Siendo las 7:30 AM estamos prontos para salir del club ACAL rumbo a la ciudad de Pando, el clima no era el mejor, muy frío, húmedo y con amenaza de lluvias; pero igualmente estábamos decididos a pasar un buen día y a disfrutar de una buena travesía del arroyo Pando.
En el correr de los días previos se fueron desinteresando de participar por el frío reinante en estas fechas ya que es el día con menos luz del año el cual da comienzo al invierno en nuestro hemisferio y llamamos: SOLSTICIO DE INVIERNO.
Aproximadamente a las 9:00 hs. Llegamos a Pando donde se nos unió un integrante mas, de ahí nos dirigimos a la costa del arroyo, éramos 10 remeros repartidos en 4 canoas y 2 kayak; el lugar de embarque es un parque de monte indígena muy llamativo, cercano a la ciudad de Pando con lugar entre los árboles que nos permitió salir. El agua estaba muy tranquila, no había corriente significativa y no había viento, lo que pudimos notar todos era la contaminación que había a primera vista (botellas, nylon, etc.).
Ya en el agua el paisaje que se aprecia es muy lindo, teniendo delante nuestro un puente antiguo de piedra con arcos muy vistosos, el monte indígena de las riberas parece meterse en el agua aunque casi todos los árboles no tienen hojas el paisaje es de gran belleza. De éstos árboles (sauces, coronillas, talas, ligustros) a medida que vamos navegando con el bullicio propio de la conversación entre los integrantes del grupo salen volando gran cantidad de aves entre las cuales se destacó la presencia de una garza muy grande que volaba de árbol en árbol delante nuestro como escapando de las miradas extrañas.
Pasando el puente de la ruta 8, pudimos ver que la contaminación se hacía mas evidente, donde algunas industrias tiran sus deshechos al agua sin tratar por ej.; encontramos pequeños islotes de una especie de fibra de celulosa formados por los vertidos de la papelera de la zona años atrás, por lo que pudimos apreciar esta situación fue corregida, pero el nylon, las botellas de plástico y el color y olor del agua nos hacen notar la gravedad del tema.
Realmente el paisaje es hermoso, el arroyo en algunas partes se vuelve muy ancho y en otras muy angosto donde la corriente se hace mas evidente, encontramos también troncos y ramas sumergidas que hacían complicada la navegación.
La lluvia se hizo presente en varios momentos pero no fue causa para hacernos desistir, a unas dos o tres horas de la salida íbamos remando con tranquilidad y comenzamos a ver delante de nosotros una especie de alfombra verde "como una cancha de fútbol" que se extendía de orilla a orilla, creíamos que se trataba de algo liviano y que íbamos a poder atravesarlo sin ningún tipo de problemas, pero fue todo lo contrario era un colchón de mas de quince centímetros de espesor de una planta acuática llamada lenteja de agua que se había acumulado en ese lugar gracias a las ramas sumergidas de dos árboles que hacían las veces de represa. Con el kayak era casi imposible remar quedando atrapado en los primeros 20 metros sin posibilidad de salir hacia atrás, las canoas al tener dos remeros se las arreglaban mejor pero haciendo un esfuerzo sobrehumano.
Se investigaron las dos orillas y un grupo decidió sortear este inconveniente con la canoa y el equipaje a través del monte nativo por la costa. Y otro grupo decidió atravesar esta zona con las canoas y los kayaks; utilizando las canoas como remolcadores de los kayaks a lo largo de los 400 metros aproximadamente que tenia esta zona, demoramos una hora y media en salir de ese lugar "que laburo!!!!!!".En este lugar se mezcla el monte natural con el plantado; un monte de Algarrobos de aproximadamente 1 Km. de ancho que dicen que tiene unas 400 has. de extensión dificulta el caminar por la orilla y menos remolcando canoas.
Una vez que nos juntamos los dos grupos emprendimos la marcha nuevamente, unos cuarenta minutos mas tarde llegamos a una represa artificial donde nos esperaba un compañero con el fuego prendido quien había llegado al lugar antes que nosotros desde el lado opuesto (remontó el arroyo desde la desembocadura), en un instante estaba la parrilla armada y el asado puesto. El hambre y el cansancio se hacían sentir, cuando quisimos acordar estábamos almorzando un exquisito asado donde no falto ni el buen vino, la ensalada, los bombones, y el dulce de membrillo aportado por una de las compañeras.
Unas dos horas después comenzamos nuevamente a remar, una cosa que nos llamo la atención era la espuma blanca (un metro de altura) que se formaba a raíz de la caída del agua por la represa lo que delataba la contaminación del agua; menciono el tema de la contaminación para invitar a la reflexión y empezar a cuidar mas nuestro planeta "pues de momento no hay otro a donde ir"............
A los veinte o treinta minutos de reiniciar la travesía el paisaje empezó a cambiar del monte indígena en las orillas pasamos a ver medanos de arena muy blanca, pinos y algunas casas, también el agua cambió de color volviéndose mas limpia notándose la influencia del mar, lo cual también nos anunciaba lentamente el fin de nuestro viaje. Una hora más tarde estábamos llegando al puente de la ruta ínterbalnearia donde estaba esperando el transporte que nos llevaría de regreso a Montevideo.
En total fueron unas seis horas y media de travesía sin contar las dos horas del almuerzo. Distancia aproximadamente recorrida 21 Km., un paseo totalmente recomendable y más para la temporada estival no habiendo peligro significativo.
