Un fin de semana largo en la primavera - casi obligatorio de salir a la naturaleza para conocer los ríos y bosques de Uruguay desde una perspectiva acuática. El pronóstico sin embargo no es muy alentador: Viento, frio, lluvia - ¿primavera? ¡Que primavera! El plan: 58 kilómetros en el arroyo Aiguá que se ubica entre Maldonado y Rocha con dos campamientos y retorno el lunes de noche.
Soy nuevo en el grupo de ACAL, además nuevo en el país con nula experiencia de canotaje en Uruguay, pero muy bien y cordialmente recibido por el grupo de los aventureros de la ACAL.
El pronóstico no mintió - Salimos a las 3 de la madrugada con un viento de la gran siete un frio de invierno, solo la lluvia aún no ha llegado - igual el grupo de 11 hombres y una mujer brasilera amazónica alzaron las 6 canoas en el tráiler, las numerosas tarrinas con carpas, comida, ropa, agua y la parrilla (no puede faltar nunca). A esta hora de madrugada la conversación se reduce a lo mínimo necesario. Cada uno intenta de dormir un poco para compensar la noche corta. Alguien tiene que mantener al chofer despierto con mate, cuentos y charlas. Esta responsabilidad tocó a la Brasilera Amazónica con éxito.
Un camión tumbado lleno de leña cerró el camino, entonces tomamos un desvió y antes de llegar al destino invadimos un almacén para comprar los últimos alimentos, dulces y bebidas para sobrevivir a la travesía. El lugar de embarque fue perfecto (Paso de los Avestruces), se bajó las canoas en el arroyo y en minutos todo el equipaje estaba sentado al lado del arroyo para ser cargado en las canoas, a las 09:00 de la mañana.
Hora para cambiarse y prepararse. Los más profesionales con neopreno, otros con ropa común, todos con chaleco obligatorio. Después de algunas instrucciones, reglas y acuerdos empezamos a bajar el arroyo.
Empezó un camino sinuoso pero sin dificultades. Se sentía menos el viento por el bosque que estaba protegiendo el arroyo pero seguimos sin rayos de sol o clima de primavera. Homero ya conocía la travesía y tenía marcado posibles lugares para acampar en su GPS y en el mapa satelital. Estaba previsto remar por unos 15 km antes de buscar un lugar de campamiento. No avanzamos muy rápido, llegó la hora de comer en una banquina de arena que todos disfrutaron escondiéndose del viento. Continuábamos en el arroyo bastante ancho cuando empezaron las primeras gotas de lluvia.
En una estancia el dueño ha decidido de cerrar el arroyo con un alambre cruzando todo el arroyo - poco visible. A pesar de los gritos de atención una canoa se volcó - por suerte el agua no estaba honda pero si fría!!!! Con la ayuda de los demás se rescató la mayor parte del equipaje y se continuaba ya buscando un lugar de campamiento que después de un rato se encontró. No era el lugar marcado sin embargo con una mesita, leña cortada, pasto, buena banquina y un bosquecito. Lastimosamente el viento sopló tan fuerte que una parte del grupo optó a continuar mientras otra parte quiso quedarse. Como era temprano todavía al final se decidió de continuar (que causó una larga discusión después de porqué y quienes fueron los culpables de tomar esta decisión y que nunca se debe cometer estos errores....etc. véase más adelante). Después del posible lugar de campamento empezó un trayecto bastante difícil: un tubo angosto con mucha corriente, árboles y ramas caídas bloqueando el camino. Pasó lo que tiene que pasar: La mitad de las canoas se volcaron, el equipo cayó en el agua fría y honda, sin fondo intentando de salvar las tarrinas flotantes en el agua (que por supuesto solo funcionó parcialmente). Una parte del grupo se adelantó, perdimos el contacto con ellos mientras la otra parte del grupo estaba luchando rescatando canoas, terrinas y equipos. La olla y la parrilla estaban bien marcadas con una botella de agua conectada al equipo, pero con mucho peso y conectados con una mesa, así que era imposible de salvar los equipos con la corriente fuerte en el tubo. Pero lo peor fue que uno de las canoas se trancó bajo un árbol en esta corriente fuerte y no era posible sacarla.
Así quedamos divididos en dos grupos, uno más adelante pero no sabíamos dónde, el otro grupo de 8 personas con la pérdida de una canoa, olla, parrilla, tarrinas, equipos y no sabíamos que más se ha perdido. La única solución: Vivac en una isla. La mitad del grupo sin ropa seca, sin carpa, sin bolsa de dormir, con hipotermia con lluvia y en una isla que podría inundarse en cualquier momento. Por lo menos se logró encender un fuego, armar unos toldos para protección e intercambiar alguna ropa seca para aguantar la noche fría. No era lo más cómodo - se puede imaginar y no era lo que me imaginaba como una travesía en la primavera.
Por suerte no subió el agua, así pudimos dormir (o intentar dormir) en la isla sin refugiarse. Después de esta noche incomoda empezó un nuevo día con la esperanza de salir de esta situación preocupante. Se mostró que la canoa inundada era irrescatable como también algunas terrinas que estaban al otro lado del arroyo. El grupo llevó las 3 canoas restantes hacia un lugar ya menos complicado (después de las ramas y árboles que cortaron el camino). Por supuesto se identificó a los culpables aquellos individuos que no querían quedarse en el campamiento anterior con viento echando la culpa de uno al otro - una buena lección de la dinámica de grupos!. Al final se decidió de dejar los equipos en la isla y salir solo con las canoas restantes y las personas, con la esperanza que algún día se iba salvar los equipos. ¡Justo cuando se tomó esta decisión llegó el rescate! Javier y la Amazona llegaron con su canoa contra corriente a salvar el grupo y lo más importante, señalando que se puede salir de este lugar sin mayores problemas. El grupo de los cuatro ha encontrado un lindo lugar de campamento y han pasado la noche en forma "espectacular". Con esta buena noticia volvió la esperanza y el ánimo rápidamente y se cargaron las personas y una parte del equipaje en las canoas. Llegamos en menos de 15 minutos al paraíso en un lugar seguro, protegido, poco viento, más o menos seco y con toda la comodidad necesaria (fogata, toldos, sillas) mientras Horacio cocinaba la carne a la estaca. Rápido se armó las carpas, se pudieron salvar todas las tarrinas "perdidas" gracias a Javier y Rosi (la Amazona) y todo el grupo pasó una buena noche en el nuevo campamiento.
Con la perdida de una canoa era imposible de continuar el viaje así se exploró la posibilidad de llegar con el camión a un lugar cercano para transportar las canoas y equipos. No fue tan lejos un camino accesible y con el permiso del dueño de la estancia se pude transportar todo por el camino interno de la estancia. Implicaba solo un transporte de más o menos 1 km a tierra que era poca cosa comparando con la situación pasado en la noche anterior.
Al medio día el grupo ya salió de la estancia rumbo a Montevideo y justo cuando partimos salió el sol. Con esta impresión positiva, con ropa seca y con camino seguro el desastre de la noche pasada ya se convirtió en una aventura de primavera. Pero las discusiones sobre los culpables nos llevaron todo el camino hasta Montevideo y seguro que iba continuar por un buen tiempo más. Lecciones aprendidas - aventura cumplida.
Relato: Paul Borsy
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL
