Mi nombre es Sofía y tengo 5 años y lo que les voy a contar es como fue mi primer fin de semana de canotaje travesía. Hasta ese fin de semana nunca me había subido a un bote y mucho menos a una canoa así que todo lo vivido fue nuevo para mí.
El fin de semana arranco mucho más temprano que de costumbre pero era tanto la expectativa que me desperté y vestí sin protestar. A eso de las 10 de la mañana y luego de poco más de una hora de viaje, llegamos al campamento. Mi Papá conocía a algunos amigos pero yo no conocía a nadie pero rápidamente me hice de tres nuevas amigas con quienes estuvimos recorriendo el camping mientras el resto de los Papás organizaban la travesía.
Cuando quise acordar las canoas ya estaban en el agua y nosotros prontos para remar, no sabía hacia donde, así que con Mamá y Papá seguimos al resto de las canoas al ritmo que podíamos. Parece que ni Mamá ni Papá tampoco saben mucho de remar porque según Diego, el Papá de Valentina, y Daniel nosotros íbamos en zigzag a lo largo del río. En el trayecto pasamos por debajo de dos puentes, que raro se ve desde abajo, y finalmente llegamos a una playita donde dejamos las canoas y comimos. En realidad, no comí mucho sino que me quede jugando en la arena con mis amigas mientras mis padres se tomaban un cafecito caliente gracias al fuego que pudieron prender los amigos de Papá.
La vuelta estuvo mucho más divertida, me cansé menos remando y paramos en otra playita donde nos pudimos bañar, hay que tener cuidado porque es muy profundo y se debe usar el salvavidas. Ya de tardecita llegamos al camping en donde hubo que armar la carpa y luego empezar a preparar las cosas para prender el fuego y hacer el asado. Entre varias personas armaron el fuego y al tiempo que yo jugaba a la escondida o trataba de juntar bichitos de luz, nunca había visto tantos bichitos de luz. Cuando quisimos acordar ya estaba la cena pronta y comimos todos juntos alrededor del fuego.
Al otro día me desperté temprano y me fui a ayudar hacer las tortas fritas con las que desayunamos. Entre los niños hicimos un montón de tortas fritas para que los papas tuvieran fuerza para otro día de canotaje. Después jugamos otro rato con mis nuevos amigos y de nuevo a las canoas, hacia tanto calor que nos íbamos mojando entre todos para refrescarnos y divertirnos. Un señor que se llama Filipini y un nene se cayeron de la canoa, yo me asuste un poco pero en realidad me pareció que Daniel los tiró.
A la vuelta de la travesía, algunos papas jugaron al “canopolo”, algo así como tratar de hacer goles con un bidón al tiempo que las personas se trasladan con la canoa, me pareció muy divertido pero yo esperaba la tirolesa que no se pudo porque faltaba una cuerda…me quede con las ganas.
Para terminar el fin de semana, Filipini, nos entregó a todos los niños un regalo a cada uno y mientras los papas empezaban a levantar campamento seguí jugando con mis nuevos amigos que ya parecían de toda la vida. Así se fue terminando el fin de semana de mi primer canotaje travesía que me gustó mucho y quede tan cansada que dice mi Mamá que no había llegado a la ruta cuando ya estaba dormida en el auto.
Les dejo un beso a todos y espero que quien lea esto le entren ganan de sumarse para el próximo año. De mi parte espero que la próxima travesía llegue pronto para encontrarme con mis ya viejos amigos. Acá les dejo unas fotos de ellos.
Un beso, Sofí.
Relato: Sofía y Martin Arriola
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL
