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Arroyo Grande- Set/2009


Bitacora:


Curso: ARROYO GRANDE
Recorrido: PASO DE LUGO - DESEMBOCADURA (R3)
Distancia: 21 km
Días: 2
Año: 2009
Fecha: 19/09/2009 al 20/09/2009
Departamento: SORIANO - FLORES
Recorrido en Google Earth arroyogrande.kmz
Fotos:  

 

 

Primera de la temporada - Travesía del Arroyo Grande

3 de octubre de 2009

 

solima_historia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

De Paso Lugo, Ruta 14 a Andresito, Ruta 3 unos 15km.
Salimos del club por las cinco de la mañana del sábado; el arroyo nos recibió fresco, nos dio tiempo sobrado de acomodar todo en las canoas antes de salir, y demorarnos permitía que el sol calentara un poco más.

 

Un día precioso, y siempre las enormes ganas de disfrutar. El recorrido es corto. El aire limpio y transparente, el follaje de primavera, pequeñas hojitas asoman en todas las ramas.  Como está crecido muchos árboles están en el agua. No bien salimos nos topamos con que unos cuantos sarandíes cruzan el arroyo de lado a lado, difícil ver por dónde meterse, con Melissa esperamos un poco a ver por dónde van los compañeros mas baqueanos. El remo largo (doble) joroba entre tanta enramada. El agua corre con fuerza. Hace tiempo que no salgo, estoy casi probando como era esto de remar y ya tengo que estar atenta al desafío de no volcar, de conducir bien. Las ramas se enredan en el pelo, raspan, enganchan la ropa, aprendo rápidamente que la mejor manera de pasar estos intrincados rameríos  es tratar de quedar chatita contra la canoa.

 

El arroyo no es tan tranquilo como creí,  cruzamos varios rápidos y eso significa una carga de adrenalina importante, el enorme desafío de hermanarse con el compañero de canoa para que hasta los errores sean un motivo de encuentro.

 

Al poco rato veo la canoa de Filipini y Fátima que al intentar atravesar una corredera con dos curvas pronunciadas, se dan vuelta. Daniel, que ya había pasado y esperaba un poco más allá, se acerca rápidamente a dar una mano. Son momentos difíciles porque el agua empuja, Fili intenta levantarse, Fátima sostiene, las cosas flotan y empiezan a derivar arroyo abajo, hay temor a perderlas. Pasado el lugar donde el agua corre fuerte viene un remanso donde todos paramos en el medio del arroyo a conversar, reírnos un poco de la caída y aunque el agua está helada, bañarse. Sosteníamos las canoas unos con otros para que el agua no se las llevara.

 

Aparece un rápido después de una curva que tiene una entrada muy cerrada, todos seguimos  un poco para considerar como entrar, el follaje cubre el arroyo formando un techo donde el agua corre apretada. Con Melissa nos quedamos para el final, remontamos unos metros arroyo arriba y trato de enderezar la canoa para enfrentarla a la corriente,  debí haber subido un poco más porque cuando entro no lo hago bien y la canoa se inclina peligrosamente, tanto que casi se da vuelta, nos tiramos al agua antes que termine de hacerlo, Melissa agarra su remo y yo le digo que agarre el mío que está cerquita. Quedamos una en cada punta con el agua al cuello aunque se da pie, pasa que corre rápido y si pisamos nos vamos pegando con las piedras del fondo. Vamos bien y no siento el frío del agua, después del impacto de la caída empiezo a mirar alrededor haciéndome una composición de lugar,  derivamos con la corriente y me imagino que si las dos tiramos fuerte hacia la derecha podemos controlar un poco más la situación. Todo esto que sucede en instantes y no sigue tan bien para nosotras, veo un sarandí en el medio del recorrido y el arroyo que se abre en dos, el tramo de la izquierda parece más peligroso. Nos damos de lleno en el sarandí, la canoa se tuerce hacia la izquierda, cada punta queda apoyada en las ramas y nosotras del lado de abajo de la corriente, Melisa contra unas ramas, el agua empujando fuerte. Por un momento nos quedamos quietas en espera de la ayuda de los compañeros. Daniel aparece caminando contra corriente y nosotras salimos caminando con el agua a la cintura, olvidé ponerme las botitas para caminar por las piedras y la verdad es que duelen en los pies.  Pablo y Daniel tratan de sujetar con fuerza la canoa que terminó por hundirse y llenarse de agua, los bolsos y las tarrinas ya casi flotan. No perdimos nada, lo que es una muy buena cosa. 

 

Después del corto y movido día acampamos en un lugar hermoso, pasto corto, leña, árboles nativos, un tajamar lleno de plantas acuáticas y ranas, que más que verlas, se escuchan, piedras, barbas de viejo que cuelgan de las ramas, la media luna creciente en la tarde, lantanas y macachines. Fuimos a ver el atardecer a lo alto de una loma y nos quedamos al lado de un tala hasta que se fue el sol, de lejos vimos primero el humo del fogón y después a través de los árboles, el fuego. De noche, festejamos el cumpleaños de Melissa, miramos estrellas.

 

Al otro día salimos tarde ya que no es largo el tramo que debemos recorrer, el detalle es que el día es lo opuesto al anterior, así que debemos prever y tener un poco de abrigo a mano. Hay mucho viento. Al ensancharse el arroyo es difícil maniobrar, las olas golpean contra el costado de la canoa y hay muchos palos dispersos que asoman en un lado y otro. Fernando y Carla quedaron atorados en una rama, les costó un poco salir de ahí, los demás no tuvimos problemas con eso. El viento es de verdad mucho y ya en el lago, está difícil. Esperamos indicaciones de Daniel que nos dice de doblar a la izquierda, con Melissa nos adelantamos y quedamos un poco separadas del grupo que decide seguir en línea recta hasta cruzar el lago. El viento fuerte puede mucho y nos va corriendo de costado hacia la izquierda, Melissa me pide que enderece, le digo que no puedo hacer más y que reme sin parar. En el medio del lago hay un conjunto de rocas rodeadas de un bosque de ramas que sobresalen del agua y que debemos esquivar, no estamos tan cerca pero el viento es mucho y nos corre, creo que logramos pasar por la última abertura grande entre los palos, antes de quedar entre el conjunto de piedras con el viento en contra.

 

Llegamos a una playa muy abierta donde el viento sopla desaforado, comemos chocolate y saltamos, es ahí que inventamos el abrazo “calor humano”, nos abrazamos todos haciendo un círculo apretado, saltamos y nos damos calor, nos reímos, corremos un poco y nos vamos. Por mi lado siento que con el viento en la espalda es más fácil, igual hay muchas olas y con Melissa decidimos que ella rema y yo trato de mantener la canoa derecha, me hace acordar a correr olas en la playa, parece que vamos surfando. 

 

Desde donde estamos se ve el puente sobre la ruta 3, pensamos que aún faltaba una curva y era así, pero, nuestros compañeros decidieron salir antes dado que el tiempo iba empeorando, además del mucho viento, amenazaba llover en cualquier momento.

 

Nos cambiamos muy rápido de ropa y nos sentíamos felices de subir a los autos y prender las calefacciones, pasamos por las Grutas del Palacio donde comimos un poco dispersos, un poco juntos.

 

Más allá de todo, volveríamos a empezar una nueva travesía, mañana.

 

Relato: Laura Barú
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL

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Río Pelotas, febrero de 1986 area de link area de link area de link area de link logo windguru calendario calendario calendario area de link clima