Mi primer salida con el grupo de canotaje y por supuesto mi primera experiencia en una canoa!

Me integré al grupo algunas semanas antes, pero hubo que suspender las salidas programadas, así que fuera de lo coordinado, organizaron una salida por el día. En realidad parecía que el grupo estaba haciéndolo para mí, no es fácil pensar en hacer un canotaje de dos días y hacer camping cuando antes nunca me había subido a una canoa. Así que desde ya les estoy agradecida, cuando todo es nuevo, el tema del transporte, las tarrinas, el equipo a llevar, como se soluciona el tema de “ir al baño”, y por supuesto cómo se debe remar, y moverse en las canoas.

El día fue perfecto, semisoleado, a ninguno le parecía muy importante explicarme cómo debía hacer para remar, como tomar el remo, etc. Que ya me iría saliendo.

Me tocó con “el Príncipe”, y luego hicimos cambio y con Filipilli. Lo bueno es que todos te hacen sentir como que es fácil, que ya formas parte del grupo. Las indicaciones eran a medida que íbamos avanzando, por lo cual, es como que surge solo, cuando en realidad hay toda una técnica, pero lo hacen para que uno se sienta cómodo.

Lindísimo espíritu de grupo, todos se ayudan mutuamente. Yo traté, pero ya todos mucho más rápidos y habían hecho todo cuando yo recién terminaba de acarrear mis cosas. El asado, todo hecho a velocidad increíble estuvo súper ameno y tomamos sol, hasta algunos durmieron una siesta, la charla se hace interesante, sobre todo por lo heterogéneo del grupo en cuanto a las edades. Es un deporte que no sólo es para jóvenes, sino que también para los más mayores.

En cuanto al canotaje en sí, vi que no era muy exigido, aunque fueron pocas horas, no quedé dolorida ni súper cansada. Y la experiencia de estar en un río e irlo recorriendo y ver las orillas, es una visión que nunca había tenido, uno no se siente como si estuviera a poca distancia de su casa, sino en medio del Amazonas.

Relato: Alexandra Elices

Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL