Arroyo Solís Grande - Jul/2007

Bitacora:

2 Relatos por falta de uno

Flashes de una Jornada con ACAL

julio de 2007 - Arroyo Solís Grande

Domingo de invierno, 22 de julio, 7 AM.
Llegando a Malvín a cargar el camión y el trailler. Noche oscura, encapotada.
Pocas deserciones, total de presentes: 15, grupo heterogéneo. Buen ambiente.
"Cabe un kayak más", "Por acá", "Podés llevar el tuyo". ¿Quién decide?... ¿el colectivo?

Tarrinas y más tarrinas, alguna heladerita y sillas.
Parada de abastecimiento en la panadería.
Antes de las 8 estamos en marcha.

Parada para levantar un compañero ya en Ruta 101.
En carretera, cambiamos de chofer, hoy no nos podrá acompañar el experimentado y entusiasta Mauricio. Seguimos con Carlos. Todo bien.
Salimos de la Ruta 8 por la Ruta 9 hasta llegar a un camino secundario.
"Por éste", "Allá est el arroyo", " En el GPS estaba éste monte de frutales".
Lo que no estaba era la portera con candado: primer obstáculo. Se sortea con cordura, nada de desarmar, embestir, abatir... propuestas todas desechadas.
"Arriba esos brazos", "Esquivar el perno", "Son sólo 100 metros (¿o más?)".
El día está claro, sereno, nublado, pero da ánimo.

Ya sin camión... ¡al agua!
Somos 9 embarcaciones: 6 canoas y 3 kayaks. Remos: dobles, simples, largos, cortos, anchos, livianos. Tarrinas y más tarrinas (¿serán necesarias tantas?).
Solís Grande: hermoso, buen caudal, tendremos aproximadamente 17 kms. por delante. Da el tiempo para calentar el cuerpo antes de que se caliente la cabeza, pues el arroyo se estrecha, el monte natural cierra la pasada. El grupo de avanzada, machete en mano, guía.
"Por acá"," Allá", "Buscar donde va mayor correntada para abrir camino", "Agacharse", "Izquierda", "Derecha", "!No!, eso no!" (Esto último slo dirigido a mí, la novata).
En una curva complicada se da vuelta la primera embarcación, se recupera y sigue en camino. A cuidarse más.

Hasta el próximo lagunón, donde se pudo descansar un rato esperando juntar al grupo nuevamente.
Pensar que decían que sería como un paseíto en el Parque Rodó lo que no dijeron es que pasaríamos todo el tiempo entre el Mambo, la Rueda Gigante y los Chocadores.
Aparece una petaquita, y otra preparación color ámbar. Se pasan de mano en mano, distensión, bromas. Buen ambiente.
Continuamos con situaciones semejantes. Monte natural cerrado en ambas márgenes. Agua clara, poco profunda. Mucho verde, vegetación de invierno. Casi no se ve vida animal. Apenas un loco grupo de humanos empeñados en avanzar hacia la desembocadura del Arroyo Solís en el Río de la Plata.

Parada de almuerzo, como a las 13.30.
Zona despejada, más abierta. Terraplén y arboleda alta. Buen lugar para acampar.
Se baja todo y los pioneros a buscar leña. Aparece la parrilla (buena parrilla), sillitas, tarrinas que se abren: el salamín y las butifarras para compartir. Flautas (¡qué buen pan!).
Hay hambre, rpidamente se llena la parrilla de finas tiras de asado. Algún valiente a arrimar brasas, el fogón quema.

Pero la carne ya empieza a chirriar y pronto estamos chupándonos los dedos. El consabido Martín Fierro para rematar.
Se me olvidaba: ¡el pescador! él, trajo la cañita con su reel, aprontó el anzuelo y lo lanzó. Bromas van, bromas vienen. Creo que no hubo pique porque pronto estuvo, cuchillo en mano, comiendo junto al grupo.
Agua para el mate de la vuelta en el camión y apagar el fuego para marchar.

A ésta altura serían como las 3 de la tarde, y nos pusimos nuevamente en marcha.
El arroyo se ensanchaba, pintaba tranquila la travesía, aunque el cielo se encapotaba.
Pronto refrescó. Cruce de ruta 9. Parada de consulta sobre dónde subir (acá o seguir hasta el final). Nuevamente pareció consenso (¿o no?). Se decide avanzar hasta la Interbalnearia.
A las orillas aparecieron campos abiertos, civilización, cambió el paisaje. Aves sobrevolándonos, ¿Caranchos?, Éramos carne codiciada?, ¡No!, Remar y remar. Se viene la noche. Viento. Llovizna.
Remar y remar. Emparejar el grupo. Buscar la orilla más protegida del viento.
¡Por fin el puente! Pero sabemos que tan chiquito como lo estamos viendo no es, así que es que... ¡está tan lejos!
Construcciones: a la izquierda una abandonada, se la come el monte; a la derecha una casona cálida, estufa prendida que luce acogedora, luz interior, Y uno acá, mojado. El cansancio ni se siente, hay que llegar.
Se vino la noche. Viento sur-oeste con agua helada. Pero lo estamos logrando. Un gran día. Para mí de lo mejor en años.
Exactamente lo que estaba buscando cuando entré a Internet y me contestaron: "intégrate a los martes". Una travesía-canotaje con un gran-buen grupo (gracias por integrarme).

Llegada. Con cuidado. Silenciosa.
Subir, enjuagar canoas, y cargar.
Yo, a la cabina, los pies ateridos, toalla y medias secas. El resto de la ropa bien, aguantó el agua, el cuerpo prácticamente seco.
En la cabina con el chofer, se suma un compñaero con un músculo de la pierna sentido, único inconveniente.
Arrancamos. Atrás, entre mate y charla. Noche oscura. Lluvia.
Vuelta a casa. Montevideo, algo más de las 20.
¡Qué domingazo!

Relato: Dora Ois.
Fotos: Grupo Canotaje Travesa club ACAL

TRAVESÍA SOLÍS GRANDE

julio de 2007 - Arroyo Solís Grande

Todo comenzó con un simple correo electrónico "24 de julio travesía Solís grande"
No podía perder otra oportunidad de conocer al grupo canotaje travesía del club Acal se me habían pasado varias anteriormente, así que me arme de coraje y confirmé la asistencia.
Julio venia bravo en cuanto a temperatura y durante la semana anterior ya se venía pronosticando que el peor día iba a ser el domingo, viento bajas temperaturas y lloviznas, daba frío el solo pensarlo pero ya estaba en el baile y había que bailar.

Así fue como el domingo tempranito a eso de las 7 arribamos al club junto al amigo "Acalito", ya el grueso del grupo estaba cargando canoas y pertrechos varios junto a la infaltable parrilla, sí una parrilla!! Por ley el asado no puede faltar aunque llueva o truene.
Partimos rumbo a la salida proyectada levantando gente por el camino y entre mate y bizcochos arribamos al punto de partida a media mañana, como suele suceder una tranquera cerrada nos impidió llegar a orillas del Solís, por lo tanto hubo que transportar embarcaciones y tarrinas a mano, todo este movimiento retraso un poco la partida pero a su vez nos ayudo a entrar un poco en calor ya que el cielo estaba cubierto y había una persistente neblina.
Para mi gusto me toco remar en un kayak, no es que no me gusten las canoas pero me siento más seguro sobre los primeros.
En este caso fue un Ocean kayak doble, es un sit on top construido totalmente en plástico moldeado, nunca había tenido oportunidad de utilizar una embarcación de este tipo, ya que en Uruguay es raro encontrarlos porque es un bote un tanto costoso para nuestro medio.

Fue así que partimos 2 kayaks travesía el Ocean kayak más 5 canoas río abajo.
A los pocos metros cometimos un pequeño error y terminamos de frente a un arenal de unos 150 metros de largo, por lo cual hubo que retornar y tomar por un pequeño sangrador, el mismo estaba obstruido por un par de ramas.
Allí comencé a identificar al "montaras" del grupo, les pinto la escena... mucho frío, cielo cubierto, todos muy abrigados, algunos de impermeable otros con neopreno y demás, pero ete aquí que el "montaras" estaba machete en mano de short de baño y sin remera!!! Realmente increíble!!
Luego de salvado este escollo el arroyo continuo mostrándose zigzagueante y muy entretenido con pequeñas correderas, hasta llegar a un lindo desnivel en el terreno el cual formaba una corredera de unos 5 metros de largo y terminaba con una curva de 90 grados a la derecha.
Al llegar allá había muestras de que alguna canoa haba tumbado y haba un par de compañeros ayudando a cruzar a quien no se animara a pasar por ella, luego de consultar con Víctor, compañero y timonel, decidimos cruzarla, estaba difícil ya que el kayak doble es bastante largo y un poco más difícil de maniobrar que la canoa pero bueno nos mandamos y obviamente no nos dio para doblar, terminamos haciendo una expedición botánica sobre el kayak, seguro la especie popularmente denominada "uña de gato" estaba presente, ya que dejo sus marcas en ambos y gracias a la rápida intervención de los compañeros no llegamos a tumbar pero falto muy poco.
Luego de toda esta adrenalina comenzamos a ver que el arroyo se hacía poco a poco más ancho mostrando lagunones varios, a estas horas ya había hambre en el plantel así que se comenzó a buscar un buen sitio para hacer el asado.
El mismo no demoro mucho en aparecer, un pequeño monte de pinos sirvió a la perfección para estos fines.

Apenas desembarcamos tratamos de juntar la mayor cantidad de leña posible y realizamos una fogata un tanto exagerada ya que había que sacarse el frío y a la vez hacer un poco de brasas para el asado.

La previa transcurrió bajo una persistente llovizna en un ambiente muy agradable y entre bromas bebidas espirituosas y alguna leche achocolatada que estaba totalmente fuera de sitio, el asadito comenzó a desaparecer de la parrilla.
Finalizado el almuerzo de a poquito fue tomando forma la cosa y tras rescatar alguna embarcación que fue dejada a la deriva por algún hozado marinero de agua dulce, proseguimos viaje.
Ya el clima se tornaba diferente y el viento pronosticado para la tarde llego en tiempo y forma mermando nuestro rendimiento, el arroyo a su vez se torno ancho y con poco reparo sobre las orillas.
Fue a los pocos metros de cruzar nuestro primer puente sobre la ruta cuando el grupo se reunió para evaluar la situación, "¿continuamos hasta el peaje o abandonamos por aquí?"... por mayoría se decidió continuar hasta la meta planificada sabiendo de antemano que llegaramos con la última luz del día.
Este tramo fue realmente duro de remar, mucho frío y viento pero la vista era magnifica, aparecieron ante nosotros playas de arena bastante extensas y algunas completamente cubiertas de conchillas las cuales le daba un color blanco único. Otro lindo detalle fue el puente del ferrocarril totalmente metálico, a pesar del paso de los años se veía formidable.

A pocos kilómetros de la llegada "la flota" se reunió ya que veníamos un tanto dispersos a causa del viento, fue allí que me di cuenta realmente de que hacía mucho frío y que tenía las piernas totalmente entumecidas y mojadas, en ese momento se oyó la voz de Dora, única fémina del grupo diciendo "¿alguien quiere un caramelo?" varios aceptamos de inmediato, fue unos de los mejores caramelos de chocolate que he probado en mi vida, fue algo impagable en su momento.
De allí en adelante fue otra vez remo y remo deseando ver el peaje el cual apareció luego de un par de curvas más.
Llegamos con la última luz del día y allá nos estaba esperando el camión, había una llovizna persistente siempre acompañada de viento gélido, cargar todas las embarcaciones sobre el trailer fue algo muy pero muy tortuoso.
Nadie logro escapar al frío, todo el mundo trato de cambiarse de ropa lo más pronto posible una vez sobre el camión.
Partimos de regreso hacia el Acal y a pesar de estar con mucho frío y cansados el ánimo del grupo era muy bueno, (quien escribe soñaba con la ducha de agua caliente).
Desde ya agradezco a todos por haberme dejado formar parte de esta travesía y hacerme sentir como uno más del grupo, a pesar del frío fue un lindo domingo de canotaje.
Saludos y seguramente hasta la próxima.

Relato: Mauricio Yaes
Fotos: Grupo Canotaje Travesa club ACAL

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Arroyo Solís grande - Canotaje Travesía - Jul 2007

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