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Arroyo de la Paloma - Feb/2011


Bitacora:


Curso: Arroyo de la Paloma
Recorrido: PASO DE LA CALZADA RUTA 15 - LAGUNA DE ROCHA
Distancia: 20 km
Días: 1
Año: 2011
Fecha: 5/02/2011 al 6/02/2011
Departamento: ROCHA
Recorrido en Google Earth AdlP.kmz
Fotos:   

 

 

Arroyo de la Paloma - Febrero 2011
“20 kilómetros no son nada”

Arroyo de la Paloma- Febrero 2011

 

solima_historia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fueron las palabras de Silvia apenas había comenzado a funcionar el motor del camión que nos llevaría a Rocha. Entre mate y bizcochos todos sentados en sillas plegables rodeados de tarrinas, bolsos, mochilas, carpas y sobres de dormir empezábamos unos cuantos a conocernos ya que éramos cuatro novatos en la experiencia. El viaje se hizo muy placentero íbamos muy distendidos, en la pasada del mate a veces se alternaba una petaca de “Grappa miel” que Hugo sin vergüenza sacó a los pocos kilómetros del recorrido. Al principio varios dijeron que no, pero a mitad del viaje ya éramos unos cuantos que tomábamos mate con Grappa miel.

 

Cerca de las 11y 15 llegamos ansiosos al supuesto destino ya que esta travesía tenía muchas sorpresas por ser totalmente distinta a las demás, ni siquiera sabíamos dónde íbamos a dormir, no sabíamos si el arroyo tenía siquiera agua, en fin me parece que la idea era pasar un lindo fin de semana entre amigos en un lugar paradisíaco de nuestra costa uruguaya.

 

El camión dobla y entra al balneario Punta Rubia, atrás siempre acompañándonos el tráiler con las 5 canoas, que luego se sumaron dos más. A las dos cuadras ya nos estaban esperando Daniel con Melissa también Diego con su hijo y atrás venía Salvador con su cuatriciclo. No sé si sólo para mí, pero hasta el momento todo era una incógnita.

 

Comenzó el momento de bajar del camión y estirar las piernas, saludo va, saludo viene, empezamos a bajar las cosas del camión e instalarlas en la casa de Salvador. Apenas arribamos a su casa nos recibió con una muy buena disposición y camaradería Carmen. “Vengan por acá, dejen esto ahí, ustedes vayan por allá, arriba hay lugar, los hombres pueden dejar las cosas por allí” así todos enseguida encontraron un lugar para sus petates, y no pasó mucho en sentir el grito:

 

Vamos a la playa.

 

Así fue que en dos pasos estábamos pisando una arena suave y fina. El día era espectacular, el sol del mediodía picaba bastante, entonces corrimos hacia el agua transparente con olas gigantes y disfrutamos de muchas zambullidas.

 

Hasta el momento no se sentía gusto a ningún tipo de travesía, sino de un fin de semana de veraneo, no faltó mucho en escuchar el desanimo de algunos diciendo que no valía la pena salir con las canoas por la poca agua que debería tener el arroyo.

 

Los novatos entusiastas insistían en que teníamos que hacer los pocos 20 kilómetros que ya estaban estipulados en el calendario febrero 2011. Fue así que volvimos a lo de Salvador. Carmen nos estaba esperando con buñuelos de algas, armamos campamento alrededor de la mesa y todos comenzamos a sacar viandas con milanesas, pizzas, pascualina, etc. En el almuerzo se comenzó a planificar la travesía. Luego del almuerzo con mucha pereza algunos y otros con mucha expectativa salimos hacia el arroyo La Palma en la Paloma.

 

La Travesia

 

Volvimos a enganchar el tráiler con las canoas al camión y nos dirigimos al arroyo, sí como era de esperarse había poca agua además de un insoportable olor, igualmente bajamos las canoas y empezamos a movernos en un agua bastante espesa por el barro que estaba muy cerca de la superficie. Nos distribuimos de tal manera que en cada canoa iba un entendido en travesías con un novato. Este fue el sencillo comienzo de algo que de a poco se fue tornando bastante complejo.

 

Empezó a quedar atrás ese olor bastante desagradable y la remada alivianarse, pero no faltó mucho en darse cuenta de que teníamos viento en contra, lo que hacía remar excesivamente y avanzar en forma muy moderada, por no decir limitada. Las conversaciones de canoa a canoa de a poco se fueron precipitando y cada uno ponía de sí, un gran aliento y fuerza para poder llegar a esa curva en la que supuestamente aplacaría un poco el viento.

 

Y así fue, hubo algunos tramos con viento en contra, fueron los más, y otros con vientos a favor, que por lógica fueron los menos. En varias oportunidades sentimos la necesidad de parar a descansar, mirar el paisaje, comentar en qué situación nos encontrábamos, tomar agua y darnos un poco de aliento ya que: “20 kilómetros no eran nada”. Esta frase resonaba en nuestra cabeza en cada remada, y al unísono se chocaba en nuestra mente quién había sido el incauto de decirla pero a esa altura ya nada importaba, solamente queríamos llegar y ver la Laguna de Rocha.

 

A poca distancia de divisar la Laguna, en un tramo donde el agua estaba a una temperatura especial, nos comenzaron a rodear una cantidad de peces plateados como festejando un encuentro programado. Ahí mermó un poco la remada para contar y sacar fotos a este episodio tan singular.

 

Llegada a la Laguna

 

Pocos metros después, nos quedamos sin agua y nos esperaba unos cuantos metros de tierra seca para poder llegar a la Laguna. Dejamos las canoas, bajamos y caminamos hasta la Laguna y aprovechamos para sacarnos una gran foto todos juntos. Silvia y Rafael sacaron unos maníes y pasas de uvas que nos reconfortaron y dieron fuerzas para volver.

 

Y así fue que comenzamos el retorno, ya que era imposible seguir con el recorrido pautado. En nuestra imaginación se nos había enquistado la idea de que, como la ida había sido bastante compleja, la vuelta sería más sencilla. Pero para nuestra gran sorpresa, como todo en esta linda travesía, no fue así. Sino más bien un poco más complicado porque a esta altura se sumaba un gran cansancio.

 

Nuevamente el silencio nos invadió y todas nuestras energías estaban en nuestros brazos que no paraban de remar. El sol se alejaba cada vez más, la temperatura empezó a disminuir y el agua seguía teniendo esa temperatura ideal que daban ganas de tirarse aunque la idea era llegar… llegar.

 

Hacía muy poco que el sol se había puesto, cuando nosotros llegamos al punto de encuentro. Afortunadamente ahí nos estaba esperando Mauricio con el camión, que por supuesto hubo que avisarle que nos esperara en el mismo lugar de salida por lo acontecido. Ya sin nada de fuerzas bajamos de esas canoas, con los músculos molidos y sin palabras subimos las canoas al tráiler y volvimos a lo de Salvador y Carmen.

 

Algo totalmente impensado en una travesía, llegar y poder darse una confortable ducha, sí eso fue lo que hicimos para poder recobrar el aliento y sentir que aún estábamos vivos.

 

Por fin, llegó la cena, un rico asado, queso, chorizos y las infaltables bebidas espirituosas que nos permitieron quedar hasta tarde contando a Salvador, Carmen y su familia la noble travesía.

 

Caminata

 

Al otro día fuimos todos juntos caminando hasta la Pedrera a la playa del barco y Salvador con sus nietos nos fue contando los inicios de este hermoso pueblo, o gran balneario. Para no quedarse atrás, a la tarde salió expedición con Carmen a conocer los barrancos de Punta Rubia dónde se encuentran arenas negras (costras ferruginosas) con la explicación del tema como corresponde.

 

Y así se nos fue el domingo y tuvimos que volver a Montevideo con muy pocas ganas, por no decir ninguna. A esa altura sólo quedaba el gusto amargo por no haber podido llegar a la gran Laguna de Rocha, entonces fue que decidimos ir con el camión. Despedida y agradecimiento por toda la atención que se nos brindó saludamos a Salvador y su familia y nos fuimos para la Laguna.

 

Sin duda que no estuvo nada mal esa decisión porque fue un momento bastante mágico el tener a nuestra derecha la Laguna, a la izquierda el mar y enfrente nuestro, un espectacular atardecer disfrutándolo con unas tortas fritas compradas en el lugar. Impresionante la inmensidad del lugar y también impactante la gran sequía que había en la Laguna.

 

Con lentitud regresamos al camión y retornamos a Montevideo. En el camino se fueron bajando algunos y unos pocos llegamos hasta el Club aproximadamente a medianoche. Una experiencia única difícil de transmitir sólo con palabras.

 

Relato: Leticia Cammarano y Silvia Lopez


Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL

 

Web: http://www.clubacal.org.uy/
Correo-e: travesia@clubacal.org.uy

 

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Arroyo La Paloma - Canotaje Travesía - Feb 2011


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