Río Cebollatí - Feb/2017

Bitacora:

¡Travesía del Río Cebollatí febrero del 2017!

Tómese en cuenta que el relato lo hacemos dos novatos, por lo que las inexactitudes pueden llegar a distorsionar un pelín la realidad.

Cálculo de recorrido y distancias a transitar.

Los datos procesados por los técnicos mediante el uso de muy sofisticados gps de última generación, radares atómicos, celulares con aplicaciones de cálculo diferencial y adición progresiva, nos dieron un exacto cálculo de la distancia a recorrer, esta se dispersaba un poco por lo que esta distancia fue entre 80 y 100 km, tómese la que más le guste, a mi particularmente me pareció que 100 es un número muyyy lindo.

Con los nervios propios de dos personas que son novatos en el tema, aunque mi padre ha hecho algunas travesías nunca de timonel, esperamos al último martes para saber si teníamos la oportunidad de ir a esta travesía. El martes supimos que teníamos el lugar y a aprontar las cosas, compras de último momento y a salir, el viernes los nervios y alguna salidilla de último momento hicieron que no durmiéramos nada, pero con muchas ganas estábamos en el club aprontando las canoas y demás petates a la 1:30.

Llegamos al lugar de salida más o menos a las 6 horas, no es un dato muy confiable ya que la parte del cerebro que uso para saber la hora, no estaba totalmente activo, en realidad jamás lo uso en ese horario por lo que el dato debe ser erróneo seguramente.

Por fin las canoas prontas para salir, aunque la nuestra se veía muy cargada, mucho más que las otras todas prolijitas pero no importó allá salimos a la corriente, no sin antes tomar contacto con una realidad que después sería bastante molesto, los mosquitos con tremendo hambre.

Primer día de travesía

La salida fue tranqui sin sobresaltos y con poca corriente, nada que temer, jijijijij, un rato después empezó a angostarse el río, por supuesto a tomar velocidad y ponerse bastante sinuoso, pasaba por lugares más estrechos y así comenzaron las caídas, nosotros no se sabe por qué azarosa razón fuimos sorteando todas las curvas todas las situaciones potencialmente riesgosas con alguna hidalguía, por no decir de puro… . En una ocasión quedamos montados sobre la punta de un palo ubicado de forma horizontal a la corriente, no nos movíamos para ningún lado y el agua pasaba a toda velocidad por todos lados hasta la canoa decidió seguir río abajo, así seguimos un rato más hasta que una rama decidió que éramos muchos en la canoa y plim! salí despedida de la canoa hacia el agua que estaba muy buena sin duda, mi remo siguió aguas abajo y yo agarrada de la canoa, fuimos a una mini playa a subir a la canoa y salimos en busca del remo, más abajo iban los compañeros Fernando y Carlos con mi remo, antes de llegar al remo nos fuimos torpemente sobre unas ramas, y llego nuestro debut dándonos vuelta, allí ambos al agua la canoa llena de agua y río abajo, pero estaba Fernando y Carlos para salvar la situación, nos frenaron y ayudaron. Mientras Fernando achicaba de un lado yo desde el agua achicaba desde el otro, logramos dejar la canoa libre de agua y luego de 30 minutos logramos subir en la correntada, obviamente con la ayuda de los compañeros, genial, fue una experiencia muy buena realmente muy buena. Cuando apenas subimos mi padre se da cuenta que en la caída había perdido el remo, él estaba muy nervioso, lamentándose porque el remo era prestado entonces… salimos en busca del remo. Entre todo ese entrevero de cosas, ninguna otra canoa pasaba, hubo una seguidilla de caídas antes del lugar donde nosotros nos habíamos caído. Seguimos hasta que encontramos una playa a esperar a todo el resto de las personas. Fueron llegando de a uno y hasta que Clara y Pablo llegaron gritando ¿alguien perdió un remo? Y si, era nuestro remo! Decidimos comer en esa playa en la cual subiendo unas MONTAÑAS había bastante sombra. Cada uno llevo su comida para el primer almuerzo, cabe destacar que nos gusta mucho la torta de fiambre, lamentablemente a todo el resto del grupo le pasaba igual y, …. Adivinen muchas tortas de fiambre hicieron su aparición en la improvisada mesa. Luego de un rato de descanso continuamos la travesía. La tarde también se presentaron con varias caídas. Ya todos cansados el primer día decidimos quedarnos en una playa, que no era un hotel 5 estrellas peeeero, estaba bastante bien. Armamos el campamento, nos bañamos, y comimos colita de cuadril, bondiola y zapallo a las brasas, muy rico todo. Esa noche se nos presentó, un raro fenómeno para nosotros llamado el fenómeno de la crisálida, luego alguien dijo efímera (descripción al final del relato), se trata de un extraño insecto que vive en el agua y un día luego de 4 meses decide vaya a saber por qué motivo salir, ellas forman un extraño pero hermoso espectáculo alrededor de cualquier fuente lumínica, miles y más miles de estos insectos revolotean girando locamente en torno de linternas y faroles, realmente un espectáculo que se nos dio esa noche.

