me interesa porque la salida se hace más llevadera.

Entonces, no la podía dejar pasar, me anote y ahí se me vino a la cabeza “tengo que afilar el machete”, porque ese arroyo pintaba para abrirse camino todo el tiempo.
Fui el martes, como siempre, a la reunión; pero bueee, no hubo reunión. Es que las cosas ya están muy aceitadas y solo había que definir quién compraba las cosas y en qué autos se podía ir, cosa que se arregló fácilmente por un grupo de WhatsApp.

Los días antes a la salida dieron agua y hasta un ciclón, y a mí, como siempre, no me importaba si llovía; no miro pronósticos, pero el pronóstico que algunos me comentaban se venía cumpliendo. Llovió los 3 días antes de la salida, pero el ciclón no aparecía y no apareció. Todo el mundo hablaba de eso y algunos compañeros de trabajo me preguntaban: ¿Van a ir igual? Y yo lo único que quería es que nadie dijera de suspender la salida, pero bueno, todos ya están curados de espanto. Nadie dijo nada y de lo único que se hablaba es de a qué hora nos juntábamos para salir.


Día 1 (Campanero)
Sábado 6 a. m., ya casi estábamos todos en el club, partimos hacia Paso Garrote en Lavalleja (Arroyo Campanero), un lugar que ni Google sabe que existía.
Éramos tres vehículos, uno con un tráiler de cuatro canoas y carga, conducido por mi amigo y líder de esta travesía “Aqua”, que iba con Daniel “El Santo”; otro con Abelardo, líder del grupo kayakaismo del Acal, que iba con Gaby (que no hay salida que se pierda), y Pablo, que debutó en una travesía compleja; y en el tercer vehículo iba un viejo canoero que por concurrir a esta travesía ahora pasa a ser el “nuevo del grupo”, y por eso le tocó escribir este relato; Ernesto, una promesa pero viejo canoero; y Fiorella, la más chiquita en todos los sentidos, ya consolidada.

Las cuatro canoas que fueron son la MAGA de Gaby, que iba con Abelardo; la AMPA COOP de Aqua, que iba con Daniel; la ELECE, de Pablo que iba con Ernesto; y la Angirü de Fiorella, que iba con “Primo”.
Entre una cosa y la otra llegamos a Paso Garrote. Después de bajar las cosas, había que llevar los vehículos hasta la llegada y volver hasta el punto de salida, ya que en esta oportunidad, como éramos pocos no utilizamos el camión de Mauricio, que es el que siempre nos resuelve la logística.

Cada uno con su escuelita fue cargando la canoa. El primer obstáculo a sortear era un alambrado, ahí me dije: si así arrancamos, ¿Cuántos alambrados más tendremos? Hay que tener cuidado con eso, muchas veces te agarra mal y es un problema, pero salvo uno al final no hubo más en este trayecto. El arroyo, gracias a la lluvia de los días anteriores, tenía agua, así que hay que agradecer que llovió y lo dejo en un nivel más que aceptable para navegar porque si no hubiéramos caminado de punta a punta los 27 o 28 km.

Empezamos a navegar, el arroyo era más bien cerrado, mucha vegetación, cada tanto un lagunón, pero los compañeros de la AMPA COOP venían abriendo camino cortando y cortando. Pasábamos por lugares muy estrechos y con ramas muy bajas, donde nos teníamos que acostar en los asientos de las canoas y donde en 15 metros no veías al de adelante de tanta rama que había; por eso, lo de ir cuatro canoas fue muy acertado. En el trayecto había muchas botellas de plástico, chancletas, productos de la ciudad en un lugar que era muy natural, pero contaminado por las cosas que tiran.

Entre remadas y cortadas nos encontramos con un tronco de unos 35 cm de diámetro y, esta vez, en lugar de pasar las canoas por arriba, decidimos cortarlo porque parecía más fácil, cosa que no fue tan así. Cuatro de nuestros “prohombres” nos empecinamos con ese árbol que era grande, no se terminaba de cortar; pero le ganamos por cansancio o porque éramos cuatro contra uno.

Seguimos unos kilómetros y en una laguna nos dimos contra un arenal, que fue donde comimos y descansamos un rato. Al terminar tuvimos que remar para atrás, ya que la pasada era un poco antes pero casi no se distinguía por tantas ramas. Continuamos hasta la tarde, lagunón, ramas, algún carpincho que se tiraba al agua cada tanto, más lagunón, más ramas. En uno de los lagunones pudimos ver muchos carpinchos en el agua y algunos en las orillas como queriéndose esconder, pero cuando digo muchos, llegamos a contar unos 20 o 25; también se vieron algunos lobitos y más adelante un chancho jabalí.

Seguimos con un arroyo zigzagueante y cada tanto alguna tumbada y otra tumbada, lo cual nos llevó a colocarle un apodo a dos de los compañeros de una canoa: ahora pasaron a ser Tumbín y Tumbón quienes finalmente conocieron todo el arroyo, ja ja ja.

A eso de las 15, empezamos a buscar campamentos. Al principio de la travesía los campamentos estaban por todos lados y de los lindos, pero como siempre cuando tenés que encontrarlos, no aparecen. En un lagunón nos bajamos a ver como tres y no nos convencían, hasta que encontramos uno que, para mi ojo, la puntuación sería un 6 en una escala de 10. Lo bueno es que parecía que nos estuvieran esperando porque tenía leña ya cortada y el fogón lo hicimos cerca de la leña, cosa de trabajar poco.
El cocinero fue Abelardo y se mandó unas carnes y chorizos a las brasas que le quedaron bárbaras y fue la comida, que además se comería fría el domingo en el almuerzo.


Día 2 (Santa Lucía)
Al otro día nos levantamos tranquilos, desayunamos y, sin apuro, volvimos a salir rumbo al puente de ruta 108 (Paso Roldan). El paisaje no cambió mucho, ramas, lagunones, el arroyo corría bajo galerías, precioso de estar en esos lugares. Tampoco cambiaron los amigos Tumbín y Tumbón, que seguían explorando las aguas del arroyo.

Luego de unos kilómetros nos encontramos con el primer puente (Paso Calera) y unos kilómetros más abajo llegamos al puente de la ruta 108, al cual teníamos que llegar para dar por finalizada la travesía. Lo hicimos sin mayores percances, de ahí a buscar el vehículo al punto de salida y para el Club a descargar todas las cosas.

La travesía estuvo espectacular gracias al nivel de agua que tenía, el clima que recontra ayudó, la vegetación y a los animales que se vieron.
Mi puntuación es 5 en escala de 5

Relato: Daniel (Primo) Brea
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL