Río Queguay - Mar/2024 (Paso del Sauce – Próximo al puerto del Negro Choco)
Bitácora:
Cursos: Río Queguay | |
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Recorrido: | Paso del Sauce – Próximo al puerto del Negro Choco |
Distancia: | 13 km |
Estado del Cauce: | De muy bajo a muy crecido |
Clima: | Caluroso y soleado y muy lluvioso |
Días: | 2 |
Lugares / acampar: | Bueno, pero se inunda |
Año: | 2024 |
Fecha: | 2/03/2024 al 3/03/2024 |
Departamento: | Paysandú |
Recorrido en Google Earth | R2rq24.kmz |
Fotos: | Ver todas las fotos |
¡EL RESCATE!

Paso del Sauce...
Luego de la peripecia vivida en Carnaval, el viernes 2 de marzo (3 semanas después del caos) a la tardecita arrancamos "los rescatistas del Queguay", Javier, Rosi, Daniel (Santo), Ernesto en auto 1 y Mauricio, Natalia, Primo (Daniel) y yo, Horacio.
Viernes
El plan era llegar a Morato a cenar y dormir ahí. Así se hizo y como a la una de la madrugada se prendió el fuego en un medio tanque, carne y verduras nos recuperaron del viaje. Algo de tomar también. El local comunal de Morato cubrió con creces nuestro hospedaje, que luego de un sueño reparador bien corto, pero de calidad, a las 7 ya estábamos levantados, desayunando para arrancar rumbo a Paso del Sauce.
Sábado
La salida fue muy rápida, sin carga todo es más fácil. Tres canoas: Javier - Rosi, Daniel - Ernesto, y el Primo y yo. Avanzamos rápidamente y antes de mediodía pasamos por el campamento del primer día de Carnaval. Almorzamos como siempre y reanudamos la marcha, a poco entramos en la zona de desastre. Por suerte con poca agua. El primer escollo un gran escalón y de ahí en más a marcha lenta. Podíamos encontrar rastros de los naufragios y así fue. Javier y Rosi encontraron el remo doble amarillo de Fiorella. Nosotros encontramos cuerdas, pero con la gran esperanza del gran hallazgo, recuperar a "Otra Oportunidad". Caminando por el lecho, lo que otrora era flotando, reconocí el lugar fatídico del vuelco, fue así que íbamos explorando a ambos lados hasta que, como a 150 metros, el grito de Daniel y apareció la canoa a la vista, recostada en una curva, llena de ramas, ¡¡¡que emoción!!! Era el éxito de la misión. Atado al cabo de la canoa estaba el bolso de Susana con su celular, cedula de identidad y dinero, ¡¡¡además sillas plegables y la parrilla comunitaria!!!
Nos reunimos las tres canoas, celebramos, limpiamos de ramas y con un par de agujeros y una rajadura en la borda de proa recuperable, la emparchamos y flotando seguimos caminando buscando más cosas que rescatar. A pocos metros Javier identifico el lugar por donde habían salido en Carnaval, así fue que salieron al encuentro de Natalia y Mauricio que venían por tierra. Otros siguieron rastrillando el río. Yo me quedo solo con las canoas y se produjo el momento mágico, siento el llamado de la naturaleza, camino unos metros tierra adentro y en ese momento, ¡¡¡imagínenlo!!! Veo mi reloj pulsera esperándome. Si, el que había perdido hace 15 días, ¡¡¡en perfecta hora!!! De no creer, pero si, otro reencuentro.
Instantes después nos reunimos todos. Sacamos la canoa para llevar al tráiler, juntamos todo lo demás del rescate y como seguíamos al otro día, dejamos remos, chalecos y tarrinas médica y de reparaciones atados a las canoas con cabos largos a árboles que estaban en el paredón como a 3 metros de altura mínimo, de ahí salimos al campo donde estaba la camioneta y nos pusimos a armar campamento al borde del monte ribereño. Con ánimo triunfal encaramos nuestra estadía. La noche se venía y también una gran tormenta de viento y agua, que locura, nos voló los toldos, inundo carpas, terrible turbonada. Pero sobrevivimos.
Cenamos y al sobre literal. ¡¡¡Al otro día como a las 7 tomamos conciencia de que estaba creciendo el agua alrededor del campamento!!! Y ahí sin desayunar a buscar las canoas. Cuando llegamos el agua había crecido como 4 metros. Las tres canoas, sujetas pero volcadas soportando la correntada que se las quería llevar, las ataduras quedaron como a un metro bajo agua. Así que Mauricio se tiro al agua con una cuerda, la ataba, cortábamos los cabos y la cinchábamos, así de a una a una las fuimos rescatando a las 3, con la perdida de las tarrinas médica y de reparaciones. Con trabajo fuimos atravesando el monte de tramo a tramo para llevar a las 3 más o menos parejas. ¡¡¡La última parte ya la hicimos en canoa, el monte se había inundado!!! Y por fin salimos al claro. Ahora a desarmar campamento, el agua lo iba inundando todo.
Como dato, se había prendido el fuego para cocinar. Lo tuvimos que correr varios metros arriba y asimismo llego al rato el agua. Terminamos de cocinar justo antes de que sucumbiera el fuego. Y bien, luego de almorzar emprendimos la salida. Unos 8 kilómetros a campo traviesa sorteando cañadas, piedras y barriales, lo que no impidió el éxito, habíamos llegado al casco de la estancia (Los Ruanos) a reunirnos con el otro vehículo, agradeciendo al dueño de la estancia por su gentileza al dejarnos por segunda vez transitar por su campo. La salida fue fácil, la caminería era bastante buena, luego la ruta y ya todo serian anécdotas para hacer más corto el retorno.
Relato: Horacio Bracco
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL