cabezal de imagenes moviles area de link area de link
espacio

Canotaje Travesia

icono_kayakismo

icono_vela

icono_windsurf

icono_natacion

icono_canotaje_competencia

destacados

construcciones-navales

Relatos Canotaje travesía


Arroyo Aiguá - Abr/2013


Bitacora:


Curso: ARROYO AIGUÁ
Recorrido: PASO DE LOS AVESTRUCES - PASO AVERIAS
Distancia: 56 km
Días: 3
Año: 2013
Fecha: 20/04/2013 al 22/04/2013
Departamento: LAVALLEJA
Recorrido en Google Earth A_Aigua.kmz
Fotos:

 

 

Travesía Arroyo Aiguá

Travesía Arroyo Aiguá - Abril 2013

 

solima_historia


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Canoas:

 Tripulación:

Estrés  Víctor y Martín
La simple regla  Quique y Gerardo
Mika  Any y Ariel
La Tacuarita  Dora y Filippini
Melchora  Mara y Eyal

 

 

Primer Día

 

Siempre tuvimos curiosidad por conocer de adentro los ríos del país, su flora nativa y paisajes, y desde hace tiempo estábamos por acercarnos a las reuniones del grupo del club, hasta que llegó un martes y decidimos apuntarnos a la próxima travesía, el lugar seria el arroyo Aiguá, lo cual nos sonaba muy interesante.

 

El lugar acordado para la salida sería en el club Acal a las 5 de la mañana de manera de salir con tiempo para empezar bien la jornada. Grande fue nuestra sorpresa al ver preocupación en las caras de los integrantes de dicho evento mostrando cierto descontento con el vehículo que llegó para el transporte alegando que era la camioneta equivocada ya que parecía una caja de sardinas. Momentos después el chofer se fue a buscar el vehículo correspondiente a lo cual llegó una hora más tarde con una camioneta bastante mejor según los entendidos. Rápidamente procedimos a cargar todas las tarrinas, enganchar el tráiler y partir cuanto antes.

 

Una vez en la ruta algunos bromeaban, otros dormían, y otros contaban relatos de travesías anteriores. En lo personal nos apoyamos en una tarrina y dormimos hasta llegar a destino. Dicho sueño fue interrumpido por una breve parada en la Ancap de Minas donde paramos por un corto desayuno para seguir viaje. Seguimos por ruta 8 un rato más hasta pasando Mariscala donde doblamos a la derecha en el poblado Colón a eso de las 11:00 horas. Llegado a dicho lugar teníamos la seguridad que iba a ser fácil encontrar el arroyo, pero bastante equivocado estábamos al ver todo el mundo opinando y a su vez ver el asiento delantero un mapa gigantesco tapando la vista, con el dedo de Filippini recorriéndolo de punta a punta diciendo "es acá... ah no, no para, por acá mejor". A todo esto íbamos bastante deprisa por el pedregullo donde tuvimos que bajar la marcha para no dejar ninguna canoa por el camino.

 

Luego de varias vueltas y consultas a los lugareños, a las cuales Filippini atino a decir, "estos no entendieron dónde vamos, sigan mis instrucciones, es por acá". Los presentes se resignaron a no opinar más y hacerle caso a los que saben, buena fue la decisión cuando a los 5 minutos empezamos a divisar a lo lejos un monte nativo con un curso de agua importante. "AHÍ está!!!", exclamo Dora. Todos con caras de felicidad porque por fin llegamos a destino, el lindo puente de Paso de los Avestruces.

 

Cumplidas 12 del mediodía, llegamos y procedimos a bajar todas las canoas y tarrinas, preparamos todo como para dar comienzo a la travesía. Nos hicimos un rápido almuerzo en la playa del lugar tirando alguna que otra broma y halago a Filippini por su buen sentido de la orientación y pasado esto, nos metimos al agua para comenzar la jornada de remo.

 

El arroyo estaba tranquilo, despejado y bastante abierto, que linda y tranquila esta actividad, pensábamos nosotros, QUE ILUSOS! Remamos los primeros 300 metros y nos topamos con un brazo sin salida a lo cual tuvimos que retroceder a buscar por donde corría el curso. Remamos 50 metros arriba y vimos a la derecha un pequeño encajonamiento donde el caudal corría bien fuerte, que raro dijimos con Mara, este curso pegaba un giro de 180 grados al sentido de dónde íbamos, a lo cual Quique me dice riendo, “no no, nada raro, los ríos son así, dan sus vueltas macabras jaja”.

 

Una vez metidos en el correcto sentido del Aiguá, bien encajonado y cerrado, un metro de angosto para ser exactos, ahí empezó la diversión y nos dimos cuenta que iban a haber tramos complicados. Convengamos que yo - al contrario de Mara - jamás había remado en condiciones de río, mi experiencia en el canotaje se limitaba a un par de remadas en la playa Malvin con las canoas del club por lo cual si no aprendía rápido algunas técnicas de remo se me iba a complicar. Las ramas de los Sarandies, Sauces y Mataojos no paraban de pegarnos en nuestros rostros y las abruptas curvas del arroyo no hacían más que volvernos locos. Mara que ya tenía bastante experiencia de canotaje en ríos de su país natal no paraba de gritarme que para doblar bien simplemente había que apoyar el remo del lado que quería doblar. Yo tras ignorarla varias veces ya que como estúpido instinto común atine a no hacerle caso, remando en cada curva como un desesperado, siempre terminando en los márgenes del curso entre algún ramerio, hasta que se me acerco Ariel, experimentado remero a enseñarme exactamente lo mismo que mi compañera estaba haciendo hacia mucho rato. Comencé a hacerle caso y ver que daba excelentes resultados, a lo cual Mara que estaba a punto de matarme, anticipe dicho suceso con profundas disculpas por no tomar en cuenta su palabra mientras las ramas desfiguraban sobre todo su cara. Una vez aprendida la técnica no hubieron mayores problemas y se pudo hacer una remada más tranquila sin mayores problemas.

 

Horas más tarde nos topamos con un alto alambrado que obstruía nuestro paso, fue cuando algunos ágiles valientes se atrevieron a pasar por entre los cables a lo cual un par de canoas tuvieron éxito, hasta que llego el turno de Quique que se fue al agua. Filippini se bajó a dar una mano demorando bastante en hacer llevar la canoa hacia los extremos donde había más espacio para pasar. Nosotros no tuvimos mayores problemas al ver que en uno de los lados había dos alambres rotos por lo cual 3 canoas (nosotros, Víctor y Ariel) pasamos por ahí. Una vez superado dicho alambrado remamos un rato más hasta las 17 h donde procedimos a armar campamento en un montecito con subida áspera donde se veía que ya habían acampado otras personas ahí dado que había ramas cortadas y leña consumida.

 

Procedimos a merendar unos buenos quesos con dulce de membrillo tomando unos mates y cafés, mientras se comentaban las peripecias ocurridas en el día. Rato más tarde procedimos a conseguir más leña para comenzar el fuego que Filippini usaría para hacer esa rica colita de cuadril, el cual degustamos entre charlas y risas. Los temas de conversación fueron varios, el que estaba cantado desde el principio era la situación del club con respecto a las elecciones que se venían pronto donde acaloradas discusiones se entreveraron, para luego bajar la pelota al piso, dándose temas de historia del remo en el Acal. Historias de distintos parajes del país relatada por Ariel, gran conocedor de la patria a lo largo de su vida, al ver que hasta el más mero rincón del territorio nacional fue visitado por dicho hombre. La noche siguió amena y placentera, totalmente despejada con un cielo lleno de estrellas y una luna creciente que se llenaría en unos días.

 

 

Segundo Día


A la mañana siguiente, una neblina pesada no permitía ni ver la orilla vecina del río, decidimos tomarlo con calma teniendo un rico desayuno con membrillo, queso y unos buenos mates, para a las 09:30 comenzar la segunda jornada de la travesía. Nosotros siempre íbamos a la cola de todos mientras comenzamos a tener indicios de que algo no andaba bien, seguimos avanzando y comenzamos a ver remos y tarrinas trancados en las ramas a lo cual procedimos a tomarlas. Unos metros más adelante vemos a Víctor y Martín colgados de unos Sarandies gritándonos que habían unas ramas muy grandes que nos iban a volcar, las cuales vinieron enseguida y con la ayuda de ellos que estaban en el agua pudimos doblar la canoa a tiempo. Momentos después vemos a Ariel rescatando su canoa en una orilla del monte sacándole el agua, a quien le entregamos las tarrinas y remos que habíamos encontrado aguas arriba. A todo esto vimos también la punta de la canoa de Gerardo y Quique sobresaliendo del agua y la arrimamos hasta donde estaba Ariel para que también trate de ponerla a flote con Any, actividad que lo mantuvo ocupado por un muy largo rato. Nosotros seguimos remando hasta una orilla arenosa que encontramos donde estaban también Filippini y Dora, quienes estaban sanos y salvos.

 

Un rato después fueron llegando todos a la orilla donde nos encontrábamos y algunos fueron de a poco recuperándose del frío que sentían después de haber estado tanto rato en el agua. Pero todavía faltaba recuperar muchísimas tarrinas y la canoa de Víctor y Martin, por lo cual decidimos ir yo Filippini y Ariel en el rescate del material extraviado.

 

Remamos un poco y pudimos divisar un conjunto de tres tarrinas y la canoa de Víctor atrapadas entre unas ramas a lo cual decidimos hacer una cadena donde Filipo y Ariel se mantenían cerca de la orilla tratando de dar vuelta la canoa en un extremo y yo iba al otro lado en la punta de las ramas, más al medio del arroyo. El río en esa parte realmente corría muy fuerte y me fue imposible sacar todas las tarrinas atadas juntas, dado que si lo hacia me iba con ellas río abajo, por lo cual decidí que lo mejor sería pasar una a una. Por suerte Filippini tenía una navaja en cuello, me la pasó y pude de a poco ir cortando el cabo que los unía y comencé a ir pasando las tarrinas. Una vez completado esto faltaba lo más importante, la canoa de Gerardo y Quique, la cual estaba trabada de un lado muy fuertemente contra unas ramas que estaban abajo del agua. Procedimos a hacer mucha fuerza de un lado, mientras yo sumergido en la otra punta trataba de presionar para que zafe. Tras largo intentos fallidos, la canoa cedió y pudimos sacarla de ahí, sacándole el agua y restableciéndola por completo. Luego de esto volvimos hacia la orilla donde nos esperaban todos con calurosos aplausos, unos ricos maníes y pasas de uva para picar, lo cual a esa altura era un manjar. Para sorpresa de todos, los únicos que no volcamos fuimos Mara, yo, Filippini y Dora, lo cual fue todo un logro para nosotros ya que era nuestra primera experiencia en travesía.

 

Descansamos un rato ahí haciendo un inventario de lo rescatado y lo perdido, cuando caímos en razón de que la tarrina que contenía toda la comida para el guiso de la noche no estaba!! Pero lo peor de todo era que esa tarrina estaba rota con algunos agujeros lo cual nos sacaba las esperanzas de poder encontrarla más tarde río abajo porque seguramente se había llenado de agua y de esa manera hubiera encontrado su destino en el lecho del río. Esto nos destinaba a seguir con las sobras del asado de la noche anterior que por suerte se había guardado junto al queso y el dulce en la tarrina de Filippini.

 

Con la frente marchita, resignados por no contar con un delicioso guiso a la noche, comenzamos a remar río abajo. Buscando con la mirada por todos lados a ver si divisábamos algo, cuando de a poco fueron apareciendo algunas tarrinas, las cuales íbamos agarrando a medida que avanzábamos. De repente milagrosamente apareció la tarrina de la comida sana y salva con todos los víveres para el guiso, un poco humedecidos pero sanos y salvos prontos para ir dentro de la olla. Seguimos remando, ahora todos contentos, por un par de horas más, hasta llegar a la zona de los famosos rápidos, que tenían grandes rocas y eran bastante complicados. Éramos la última canoa que tenía que sortear ese obstáculo y todos ya estaban en la orilla tratando de darnos indicaciones. Por suerte el río estaba muy crecido y el agua apenas tenía una turbulencia al pasar por esa zona, así que pudimos pasar ese obstáculo sin grandes problemas. Una vez en la orilla todos nos aplaudieron y estaban contentos de por fin poder armar campamento. Exploramos el lugar y los más experimentados decidieron de ir a otro lugar ya que estaba muy descampado, sin leña para hacer el fuego y además había mucho alambre eléctrico, por lo cual, todos muy cansados proseguimos a remar un poco más para encontrar el óptimo spot del campamento.

 

Como era muy poca la distancia que íbamos a remar y ya estábamos bastante cansados y además me daba curiosidad ver cómo era ir en la parte de delante de la canoa, decidimos con Mara que ella tomará la responsabilidad de dirigir la canoa en la parte de atrás.

 

Seguimos un poco más río abajo cuando de repente vemos a Martín colgado de unas ramas, indicándonos que si no teníamos cuidado, pronto íbamos a caer porque había un árbol atravesado abajo del agua. Fue terminar de decir esa frase y ya estábamos en el agua volcando. Salgo a la superficie y veo que esta todo, Mara, tarrinas, buzo, remo, seguimos un rato agarrados de la canoa corriendo río abajo, sería muy fácil pensar que iba a terminar así… En la próxima curva vemos algunas canoas que pudieron salvarse y con Mara logramos llevar la canoa nadando hasta un remanso y así poder restablecerla, volcándola para sacarle el agua. En esa maniobra perdimos un remo, las tarrinas y el buzo de Mara, a lo cual me deja solo de un segundo a otro porque se le ocurre ir sola a rescatar las cosas tirándose a nado dejándose llevar por la corriente hasta encontrarlas. Yo para adentro pensaba, "de donde salió esta mujer???" Acto seguido salgo por la orilla lo más rápido posible para ir a agarrar las cosas y me encuentro en algo parecido a un campo de batalla… Por un lado Víctor sosteniendo su canoa con todas sus fuerzas, por otro a Mara agarrada con una mano a las 3 tarrinas y dos sillas playeras (estaban todas las cosas unidas por un cabo) y con la otra haciendo fuerza a la rama de un Sarandi para no soltarse por completo. Por suerte Ariel y Quique estaban cerca para llevarla a tierra. Yo por mi lado atino a tirarme al agua para agarrar nuestras pertenencias que habían quedado trancadas en unas ramas, de las cuales pude rescatar con la ayuda de Quique y Ariel 3 tarrinas y una silla, perdiendo la otra en el fondo del arroyo.

 

Una vez terminado esto, todos mojados y con frío, fuimos hasta la zona del campamento río arriba, con un ánimo como si hubiéramos vuelto de la guerra. Por suerte Filipo ya había prendido un fuego y nos acercamos al mismo para devolvernos un poco de calor a nuestros cuerpos. Haciendo el recuento de lo perdido el balance fue negativo viendo que el arroyo nos cobró: lentes de sol, ropa, las varillas de la carpa, las pertenencias de Víctor y lo peor de todo… LA TARRINA DE LA COMIDA, y bue!!! Una vez el Aiguá nos la perdonaría, pero 2 veces ya sería demasiado, y así fue como por segunda vez en el día nos resignamos nuevamente a que no habría el tan ansiado Potente Guiso de la noche, conformándonos con carne fría, queso y dulce. Además de eso había entrado agua en casi todas las tarrinas y las teníamos que secar. Gerardo y Quique se fueron a dormir temprano sin cenar, muertos de sueño. En cuanto a nosotros que habíamos perdido las varillas de la carpa, pudimos armar un esbozo de refugio sosteniendo nuestra carpa con unas cuerdas a los árboles linderos.

 

 

Tercer Día

 

A la mañana siguiente, desayunamos con un fuego, queso y dulce, como no podía ser de otra manera, toda la mañana pensando la mejor estrategia para salir sin problemas ya que el río corría muy rápido en ese codo del arroyo, para lo cual concluyeron los más experimentados (Ariel y Filippini) en que se debía remar en sentido perpendicular hasta la mitad del curso de manera que la corriente corrija sola la canoa y ayudar un poco con el remo para ir a los remansos de la otra orilla. Y así fue como pudimos seguir con la travesía. De a poco se comenzaron a divisar hermosos paisajes, con sierras y praderas y el arroyo se iba ensanchando cada vez más. Seguimos remando donde los islotes de arena eran cada vez más frecuentes y el cruce con otras embarcaciones también. Pudimos sentir que de a poco los rastros de civilización iban llegando, al ver lanchas motorizadas y campamentos de otras personas.

 

Paramos en una orilla de arena bastante amplia y decidimos comer algo y descansar un poco. Viendo el GPS, Gerardo anuncia que estamos a tan solo 180 metros de distancia de la desembocadura en el Cebollatí. Seguimos remando y salimos a dicho río, el cual era ya bastante más ancho y el agua no corría tan rápido, lo cual significaba que teníamos que remar cada vez más. Remamos y remamos, divisando la antena que nos indicaba que cada vez estábamos cerca. En un momento se decidió parar para descansar y almorzar las últimas sobras de la carne hecha la primera noche. Varios decidieron darse un baño higiénico con jabón y champú, sobre todo las mujeres, incluida Mara. Yo por lo pronto me conformé con un chapuzón para sacarme el calor. Mientras volvíamos, Filippini ya se había encargado de preparar el almuerzo cortando en varios pedacitos esa rica colita de cuadril, haciendo una buena picada con vino tinto de caja. Comenzamos a tirar los restos de grasa a la orilla del río cuando comenzamos a ver enormes cardúmenes de mojarras acercándose a degustar nuestras sobras. Dicho evento cobro mayor importancia cada vez más, donde la situación ya parecía un campeonato de quien atraía más peces a la orilla. Luego descansamos un poco, charlando de algún que otro tema, recordando todos los sucesos vividos el día anterior, donde Filippini nos dice seriamente “la idea era mojarlos ayer para el bautismo, pero dado que pasaron realmente muy mojados todo el día, se la perdonamos.”. “Muchas gracias”, contestamos nosotros sonriendo. Fue comenzar a remar un poquito y comenzamos a ver que estaban las cuatro canoas esperándonos; “que raro”, dijimos nosotros, “por lo general siempre siguen, se ve que como estamos en el final quieren llegar todos juntos y nos esperan, que amables de su parte”… que nabos nosotros… Pasamos por al lado y vemos chorros y chorros de agua volando hacia nosotros lanzados con remos y achicadores sin cesar. Habíamos partido sequitos después de comer y nos habían pegado un aguazo en símbolo de bautismo, muy bueno!!! Y nosotros que nos habíamos comido el perdón de Filippini…

 

Un rato más remando comenzamos a divisar el puente de Paso Avería, que se veía hermoso, antiguo, símbolo de la civilización. Llegamos y procedimos a bajar las canoas y limpiarlas, mientras Dora se comunicaba con el Chofer que no sabía dónde se encontraba. Por suerte el mismo estaba a la vuelta del puente así que llego rápido y comenzamos a cargar todo. Una vez pronto el tráiler y la carga, fuimos por ruta 14 hasta ruta 8 y ahí rezando para llegar a la Petrobras de Varela. Bajamos todos como locos desesperados por unas buenas cervezas y refrescos, los cuales significaban una vuelta al mundo real. Pasamos un rato ahí, charlando y comentando anécdotas, para no perder la costumbre.

 

Una vez cumplidas las 16 h, nos subimos a la camioneta y emprendimos viaje a Montevideo.
Una vez en el ACAL fuimos guardando las canoas, repartiendo las tarrinas, aprontándonos para la retirada, despidiéndonos entre todos para comenzar al día siguiente una nueva jornada laboral. La verdad que para nosotros fue una experiencia increíble y no podríamos haber pasado mejor, muchísimas gracias al grupo por la buena onda y por abrirnos las puertas.

 

Relato: Eyal y Mara
Fotos: Grupo Canotaje Travesía club ACAL

Slide Slide 1 Slide 2 Slide 3 Slide 4 Slide 5 Slide 6 Slide 7 Slide 8 Slide 9 Slide 10 Slide 11 Slide 12 Slide 5 Slide 6 Slide 7 Slide 8 Slide 9 Slide 10 Slide 11 Slide 12

 

 

 

 

 

 

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

 

 

Canotaje Travesía - Arroyo Aiguá - Abr 2013


Si no visualiza este video correctamente,
haga clic aquí: www.youtube.com

 

 

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

iniciocanotaje travesiarelatosrioshistorico

 

 

 

----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

 
 

 

 

 
Río Pelotas, febrero de 1986 area de link area de link area de link area de link logo windguru calendario calendario calendario area de link clima