Arroyo del Cordobés - Abr/2024



Bitácora:


Cursos: Arroyo del Cordobés y Río Negro
Recorrido: Paso de la Cruz - Picada de las Piedras (Km. 329) sobre el Río Negro
Distancia: 42 km
Estado del Cauce: Crecido apenas
Clima: Caluroso y soleado
Días: 3
Lugares / acampar: Excelentes (de arenal y de monte)
Año: 2024
Fecha: 20/04/2024 al 22/04/2024
Departamento: Durazno, Cerro Largo y Tacuarembó
Recorrido en Google Earth Ver recorrido (adcpdlcrnpdlp24.kmz)
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Travesía Arroyo del Cordobés y Río Negro


Foto de portada del relato

Aunque las travesías en canoas se llevan haciendo desde hace más de 50 años en el Club Acal, recién este año me enteré de su existencia. Pude conocer el Arroyo Cordobés y el Río Negro gracias a que mi gran amigo Sebastián Pita y su familia, me invitaron a recorrerlo. La costumbre es que el nuevo escriba el relato de la travesía, por lo que, para no olvidarme de nada, lleve una libretita. El problema es que daba para hacer un libro con todo lo que anote, por lo que muchas cosas quedaron afuera, lo cual tiene una linda consecuencia: si queres saber cómo es una travesía por el Cordobés y el Río Negro al detalle, vas a tener que ir :)

Con una hermosa luna llena, salimos rumbo al Dto. de Durazno en la madrugada del sábado, precisamente a las 2 de la mañana. Al ser 20 personas no todos entrabamos en el camión, por lo que algunos fueron en auto. Seba y yo, fuimos junto a sus padres (Selva y Pita) y otros canoeros en el camión. Al llegar al lugar donde nos íbamos a tirar (Paso de la Cruz) conocí a uno de los personajes del viaje: Aqua, que ya andaba de chancletas y short cuando la mayoría estaba con campera, gorro y guantes.

Día 1 - El que vuelca más veces gana
A las 10 hs de un sábado fresco, soleado, con el agua alta y la corriente fuerte, 18 canoeros incursionaron en el Cordobés pensando en la tranquilidad que iban a disfrutar de aquel día. En mi canoa (Seba y yo), por otra parte, la idea de volcar, empaparse y perder alguna cosa se hacía cada vez más familiar, debido a que era mi primera vez remando. Sin embargo, nuestra zarpada se vio demorada: 2 canoas ya habían volcado y no habían pasado 20 minutos de la travesía. Desde ahí empezó una brutal competencia por quien volcaba más veces, en la que las canoas se daban vuelta o hasta en algunos casos, paseaban verticales. El primer puesto se lo llevaron dos canoas, la de Selva y Pita y la de Alejandro y Fernando. Por lo menos tanta tragedia trajo un poco de buena suerte: cuando la canoa de Selva y Fernando se dio vuelta, se perdieron muchas cosas, pero nadie sabe cómo, la bombilla del mate permaneció fiel a su lugar en la canoa, como si hubiera sido pegada.

La idea de ver algún bicho se alejaba cada vez más con los chiflidos del grupo y con cada grito de Seba. Pero luego de remar un rato, pudimos ver un martín pescador que volaba reflejando el brillo del río con sus plumas celestes, una lagartija y una araña roja que colgaba de la mitad del río. Luego de los primeros escandalosos km, paramos a comer y Aqua aprovechó para tirarle agua a todo el mundo. Retomamos la travesía y unas horas antes del atardecer, paramos a armar campamento en un arenal extenso en línea. La cena consistió en mucha, demasiada carne y alguna que otra verdura que flotaba en la parrilla. Esa noche Sergio y Daniel le pegaron una remontada histórica a Selva y Seba en el truco.

Día 2 - Aqua nos deja descansar
El segundo día fue más tranquilo de lo que esperábamos. Después de desayunar mucho dulce de membrillo con queso, partimos. Remando por el arroyo Cordobés desembocamos en el Río Negro, y como nos encontrábamos en una zona de triple frontera, paramos en un arenal que se encontraba en Tacuarembó, desde el cual se veía a la izquierda el departamento de Cerro Largo y a la derecha, Durazno. Este primer trayecto, terminó siendo el único del día. El lugar donde paramos a almorzar era tan bueno para acampar, que Aqua no tuvo otra que ceder al reclamo popular, y armamos campamento ahí mismo. Antes de que atardeciera Nati, Fio, Daniel, Gaby, Grace y yo nos pusimos a cortar verdura para el guiso que iba a hacer Pita. Mientras se hacía la comida, Seba y yo fuimos al campo a buscar bichos. La medalla de oro era encontrar algún mamífero, pero con ver alguna araña o ranita nos conformábamos. Habían pasado 15 minutos y no habíamos encontrado nada, hasta que llegamos a un camino en el que había tantas ranas y arañas, que teníamos que tener cuidado de no pisar ninguna. Más tarde volvimos al campamento y sentados alrededor del fogón, comimos el guiso que había quedado tan bien que hasta le había gustado a Agorio, que tiene un paladar medio complicado.

Día 3 - De vuelta a la capital
El último día ya no había tanto sol, pero el clima seguía estando lindo. Partimos del lugar donde habíamos acampado y disfrutamos una vez más del Río Negro. Otra tradición de las travesías es bautizar a los nuevos tirándolos al agua. Sabiendo esto, cuando vimos que Aqua y Sergio se estaban acercando mucho a nuestra canoa, empezamos a remar más rápido. Pero obviamente en algún momento, nos alcanzaron, y yo terminé flotando en el río. Cuando llegamos a destino Mauricio y su camión ya nos estaban esperando, así que después de almorzar, nos fuimos para Montevideo.

Lo que me queda de este canotaje son lindos recuerdos y la experiencia de haber compartido con un grupo tan diverso, polémico y divertido.

Relato: Leticia Laviña Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL