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Río Yí - Nov/1999 (Playa El Sauzal - Estancia San Martín del Yí)


Bitácora:


Curso: Río Yí
Recorrido: Playa El Sauzal - Estancia San Martín del Yí
Distancia: 65 km
Estado del cauce: Bajo - Casi tocando todas las piedras del fondo
Clima: Caluroso y soleado a nublado y turbonada
Días: 2
Lugares / acampar: Bueno
Año: 1999
Fecha: 6/11/1999 al 7/11/1999
Departamento: Durazno y Flores
Recorrido en Google Earth RYDESM99.kmz
Fotos:  

 

 

SU MAJESTAD EL YÍ

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta vez el "Yí" fue nuestro punto de encuentro y de aventura, así que dejando atrás un par de horas de viaje y un reconfortante descanso en el gimnasio municipal (gentileza y esfuerzo de nuestra compañera Elizabeth), a las 6:30 a.m. hacíamos los aprontes junto al río en el camping El Sauzal situado en la ciudad de Durazno.

 

El río se presentaba relativamente bajo en su cauce, lo que nos hacía presagiar que tendríamos una travesía bastante movida y "crujiente", ya que debido a la sequía, las piedras en el río estaban a flor de agua, o lo que es peor, acechaban bajo la superficie muy cerca de la misma, para hacer crujir la fibra, y cómo duele. Si bien el tiempo era estable, en cierto momento se puso amenazante, con algunas nubes negras cruzándose de vez en cuando, nada nos detendría y las ansias por tirarnos a navegar eran inaguantables, por fin ya en el agua éramos 52 canoeros "acalenses" y 25 embarcaciones con hambre de río y remo.

 


Para muchos de nosotros era nuestra primera vez en navegar este río, y vaya si nos impresionamos, porque realmente es hermoso, lo que avalaba la palabra de nuestros compañeros, que antes de salir no se cansaban de decirnos: "al Yí hay que ir", quedándonos asombrados del espectacular marco natural que nos ofrece. No hay mejor terapia que ésta, para despejarnos del estrés de la ciudad. Arrancamos en una hermosa laguna como para ir calentando el cuerpo, y no nos dio tiempo ni a respirar cuando ya estábamos palo y palo "encajándole" a un rápido dijera Monzón, el pensamiento era unánime "¿cuántos habrá?". "Que pase el que sigue", gritaban por allí, en estos momentos hay que tener en cuenta llevar todo atado en la embarcación aunque naveguemos en laguna y ni que hablar en los rápidos donde el riesgo de vuelco está latente, este es un consejo de alguien que por decir muchas veces "yo no vuelco" le tocó perder unas cuantas cosas. Para navegar sin sorpresas ingratas existen 4 cosas fundamentales:

 

1- colocarse correctamente el chaleco salvavidas.

2- llevar todo bien atado y en tarrinas.

3- llevar siempre cinta pato (es nuestro seguro de navegación).

4- llevar un remo de repuesto.


 

Transcurriendo las primeras emociones, lo que vendría fue un goce donde los rápidos se hicieron en forma constante sin tregua alguna, donde al entrar a una laguna no faltaron las piedras que nos hicieron detener varias veces a socorrer a otros compañeros con algo de cinta pato para tapar alguna rajadura y así poder resaltar lo importante que resulta el compañerismo en esta actividad. Tampoco faltó a quién comerle la "naranja" o pedirle prestado el achicador como ocurrió con nuestras amigas sanduceras "Pía y Andrea" de la embarcación "Cleopatra". El achicador es algo a tener muy en cuenta en la canoa ya que es lo que vamos a utilizar cuando embolsemos agua dentro de la embarcación, especialmente en una travesía donde existen muchos rápidos, podemos utilizar un jarrito plástico atado a la canoa o si bien lo más práctico son los "polifones" por su gran capacidad de absorción y poco peso ("... a veces hasta lo podemos utilizar de asiento" dijera Pía).


 

Tras tanto disfrute ya nos aguardaba el final de la 1er etapa, cuando de pronto, tras la laguna se empezó a sentir un tremendo estruendo y casi sin damos cuenta estábamos palo y palo internados en un enorme rápido de unos 150 mts. de largo con terrible piedra en el medio del mismo que apenas pudimos esquivar, pero entre el ruido a fibra quebrada, la fuerza del agua que corría muchísimo, la adrenalina que subía y el "pelado" Lauro que timoneaba con todo, la cosa se puso buenísima, para encima recibir un cálido aplauso de nuestros compañeros recién arribados al punto de llegada.

 

Tras armar campamento, los mates, las anécdotas imperdibles y "poco creíbles" y los malabares de nuestro compañero el "Fanta", la tormenta de la noche hizo abandonar a unos cuantos, mientras que otros decidimos continuar, cómo decir no cuando su majestad el río llama a gritos.


 

El segundo día nos deleitó aún más, si bien tuvo más dificultades que el día anterior, el río se cerró bastante lo que a nuestro gusto lo hace más interesante. Los rápidos se hicieron más continuos y el río corría mucho más que el día anterior. Tras varios kilómetros de puro rápido aparecieron las piedras escondidas a pocos centímetros de la superficie, lo que hizo trabajar a full al proel dando aviso continuo de dónde había una piedra, y cómo se sufría cuando nos comíamos alguna (que por cierto nos comimos unas cuantas). Nada nos detuvo y cuando por fin terminaron las piedras, una hermosa laguna nos esperaba donde le tocó el turno al viento, que hizo lo suyo (era fuertísimo) especialmente en los últimos 4 kms. de laguna, quiero resaltar la gran tenacidad de mis amigas sanduceras: Pía y Andrea, que junto a nosotros supieron (como pudimos) sobrellevar la laguna y el viento llegando a la meta a puro remo, palo y palo, dijera Lauro.


 

Tras concluir la aventura, las caras de satisfacción eran impagables y sin lugar a dudas la promesa de volver es un hecho, más que promesa. Este artículo está dedicado al "Pelado" que nos tuvo que soportar, a la Reina por sus consejos para la "vuelta" y a todos mis amigos y compañeros del ACAL.


 

Relato: Marcelo Latchinian

Fotos: Revista Uruguay Natural

 

 

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Río Yí - Nov 1999

 

 

 

Fuimos 10 canoas de acal con el negro Omar que era el camionero de Acal en ese momento.

 

Un montón de expectativas por concurrir a una Poronguera del Yí. El río estaba por debajo de su cero pero aun así mostraba su intensidad muy parecido al Tacuarembó grande pero de arena más gruesa, igual la belleza paisajística impresionante. Grandes moles de granito atravesando el río. Entre los concurrentes estaban el negro Miguel Reboledo, Gabriela su mujer, el lacha, Pablo Monzón y su hermana, los morochos matrimonio de dentistas de Montevideo Daniel Mautone, Oscar Compan, Jorge Fernandez, dos gurisas que no recuerdo nombre y dos muchachos más que no recuerdo.

 


El primer día salimos de Durazno sin carga solo bebidas y comestibles y se hizo un tramo de 35 km. parada a medio día donde hubo de todo para compartir como siempre. Hubo pesca, bagres y tarariras para no perder la costumbre. Pocas emociones un rápido en el medio del recorrido de dificultad media que los que volcaron fue por novatos.

 

La emoción estaría reservada para el final del día. La llegada era a la salida de un rápido muy grande (Paso Villasboas). Y cuando te venias arrimando al rápido había una gente que te gritaba por aca!!! Por aca!!! Yo me pare en la canoa y mire y me gusto por el medio y nos largamos con Daniel y pasamos olímpicos, mucha caída de agua y corriente fuerte con un desnivel importante.

 

Llegamos a puerto y vimos una canoa que venia volcada enseguida un remo flotando y nos paramos en el medio del río miramos para arriba y era el tendal. El por aca!!! Era para que la gente se tirara por el peor lugar y los que estaban arriba de la barranca se divirtieran.


 

Llegamos, el negro Omar estaba con el camión y ya había puesto una lona mesa y armado fogón. Todos armaron sus carpas en la vuelta y se armó el fogón. La organización había instalado largas mesas de madera para la cena que ya estaba saliendo, fuimos a cenar una buena cazuela acompañada de Vinos de la Cruz dados por la organización. Terminada la cena algunos del Acal colaboraron con la organización en hacer desaparecer todas las botellas de vino que habían quedado sin tocar arriba de varias mesas y ahí empezó la jodita, show de bolos de llama dado por Gabriel Fantoni (el Fanta) gran amigo y nos fuimos al fogón de leña de monte y surgieron mil anécdotas.


 

De a poco comenzaron a desaparecer y Oscar me pregunta y vos donde vas a dormir Celiar y le contesto acá al lado del fogón, traje el sobre mochila de almohada y quede seco y Oscar dijo si Celiar duerme acá yo también. Me despierto no se a qué hora lloviendo torrencial, me arrastre para abajo de la mesa me tape y seguí y Oscar me entere a posteriori la primer carpa que encontró se metió, la carpa de Miguel Reboledo y amaneció Gabriela abrazada a uno que no era su marido solo risas hubieron, dado que la amistad en esa barra era muy grande. Amanecer nublado todo el mundo quejándose, una carpa en un pozo inundada el único que durmió un poco tenia colchón inflable y floto, las gurisas que habían armado en el mejor lugar como la tierra estaba muy dura no pusieron estacas se les voló la carpa con el viento, nadie esperaba esa tormenta no estaba anunciada el río estaba bajo por la seca sin embargo llovieron 60 mm.


 

Mates desayuno organización y aprontarse para largar segunda etapa y ahí me entero que Danielito se pianto. Yo de aquí no me muevo dijo pase mal la noche con la lluvia. Quede solo, largue solo, hermoso día de sol hermoso río paisaje más amplio porque se nota la influencia del lago de Baigorria por ahí saque de un taper un pasa cassete de los chicos con dos parlantecitos Sony y puse Pink Floyd remando manso chupando vino, encontré a un parroquiano de Tacuarembó con el zapatito pinchado y bueno ahí éramos dos con el zapatito de tiro escuchando Pink Floyd y chupando vino.

 

Al rato se acoplo el Fanta y Oscar Compan y éramos cuatro, al rato las gurisas éramos 6 y al rato 4 canoas encadenadas dejándonos llevar por la corriente y corrigiendo el timón de joda de risas pasamos muy pero muy bien.

 


La organización había dicho que al que quedara para atrás una lancha lo remolcaba. Al rato apareció la lancha y nos arrimó a la llegada el camión ya estaba cargado cargamos nuestras canoas y arrancandonga. Me entregaron un trozo de ternera con cuero que me tocaba y gentilmente me guardaron y lo fui disfrutando en el viaje del cual no recuerdo mucho porque me dormí y desperté en Acal.


 

Relato: Celiar Ortiz

Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL

 

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Club Nautico ACAL - Río Yí - Nov 1999


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