Eran las 7 de la mañana del sábado 21 de noviembre, cuando partimos rumbo al pueblo Colonia La Paz, ubicado en el kilómetro 124 de la ruta 1, donde se encuentra el club náutico Concordia al margen del río Rosario donde armaríamos el campamento fijo. Luego de dos horas de viaje llegamos a la hora estipulada cerca de las 9, rápidamente ocupamos los lugares, y nos dispusimos a comenzar la rueda de presentaciones, ya que varios éramos nuevos en esto de padres e hijos.

Las familias estaban compuestas de la siguiente manera, Gerardo (acuaman) Maria, Felipe y Federico, Leonardo, Adriana, Claudio y Juliano, Geronimo y Felipe, Hugo, Mariela y Emiliano, Horacio y Agustin, Diego y Valentina, Daniel (primo), Melisa y el más chiquito de todos Agustin, Fabian y Geronimo, Fernando y Danilo, Martin y Facundo, Rony y Lucas, Martin y Paula, Néstor Fernanda y Guillermina y Alfredo, Roció, Victoria (Vicky) y Mauro.

Ya presentados, nos hicimos al agua bajando canoas chalecos remos sillas y lo fundamental el almuerzo. Luego de una hora y media de remar, y pasar por debajo del puente viejo de la ruta 1, paramos en un lugar con sombra ya que estábamos por el mediodía, nos dimos unos baños refrescantes y nos dispusimos a almorzar, luego algunos dormitaron un poco, otros con los niños jugaban en el agua mientras los más friolentos preferían hacer castillitos en la arena. En cierto momento se escuchó una voz conocida, VAMO, VAMO, VAMO!!!!! y todos otra vez a las canoas y seguir un poco más hasta el puente nuevo donde los canto rodados nos impidieron continuar, ahí otra parada baños y diversión de los gurises , luego de un rato y muchas fotos, emprendimos el retorno hacia el punto de partida.

Al llegar al campamento, nos sorprendieron unos monteadores que talaban unos eucaliptus añejos formándose grandes tertulias mirando a los trabajadores, entre las miradas atentas de los niños que veían caer a esos gigantes. Se realizaron juegos para los niños, como carrera de embolsados, tirar a la cuerda y futbol. Armamos las carpas y dejamos todo pronto para la noche, luego de prender el fogón (centro de reunión del campamento). Se empezaron a arrimar las sillas, los mates el infaltable queso, dulce de membrillo y galletas y a merendar!! Luego de juntar más leña para la noche para que Leo pudiera asar unas colitas de cuadril, bondiolas y la especialidad de Mariela unas pizas a la parrilla que fue el deleite ( muy buenas!!) . Al terminar la cena, surgió la búsqueda del tesoro, en donde los niños tomaron sus linternas, y recorrieron el campamento. Nadie quedo afuera y todos recibieron sus regalos. Nos quedamos alrededor del fuego, saboreando una rica caipiriña, al otro día desayuno con tortas fritas (amasadas por los niños), mate y otras yerbas, bajamos algunos en canoas al río y otros quedaron en el campamento.

A la vuelta se sintió un ruido en el agua, era Daniel que se tiraba por la tirolesa, que atravesaba el río de lado a lado. No falto mucho tiempo para que se sumaran, varios a repetir la experiencia por cierto muy divertida. Almorzamos lo que había quedado del día anterior, al terminar algunos descansaban y otros desarmaban el campamento, una vez terminado de acomodar y arreglar las pertenencias cada uno emprendió el viaje de retorno. Finalizo así una linda experiencia que seguramente se repetirá el próximo añ.

Relato: Alfredo Cornejo

Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL