Relatos Canotaje travesía
Arroyo San Carlos - Oct/2011
Bitacora:
| Curso: Arroyo San Carlos |
| Recorrido: |
Paso de Dutra (R39) - San Carlos |
| Distancia: |
30 km |
| Días: |
2 |
| Año: |
2011 |
| Fecha: |
29/10/2011 al 30/10/2011 |
| Departamento: |
Maldonado |
| Recorrido en Google Earth |
ASCarlos.kmz |
| Fotos: |
www.panoramio.com |
¡Arroyo San Carlos!
De los más difíciles de recorrer.
Desde 2006 que el ACAL no volvía al San Carlos; en las charlas tanto en el club como en cada travesía que salía el tema era el mismo comentario, lo difícil que es recorrerlo y se lo compara con el arroyo Pichinango en Colonia. Ahora luego de haberlo hecho lo más difícil es comparar.
Habíamos puesto fecha en setiembre y debido al clima lo postergamos para octubre ya que antes de salir llovía a cantaros y llovió todo ese fin de semana.
En Arroyos como este (de sierra) crece muy rápido debido a lo encajonado del terreno y si te agarra con lluvia es un torrente que baja y no para y es muy difícil de frenar la canoa.
Puntualmente salimos del ACAL a las 6 AM, 4 autos y un tráiler con 6 canoas, en la radial de San Carlos sobre ruta 9 se nos unirían Alejandro y Alvaro debutantes en estas lides, tomamos la ruta 39 rumbo al ¿paso Dutra? Sobre el arroyo Carapé, paso que no lo encontrábamos y fue porque el dichoso arrollo se llama de otra manera según vialidad, consultas telefónicas y a internet nos daba que nos pasamos, llegamos al punto “Arroyo las Cañas” en el Km 37 de la ruta 39.
Descargar todo y rapidito a San Carlos a dejar los autos en la plaza y vuelta en taxi ya que la llegada prevista es en la mismísima ciudad.
Ya todos reunidos, fuimos cargando las canoas y embarcando aunque no fuera por mucho.
Provistos con 2 trozadores y 4 machetes deberíamos de poder sortear todos los obstáculos.
Cuando hicimos el Pichinango nos llevo casi 12 horas recorrer tan solo 10 km, acá seria así, una de las veces solo recorrieron 3 km hasta que se perforo una canoa con un agujero de 15 cm de diámetro.
¿Nosotros correríamos la misma suerte?
El arroyo Carapé con tan poca agua que daba miedo pero daba para navegar, ya a los 15 m ramas atravesadas y a cortar se ha dicho, mayoritariamente arboles verdes que se acuestan en el lecho y no te dejan seguir. El ramerio seco de distintos grosores generalmente se amontonan el lo que llamamos casa de castores. Las ramas secas topan con las arboles verdes y comienzan a enredarse luego vienen la resaca (especie de pedacitos de madera seca de distintos tamaños) y basura (botellas y bidones de plástico y vidrio) esto va haciendo una maraña difícil de sortear.
Lo mejor es cruzar al otro lado de dique y cinchar ramas y resaca abriendo un canal, como el arroyo corre ayuda a que corra aguas abajo toda la mugre, de todas maneras te bajas de la canoa y te mojas casi hasta el cuello y todo pegoteado de ramitas, hojas y mugre.
A los 2 km desembocamos en el San Carlos aunque no lo vimos fue el GPS el que nos aviso.
Con tan poco agua (unos 30 cm) bajarse y cortar ramas era un espectáculo pero como todo arroyo traicionero tiene su pozos de casi 1 metro y te los encontras sin previo aviso.
Cortábamos tan abajo para pasar y veíamos los cortes anteriores a la altura de la cabeza, una locura hacerlo con tanta agua.
El la Pinamar íbamos Leo y Aqua abriendo (con todos los sentidos de la palabra) camino, en segundo lugar era alternado y solo en casos difíciles como los diques nos venían a ayudar.
La Melchora con Adrian y Alberto, la Tacuarita con Filipi y Dora, La FER con el Príncipe y Rafa, La Sin Apuro con Pablo Con y Clara y la Bandurria con Alejandro y Alvaro, se repartieron los demás lugares en este primer día.
De pronto ramas nuevamente y a cortar, un trozador al agua y desaparece, ¡Dora pásame el otro!, al agua y desaparece, parecía joda iban 3 km y no teníamos mas herramientas, no puede ser, los buscábamos con un agua de 50 cm y no aparecían (según Leo habían corrido aguas abajo), de repente algo amarillo y acá esta digo y Leo dice acá esta, habíamos recuperado los 2 trozadores.
Los machetes lo mismo se fueron al agua en un par de veces pero los encontramos, lo mas cómico fue el segundo día cuando sin usar el trozador del grupo desapareció como por arte de magia y ahí si no lo recuperamos mas.
Almorzamos con una llovizna que desanimo al grupo, se había puesto frio y gris pero teníamos que seguir, al rato se comenzó a despejar y con el ejercicio de cortar entramos en calor nuevamente.
El agua se aguantaba bastante bien, no sé que hubiéramos hecho un mes atrás con 5 o 6 grados menos, metidos todo el día en el agua.
Próximos a la 6 de la tarde con tan solo 13 km recorridos paramos a levantar campamento, sobre un barranco si protección del monte nativo, al que estamos acostumbrados. El fogón al pie del agua nos protegía del viento gélido del sur, al oeste la majestuosa sierra de los caracoles con sus molinos y al este el monte intrincado del arroyo. Pocos km hicimos para ser el primer día, muertos extenuados intentamos descansar lo más posible con una buena merienda.
Colitas de cuadril y chorizos sirvieron de cena y almuerzo del domingo, rueda frente al fuego, anécdotas por doquier y a dormir que faltaban 18 km.
Segundo día.
Ya con buen sol desayunamos y levantamos campamento, cambiamos de punteros ahora les tocaría al Príncipe y a Rafa cortar y tomar todas las decisiones de un puntero, claro está que Leo y yo no les perdimos pie y le corregimos montones de acciones. En una de estas acciones nos topamos con un alambrado que atravesaba el arroyo, mientras cortaban ramas nosotros por la derecha de ellos tomamos nuevamente la punta porque si no, no llegábamos a destino.
El fondo de arena y en muchos lugares piedras cubiertas por plantas acuáticas; nos topamos con una sola corredera cubierta por plantas las cuales alivianaban el sufrimiento de las canoas contra las rocas.
Pocos lagunones, cortos y mucho monte serrado fueron llevando el día, luego de almorzar al pie de un majestuoso barranco de unos 15 m de altura emprendimos el camino final.
Se suponía que se habría pero cortamos ramas y troncos casi hasta San Carlos, nos topamos con una represa destruida la cual sorteamos con alguna dificultad.
Próximos a las 6 de la tarde llegamos al paso de Lopez puente de acceso a la ciudad, juntamos todo y rumbeamos para Montevideo.
Conclucion: arroyo muy difícil, que con mucha agua es casi imposible recorrerlo, mucha rama y árbol caído, pocas correderas, imposible hacerlo con bajas temperaturas.
Relato: Gerardo (Aqua) Ruske
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL
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