PUNTO DE PARTIDA: Camping Minas Viejas a encontrarlo por Google Maps porque su cartel estaba tirado en el piso
ITINERARIO: Mina de Dolomita y Mina de Manganeso – Cerro Arequita.
Sábado (de minas)
Con la idea de aprovechar todo el fin de semana varios comenzaron la travesía el viernes mismo y el resto fue llegando durante la lluviosa mañana de sábado.
El grupo de whatsapp estaba movido en la mañana del sábado, cada uno iba reportando como veía el cielo en su zona, y camino al encuentro. Minas nos recibe con un poco de lluvia hasta el mediodía.
El camino por la ruta 60 es panorámico y serpenteante dentro de un paisaje de serranías.
Fuimos los primeros en llegar sobre las 8 hs, la lluvia nos acompañó en el viaje, apenas dio tregua, bajamos del auto para ver si alguno de los valientes de la noche anterior ya estaba despierto. Una vista rápida nos permitió reconocer un montón de leña, y trastos que indicaba que hubo acción y que seguramente ya sería el lugar de encuentro del fogón.
La reina del carnaval resulto ser la “gotita” (alias agoriogota) de Agorio que tenía hasta caloventilador portátil, una tablet a modo de televisión, heladera y demás comodidades.
Sobre las 10 de la mañana ya estaba casi todo el plantel completo, entre saludos codo a codo o choque de puños en modalidad covid-19, viendo un poco las circunstancias climáticas se decidió dejar la visita programada al Arequita para el día domingo.
Entre idas y venidas partimos rumbo a las minas de dolomita y de manganeso. Solo faltaban los amigos alemanes del príncipe que en esta primer instancia no nos acompañaron.
Partimos sobre las 11hs rumbo a las minas, mochilas con linternas y especial hincapié en botas de lluvia para los que tenían.
Recorrimos un trecho por la ruta, se empezaba a ver de lejos una construcción grande toda oxidada que indicaba la antigua planta minera. Al ingreso una portera con un gran cartel: prohibido pasar. Yo con cautela como nueva participante empecé a observar que había dificultades de visión o este era un equipo dispuesto a conocer las minas ya que casi sin tapujos cada uno fue buscando formas de acceder y pasar la portera. Algunos treparon, los niños mostraron su agilidad y en dos patadas estaban del otro lado.
Con Agorio al mando como el conocedor de la zona comenzó la búsqueda del acceso a la primer mina: de dolomita. En el transcurso llovió de forma tal que no había piló, paraguas o campera que aguante, el agua se escurría por todos los recovecos que encontraba. Para nuestra suerte llegamos a un lugar y resulta que había que volver para atrás, creo que la tormenta interfirió en el gps interno de nuestro guía jajaja.
En esta segunda oportunidad dimos con el camino correcto y llegamos hasta el indicador del acceso a la mina: un gran tronco caído. Empezamos a sacar las botas de goma y linternas y poco a poco empezamos el descenso a la mina entre plantas y barro, la humedad ya era intensa en el entorno selvático.
El acceso a la mina era digno de fotografiar, se desprendía un cerrazón que hacía del paisaje de película. Fuimos entrando poco a poco, haciendo equilibrio entre el barro, las piedras y el agua.
Un poco de información que nunca esta demás:
La dolomita es un mineral compuesto de carbonato de calcio y magnesio [CaMg(CO3)2]. Se produce una sustitución por intercambio iónico del calcio por magnesio en la roca caliza (CaCO3). Se le puso el nombre en honor al geólogo francés Déodat Gratet de Dolomieu.
Se usa como fuente de magnesio y para la fabricación de materiales refractarios. También se utiliza como fundente en metalurgia, manufactura de cerámica, pinturas y cargas blancas y como componente para fabricar el vidrio.
No ha sido posible corroborar la información de que se utilizó dolomita en la construcción del Challenger como se rumoreaba por ahí.
Continuando con la aventura seguimos en búsqueda de la casa de los que se presupone eran los dueños de la mina. Más adelante nos encontramos con semejante casona, abandonada, su estructura con amplios ventanales y una visión panorámica a las sierras espectacular. Más de uno a medida que explorábamos nos íbamos imaginando como quedaría semejante casita restaurada, con sus dos pisos, dos estufas principales, un altillo, y por fuera una gran piscina y parrillero ideal para armar el camping ahí.
Terminando el recorrido por la casa abandonada, el grupo se reunión y se dividió entre, los que comenzaron el camino de retorno al camping, y aquellos que querían conocer la siguiente mina. Esta segunda está dentro del predio del parque de UTE. Pero siguiendo con el razonamiento de algunos todos pagamos la UTE por ende todos somos dueños del parque.
Llegamos, al ingreso un cartel con grandes letras rojas nos alertaba que bajo el Nro. de algún artículo estaba prohibido pasar, mientras leía eso todo el grupo ya había pasado entre el alambrado. No me iba a quedar atrás así que ingresamos al parque de UTE. Por suerte un cartel nos indicaba en qué dirección se encontraba la mina de Manganeso.
En el camino nos encontramos con una casita, está a diferencia de la que habíamos visto momentos antes tenía un aspecto cuidado, un jardín decorado con flores y plantas y unas vistas que invitaban a sentarse a tomar unos mates ahí.
Un par de fotos y seguimos camino.
Llegando a la mina de Manganeso nuevamente cambiamos zapatos por botas y nos adentramos en la mina. En esta oportunidad a diferencia de la mina anterior, esta tenía un aroma bastante particular: acido, que ya empezaba a incomodar, el barro debajo de las botas se sentía espeso y las paredes no invitaban a tocarlas para apoyarse. Si había algo que me faltaba para pegar la vuelta fue escuchar a los que ya estaban más adentrados el lio que se estaba armando con los murciélagos. En ese momento metí la marcha atrás y con una sonrisa nerviosa ofrecí mis botas al siguiente valiente que quiera ingresar.
A medida que iban saliendo cada uno fue contando su aventura en el encuentro con los murciélagos.
Ya todos afuera comenzamos el camino de retorno con una parada técnica donde Rosy como buena brasilera saco un paquete de ticholos para recargar energías.
De nuevo en el camping sobre las 17 horas empezamos a armar carpas aquellos que por la lluvia preferimos posponer el armado para que seque un poco.
En ese momento observo atentamente como colocan en 3 patadas un toldo verde grande por arriba de donde se suponía sería el fogón. Incrédula en mi pensamiento no cabía posibilidad de que un fogón este debajo de un toldo, pero efectivamente fue así.
Ya había oscurecido y poco a poco nos fuimos acercando al fogón que empezaba a irradiar calor, varios aprovechamos la oportunidad para poner a secar zapatos o ropa que con la lluvia del día habían quedado húmedos. Sobre una de las cuerdas que sostenía el toldo el “Aqua” colgó un par de pantalones de niño que todos vigilábamos cada tanto cuando subía alguna chispita.
Transcurría la nochecita y se armó en un sector un campeonato de yenga que termino con un video que mostraba la destreza de los chimpancés en este juego.
Yo aún contemplaba incrédula que un fogón este ardiendo bajo un toldo, pero la mandíbula se me calló en el momento en que Horacio preparando la parrilla junta con sus manos una braza caída y la tira nuevamente al fuego.
La parrilla comenzó a ser criticada cuando había un 60% vegetales y 40% carne. Se escuchaba “saca esas verduritas y mete más carne” terminada la cena podría decir que casi todos elogiaron las verduras asadas. Aunque también se escuchó a alguien decir: “Mama estas papitas no son larguitas como las de Macdonals.”
Dentro de las charlas que se fueron dando: el príncipe se enteró que el boliche al que le había metido denuncias varias por sonidos molestos era de Daniel. Carmen acerco su banquito cuando alguien comento de la experiencia con la ayahuasca. Una ronda sobre buenas películas y series. Otra ronda de recomendaciones de paradores en las rutas Uruguayas. En los elogios hacia las manzanas de Julio aprendimos que en una degustación realizada en el Latu los Uruguayos prefieren en primer lugar a la línea “Pink lady” le sigue la “Fuji” y por último la “Red”. Pero un poco indignado Julio nos comenta que al parecer la idiosincrasia hace que en el día a día el Uruguayo compra más la gama “Red”.
