Arroyo Cufré - Jun/2015

Bitacora:

Arroyo Cufré

Todo empieza por curiosidad, por las ganas de compartir con mi hermano esa experiencia placentera que une a todos quienes practican y gustan de las travesías en canoa.-

Siempre escuchaba sus relatos luego de cada travesía, veía las fotos y reía con las anécdotas de todo lo que habían tenido que atravesar. Cada vez me entusiasmaba más! Hasta que llegó el día y al igual que hace más de treinta años, me colgué de sus hombros y me lancé con él a vivir desde adentro lo que estaba en mi imaginación. Que por cierto, uno no alcanza a imaginar la belleza de los lugares y lo que se siente estar ahí.

A las 6:00 AM me pasó a buscar, no suelo despertar tan temprano pero la ansiedad me tenía en pie hacía rato. Llegamos al club, allí estaban Adrián y Homero, poco a poco fueron llegando los demás. Se comenzaron a cargar las cosas, todos colaborando muy organizados. Mientras; yo observaba a un costado para no entorpecer la tarea que cada uno tenía. Llegó el momento de poner las canoas en el trailer, cada una se encontraba dormida en su lugar dentro del estacionamiento del ACAL. Siete canoas eran las que tocarían las aguas del Arroyo Cufré, allí en el límite de los departamentos de San José y Colonia. Impresionaba verlas! Tardamos un poco en salir porque hubo que ajustar el enganche y las luces del trailer; pero en cuanto se solucionó, arrancamos rumbo al balneario Bocas del Cufré. Entre mates y galletitas pasaban los kilómetros hasta llegar al lugar. No faltó quien me hiciera bromas y cuentos de lo que me podía pasar. Pero yo iba muy tranquila de que estaba en buenas manos y con un buen grupo.

Cuando llegamos, los hombres bajaron todas las canoas, mientras las mujeres ayudábamos con las tarrinas y el resto de la carga. Allí recibí las instrucciones de mi hermano de qué debía hacer en caso de que cayéramos al agua. Uy! Creo que en ese momento tomé conciencia de dónde estaba. Pero estaba segura de que nada iba a  pasar porque nos tocó un día espectacular, cálido y hermoso donde el arroyo estaba muy tranquilo. A las 11:05 AM entramos al agua, se decidió ir primero hasta la desembocadura; allí salimos todos recorriendo y observando las construcciones a la margen del arroyo, hermosas todas; cada una con su muelle y su particularidad. Pasamos por el club Náutico y recorrimos la escollera hasta tocar el Río de la Plata, desde allí pudimos observar la belleza de las costas de los balnearios mientras se balanceaban las canoas con un leve oleaje. Salvador y el Abuelo ya habían estado allí hace muchos años atrás y nos contaban cómo era antes de la construcción de la escollera. En un momento alguien dice “bueno, arrancamos”  y comenzamos a remontar el arroyo. El recorrido sinuoso que tiene el arroyo se embellece más aún con la vegetación que descansa en sus aguas. Más sinuoso fue para mi hermano y para mí que hasta que no le tomé el ritmo a la remada llevé la canoa de lado a lado del arroyo. “Ojo los juncos”, gritaba alguno. Jajaja, me divertí mucho! A contra corriente íbamos a un paso sereno ya que el arroyo estaba muy calmo y eso nos permitía ir de bromas y observando todo a nuestro alrededor. Qué belleza la majestuosidad de nuestra naturaleza! Álamos, talas, sauces, eucaliptos y otras tantas especies se agrupan al margen del arroyo. Una inmensidad de tonalidades de verdes estaban allí, eso daba más ganas de seguir avanzando y ver qué había detrás de esa curva que hacía el arroyo o detrás del ramal con las piedras que casi nos cortaba el camino. Por allí pasamos; mi hermano (Martín) me dijo, cuidate de que no te lastimen las ramas y dejame a mi que yo avanzo.- Cuántos recuerdos de tantas travesuras me trajo esa frase! Después de allí el Abuelo y Dora seguros de que habíamos pasado todos, se adelantaron en busca de un lugar para parar a almorzar, mientras todos esperábamos a la vera de un claro que hasta ese momento era el mejor lugar para desembarcar. A los pocos minutos los vemos volver y ordenándonos que allí era el lugar. Todos abajo! Haciendo equilibrio porque era profundo y la subida estaba muy barrosa, nos ayudamos entre todos para bajar y sacar la carga de las canoas, allí quedaron ellas ancladas con cuerdas a los árboles. Todo el grupo se unió en ronda a prender el fuego. Debo felicitar a Horacio que con tres diminutas ramitas y soplando prendió el fuego que nos quitó el frío e hizo la brasa suficiente para el asado. Pocos troncos había secos porque había llovido el día anterior, me sorprendió la técnica para manejar el fuego. Surgió nuevamente la ronda de cuentos mientras compartíamos maní, cereales y otras cositas aguardando a que se hiciera la carne. De postre salieron unos ticholos de la tarrina de Homero, excelente! Luego un descanso de 10” y salimos nuevamente emprendiendo el regreso.

Ya el sol bajaba rápidamente y estiraba las sombras del monte, todos íbamos sobre la margen del solcito, a nuestro paso despertábamos a los pájaros que reposaban y levantaban el vuelo dejando sentir el golpeteo de sus alas. Qué placer tocar la naturaleza tan profunda!

Oh, no! Ya se ve el punto de llegada. En ese momento me entró una sensación rara. Se venía el bautismo para el cual yo estaba preparada, igual me tuvieron piedad por el frío, más a mi hermano que a mi. Pero tranquilos que les voy a dar revancha. Jaja. La cuestión era que no quería que terminara, venia viviendo una experiencia muy linda con un grupo de personas excelentes, Que como dijo el Abuelo Filipini “no pienses que todas las travesías son tan Light”  A todo el grupo un gracias enorme por recibirme como lo hicieron y seguro me tendrán en otra más larga y con rápidos a superar. Porque el que quiere puede y con ustedes se hace más fácil! Y al que guste del Canotaje que se anime a vivir una experiencia sin igual.-

Relato: Valeria Acosta
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL

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Canotaje Travesía - Arroyo Cufré - Jun 2015

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