Segundo día:

Nos despertamos con un hermoso día soleado, desayunamos y emprendimos viaje. Los primeros trayectos fueron bastantes fáciles y agradables, hasta que se empezó a complicar con caminos muy angostos donde corría el agua muy rápido. Nosotros éramos una de las últimas canoas cuando escuchamos el grito de que alguien se había caído adelante nuestro. Eran Fernando y Carlos, el río corría y hacia una curva de casi 90 grados, donde corría el agua de una manera desesperante. Ellos intentaron pasar pero no pudieron con la correntada que los llevo contra los arbustos. La canoa se hundió completamente y las cosas se empezaron a ir rio abajo. Rosie y Javier pasaron y fueron rescatando las cosas que se iban flotando. Mientras todos los demás esperábamos que se solucionara. Eran varios ayudando para rescatar la canoa, y aun así tardamos cerca de una hora para poder seguir nuestro camino. Nos explicaron como debíamos pasar y lo hicimos, solo que de una manera algo extraña ya que nos dimos vuelta y pasamos marcha atrás, muy asustados.

Luego de esa gran caída, procuramos buscar un lugar donde comer y descansar un rato. Comimos el asado que nos había quedado de la noche anterior, muy rico!!!. Rápidamente seguimos nuestro camino ya y logramos completar todo el día sin más caídas. Buscamos un lugar para acampar y encontramos un lugar arriba de una subida de unos 5 metros bien empinada. Antes de poner la carpa debimos limpiar el piso ya que estaba llena de espinas de tala. Comimos un guiso a manos de un cocinero de primera. Esa noche pudimos ver otro gran espectáculo protagonizado, esta vez, por las luciérnagas. Las cuales en la oscuridad total y en un campo muy grande miles y miles se prendían y se apagaban haciendo juego con las estrellas. En el grupo quedamos impactados por la belleza de ese simple pero muy lindo espectáculo.

Tercer día:

Otro hermoso día, hermoso clima, y muchas ganas de seguir nuestro camino. Al comenzar ese día, Javier y Rafa debieron ir antes que nosotros a verificar por donde debíamos seguir ya que parecía no haber salida. Tuvimos que caminar unos tramos con la canoa entre los árboles para luego seguir nuestro camino en el sarandisal. Continuamos hasta que volvimos a sentir el grito de aguanteeeen! Esta vez le toco a Príncipe y Malaquias, nosotros no podíamos ver lo que estaba sucediendo, sufrimos el sol de frente hasta que nos animamos a movernos a la sombra. Cuando nos dijeron que podíamos seguir, pasamos y casi casi nos caemos al pasar por arriba de un palo, pero por suerte pudimos seguir nuestro camino. Buscamos un lugar para almorzar, la verdad la verdad no fue el mejoooor lugar del mundo, pero en fin fue un lugar. Los mosquitos ya se habían apoderado de nosotros. No le hacían caso ni al repelente, ni al fuego, a nada! Comimos guiso con fideos, muy rico. Seguimos nuestro camino sin ninguna caída, hasta que encontramos el último lugar donde íbamos a acampar. Encontramos un lugar que también tenía algunas pendientes y el piso cercano al agua era un barro solo. Aun así disfrutamos mucho del último baño, hubieron algunos clavados y algunos intentos de pesca muy fallidos. El Carlos hizo unas riquísimas pizzas y jugamos al tiro del achicador, improvisado juego que seguramente estará entre los deportes de la próxima olimpíada ya que es de lo más arriesgado difícil e intrincado por sus reglas complicadas y el estado atlético que es necesario mantener para poder salir victorioso del mismo, ganarnos premios. Estuvo buenísimo!

Cuarto día:

Empezamos el día tranquilo, teniendo que remar mucho, mucho, mucho durante todas las horas, solo había que remar. Yo ya estaba muy cansada, así que aproveche para tomar sol un rato jaja pobre papa! No hubo ninguna caída, ningún rápido solo remar y remar, lo que salvó la jornada fue otro espectáculo que se dio esta vez al mediodía más o menos, ya que ese día se produjo un eclipse de sol, un momento hermoso mirando, como la naturaleza nos premia. Fuimos haciendo algunas paradas cada una hora ya que estábamos todos muy cansados. Decidimos comer galletas con atún, mayonesa, cebolla y tomate. Seguimos nuestro camino hasta que rápidamente llegamos a Paso Avería. Tuvimos una experiencia inolvidable, nos gustaría agradecer a todo el resto del grupo por la buena onda paciencia y solidaridad con nosotros, muchas gracias.

Relato: Romina Alaggia
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL

Ephemeroptera

Los efemerópteros (Ephemeroptera), conocidos comúnmente como efímeras, efémeras o cachipollas,N 1 son un orden de insectos pterigotos hemimetábolos acuáticos. Este orden es parte de los paleópteros, antiguo grupo de insectos que también incluye a las libélulas y los caballitos del diablo. Existen unas 3000 especies, agrupadas en 42 familias y 400 géneros.

Son insectos relativamente primitivos, con una serie de rasgos ancestrales que probablemente estaban presentes en los primeros insectos voladores, como colas largas y alas que no se pliegan sobre el abdomen. Sus etapas inmaduras son formas acuáticas de agua dulce que reciben el nombre de náyades o ninfas, cuya presencia indica un ambiente limpio, no contaminado. Son los únicos insectos que pasan por una fase, el subimago, en la que son terrestres, ya poseen alas y son capaces de volar, pero aún no han mudado al estado de imago o adulto sexualmente maduro. Eclosionan en primavera u otoño, en gran número.

Por su vida adulta tan breve han llamado la atención de naturalistas y enciclopedistas ya desde Aristóteles y Plinio el Viejo en la Antigüedad clásica. El poeta inglés George Crabbe comparó la breve vida de un diario con la de una efímera en el poema satírico The Newspaper (1785).

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